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El día en que devolvieron a Evita

El día en que devolvieron a Evita

Viento del este ·

José Luis Gil Soto

Martes, 3 de septiembre 2019, 11:01

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EVA Duarte de Perón, también conocida como Evita, era de origen humilde. Se trasladó a Buenos Aires y se dedicó a la actuación, alcanzando cierto renombre en el teatro, la radio y el cine. Su vida cambió cuando conoció a Juan Domingo Perón, a la sazón secretario de Trabajo y Previsión.

Ya casada con Perón se convirtió en la primera mujer argentina en participar activamente en una campaña electoral, la que llevó a su marido a la presidencia del gobierno. Como primera dama impulsó el sufragio femenino, la igualdad jurídica entre los cónyuges y la patria potestad compartida, fundó el Partido Peronista Femenino, fundó hospitales y escuela, organizó campeonatos deportivos infantiles, impulsó el turismo, creó becas y estableció ayudas para la vivienda, todo ello mientras su popularidad crecía como la espuma.

Creó un vínculo estrecho entre su marido y la central sindical (CGT), impulsando los derechos sociales y laborales. Solo las luchas internas en el «peronismo» lograron que renunciase a presentar su candidatura a la vicepresidencia de Argentina.

Cuando todo sonreía a Evita, un fulminante cáncer de cuello de útero se la llevó de este mundo en 1952, cuando tan solo tenía 33 años. Recibió honores oficiales, fue velada en el Congreso y la central sindical la nombró «Mártir del trabajo» y adoptó medidas de duelo sin precedentes.

Hasta ahí su historia es digna de película, no en vano la literatura, el teatro, los musicales y el cine la han reproducido cosechando éxitos y lágrimas. Pero desgraciadamente Evita iba a ser protagonista de una historia deplorable y rocambolesca después de su muerte. Su cuerpo, embalsamado y mantenido en exposición en la CGT hasta que terminasen las obras de la que iba a ser su tumba definitiva, fue robado por los militares golpistas de la llamada Revolución Libertadora, que derrocó a Perón en 1955. Fue hecha desaparecer durante catorce años.

Evita era todo un símbolo del «peronismo» y, como El Cid, podía ganar batallas después de su muerte, por eso, una noche de noviembre de 1955 un comando de marinos entró en el edificio de la CGT, derribó su busto, quemaron las banderas argentinas que cubrían su cadáver y se orinaron en él. Durante meses mantuvieron el cadáver en una camioneta que estacionaban en distintas calles de Buenos Aires para no levantar sospechas. Los militares, con ayuda de un sacerdote, lograron sepultarla en un lugar secreto. En abril de 1957 fue trasladada en un barco a Génova y luego a Milán en un ataúd con nombre falso. Allí, en la tumba 41 del Cementerio Mayor, fue sepultada.

En 1970, un comando guerrillero secuestró al dictador Pedro Eugenio Aramburu. Para su liberación pidieron, entre otras cosas, la devolución de Evita, por lo que la dictadura argentina puso en marcha el 'Operativo Retorno'. El cuerpo viajó entonces de Milán a Madrid, donde residía Perón en el exilio. Un día como hoy, el 3 de septiembre de 1971, Evita fue devuelta, por fin, a su esposo.

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