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La bajada de nivel de la presa de Alange ya es evidente. Se encuentra al 36,4% de capacidad.

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La bajada de nivel de la presa de Alange ya es evidente. Se encuentra al 36,4% de capacidad. Brígido

Los embalses pierden un 19% de su capacidad en un año

Acumulan 7.865 hectómetros cúbicos, casi 2.000 menos que en marzo pasado y 3.000 menos que la media de la última década

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Miércoles, 27 de marzo 2019, 08:07

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Que el recién terminado invierno haya sido el cuarto más seco en los últimos 39 años empieza a tener reflejo en los pantanos extremeños. Hay bastante menos agua que hace un año por estas fechas. Exactamente, un 19% menos. Los datos revelan una situación que empieza a ser inquietante. Actualmente los embalses de la región están al 55,3% de su capacidad; el año pasado por estas fechas se encontraban al 68,2%,

«La situación ya es preocupante. El año pasado por estas fechas no teníamos problema alguno porque empezó a llover bien desde finales de febrero pero ahora el campo necesita agua. Los cultivos de regadío y los de secano», explica Miguel Leal, presidente de la comunidad de regantes del Canal de Orellana.

La estadística de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) indica que en los tres meses de invierno han caído de media 63 litros por metro cuadrado en Extremadura. Solo tres años han sido peores en época reciente en cuanto a precipitaciones invernales. En 2012 se contabilizaron 28 litros de media; 29 litros en 2005 y 37 litros en 1981.

«Ha sido un invierno seco y cálido. Solo ha habido otros tres peores en los últimos 39 años. El pronóstico para la primavera es que sea seca, aunque no muy alejado de lo normal. Esperemos que mejore la ausencia de precipitaciones que arrastramos», agrega Marcelino Núñez, delegado territorial de la Aemet. Las previsiones a corto plazo, advierte Núñez, son igual de negativas. No hay agua a seis días vista.

Peor situación

Extremadura es el principal territorio del país en cuanto a agua embalsada. Todas sus presas, las de titularidad estatal y autonómica, pueden llegar a acumular hasta 14.219 hectómetros cúbicos (hm3). En esta última semana de marzo se encuentran un poco por encima de la mitad: 7.865 hm3, al 55,3% de su capacidad. De ellos, 5.019,5 hm3, se encuentran en la cuenca del Guadiana, donde hay más embalses y de mayor capacidad que en la del Tajo.

La comparación del agua embalsada de este principios de primavera con el año pasado por estas fechas es elocuente. Entonces los embalses extremeños albergaban 9.707 hm3. Estaban al 68,2% de su capacidad. Es decir, 1.842 hm3 cúbicos menos de agua, un auténtico océano de diferencia porque hay que recordar que un hectómetro cúbico equivale a mil millones de litros.

La diferencia es todavía más abultada si se toma el pulso a las presas extremeñas, no respecto al último año, sino a la media de la última década. La media de agua embalsada por estas fechas en los últimos diez años se sitúa en 10.853 hectómetros cúbicos; es decir, al 76,3% de su capacidad total.

Los pantanos de la cuenca extremeña del Guadiana se encuentran por debajo de la media regional del 55,3% de capacidad. Llama la atención el descenso de varias de las grandes presas de esta cuenca. Por ejemplo, el embalse de La Serena, el segundo mayor de la península ibérica tras Alqueva, se halla al 42,1% de su capacidad total cuando el año pasado por estas fechas el porcentaje era del 51,8%.

También sobresale por lo negativo la realidad del embalse de Alange, del que bebe Mérida y buena parte de la comarca. Su porcentaje de ocupación es del 36,4%, justo cinco puntos menos que el año pasado. Por último, también sobresale la situación del pantano de Villar del Rey, del que se abastece la ciudad de Badajoz. Se halla al 66,1%. Hace un año presentaba una ocupación plena, estaba al cien por cien.

En el territorio de la cuenca del Tajo, entre las grandes presas la peor realidad la presenta la de Alcántara, la segunda más grande de la región. Se halla al 57,9%. El año pasado estaba al 77,3%. También al 58% está la presa de Gabriel y Galán y peor aún el embalse de Valdecañas (47,6%, cuando hace un año alcanzaba el 87,4%). Sólo el pantano de Cedillo presenta una buena imagen, al 95,2% de su capacidad.

Mientras, las presas de Guadiloba, de la que bebe Cáceres, y la del Jerte, que abastece a Plasencia, presentan valores bajos: un 60,6% de capacidad el pantano cacereño y un 62,3% el placentino.

El presidente de la Confederación del Guadiana, Samuel Moraleda, subrayó el viernes en HOY que gracias a las abundantes precipitaciones recogidas en la primavera de hace un año, donde llovió más que todo el invierno anterior, está garantizada la campaña de riegos que ya ha arrancado. De la misma forma está seguro el abastecimiento humano.

Los agricultoresde Orellana inician su riego «de emergencia»

Los 12.000 agricultores que forman la comunidad de regantes del canal de Orellana empezaron ayer a regar. Un riego de «emergencia», señala Miguel Leal, presidente de la comunidad, ante la necesidad de que los cultivos de regadío reciban ya agua tras un invierno muy seco y un inicio de primavera que marcha por el mismo camino. Como avanzó HOY el pasado sábado, la comunidad de regantes del Canal de Orellana, la más grande de la región por volumen de hectáreas (65.000), cuenta con el permiso de la Confederación Hidrográfica del Guadiana para distribuir entre sus parcelas entre cinco y seis hectómetros cúbicos a lo largo de esta semana. Si las lluvias no llegan en abril, se volverá a necesitar de nuevo agua a corto plazo. Por este motivo, el canal de Orellana se va a quedar lleno esta semana una vez que se consuma el agua entre los regantes ante esa posible eventualidad.

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