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Dicen que la distancia es el olvido…*

Dicen los expertos que el litio es un mineral fundamental para el mantenimiento y avance de un importante sector industrial. ¿Y a quién se le ocurre intentar extraerlo al lado de mi ciudad? Por encima de mi cadáver...

Luis Ángel Ruiz de Gopegui

Domingo, 15 de septiembre 2019, 23:38

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A ratos, aprisionado por las viejas canciones, evocas circunstancias que se mantienen intactas en el espacio-tiempo. No es que el pasado haya vuelto, es que no se ha ido. Los periodistas clasificamos, en una dicotomía aleatoria y, a veces caprichosa, lo que ocurre en el entorno más o menos cercano. Así clasificamos lo inmediato como de 'rabiosa actualidad', que no permite demora en su análisis y exposición. Son las noticias del día, y de ellas dan cuenta más o menos de forma pormenorizada, los diarios impresos, las emisoras de radios, las televisiones, las tertulias, y el gigante de comunicación social instantánea que es Internet. Dentro de esta línea, se repiten cada segundo los mismos temas 'actuales', el relieve lo van dando los profesionales y el propio eco y alcance de lo acontecido; a veces llegan a saturar al ciudadano, que se desentiende del hecho narrado y no profundiza en su importancia, o en su levedad, o simplemente 'pasa' o no se entera.

La otra, derivada siempre de esta, es la 'actualidad permanente'; la salud, las hambrunas, las guerras, el cambio climático, las migraciones, los pobres, el futuro de la Unión Europea, el 'brexit', la crisis económica próxima, el avance de la ciencia, los descubrimientos técnicos, los drones espías, la última y peligrosa ocurrencia del dios Trump, etc. Son problemas que gravitan sobre nuestras cabezas, a los que una gran mayoría no le hace ni puñetero caso.

Ocurre lo mismo con los que se refieren a nuestra Extremadura (lo de nuestra es una licencia poética, porque es de todos…). Ahora parece que el tema del tren está más en sordina, a la espera de que se cumplan las promesas para el próximo año de la puesta en marcha de un tren rápido hasta Plasencia (lo del AVE, ya sabemos que, para mucho, pero que mucho, más adelante…). Y del desarrollo del futuro de Extremadura, ¿qué? Pues que se lee y escucha lo que vengo leyendo y escuchando desde hace más de 40 años: paro endémico, falta de industrialización, problemas por la sequía (esta vez parece que no es pertinaz, pero sí con muy mala leche) y mucha naturaleza virgen. Por supuesto, los políticos son siempre los culpables de nuestro secular retraso.

Hace años pronosticaron que se acabaría el imperio del petróleo, pero siguen haciendo y modernizando refinerías. Eso sí, que no me toquen mi Extremadura; las alternativas energéticas, el culmen del desarrollo en el futuro, pues no, que me rompen el paisaje Y, además, nos sobra la producción energética y para qué producir más si se va a ir a otros territorios. Anda y que les den. Dicen los expertos (siempre es muy socorrido esto de acudir a los expertos) que el litio es un mineral fundamental para el mantenimiento y avance de un importante sector industrial, base de las baterías para ordenadores y teléfonos móviles. ¿Y a quién se le ocurre intentar extraerlo al lado de mi ciudad? Que no me toquen mi idiosincrasia, faltaría más. ¡Es que algunos políticos tienen unas ocurrencias…! ¡Ah! que son las industrias multinacionales, las que quieren venir a explotarnos y expoliarnos… Por encima de mi cadáver.

Para un servidor, con pensión, y para muchos de los afortunados trabajadores, funcionarios, comerciantes y empresarios que tienen ingresos, Extremadura es uno de los últimos paraísos de España y de Europa. Maravillosos enclaves naturales, comarcas increíbles, tradiciones preciosas, vestigios de distintas culturas, buena gastronomía y gente amistosa, acogedora y amable. (A veces hace mucho calor, pero es llevadero). Ni mejores ni peores, los componentes de nuestra sociedad somos universalistas, pequeños burgueses, dirían antaño. Un mundo feliz… si mantenemos el distanciamiento sanador con las necesidades de las familias que no tienen empleo, o lo tiene en precario, con los desclasados, con los marginados, con nuestros queridos y lejanos (?) parias.

Vivimos en la permanente contradicción y marcamos distancias con lo que consideramos molesto. Industrialización, ¿qué es eso? ¿El fin del paraíso? Mejor la queja.

*Puede leerse oyendo el bolero de Luis Miguel.

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