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Jorge Drexler, su canción 'Silencio' podría haber inspirado a Rivera en el debate. :: EFE
La derechita valiente

La derechita valiente

Monago tiene que escoger entre el rap centrado de hace cuatro años o el himno de la Legión

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Viernes, 3 de mayo 2019, 09:10

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¿Escuchan el silencio?», decía Rivera en el momento más recordado y comentado de los dos debates de la reciente campaña electoral. Le hacemos caso, nos callamos... Pero no, no se escucha el silencio porque el ruido electoral prosigue y va a ser aún más intenso en el partido de vuelta.

La batalla tenía segunda parte. Dentro de una semana, comienza la campaña política de las elecciones generales, municipales y autonómicas. De nuevo, la derechita cobarde, la veleta naranja, el felón, los comunistas y la resistencia competirán en las urnas. Estos apelativos, tan simples y de Twitter, patentados y promocionados por Vox, han marcado las pasadas elecciones, fundamentalmente en el campo de la derecha, destrozando a Pablo Casado porque ha sido el que más se ha creído el marbete y, queriendo ser la derecha valiente, ha acabado dando la imagen de cobarde por querer justificarse ante Vox.

Hace cuatro años, parecía que el eje derecha-izquierda había desaparecido y si establecías esa división, te acusaban de antiguo y de simplista. Triunfaban entonces conceptos ambiguos como casta. Pero en las elecciones generales se ha vuelto a la dicotomía clásica con más fuerza que nunca: las derechas y las izquierdas. Y los resultados han arrojado, en votos, un empate técnico entre ambos lados del arco político. Redondeando: 11 millones de españoles han optado por PSOE y Podemos y otros 11 millones han preferido a PP, Ciudadanos y Vox. La ley d'Hont ha provocado diferencias sustanciales en el reparto de escaños favorecidas por la concentración del voto de la izquierda en el PSOE, pero las elecciones del 26 de mayo no van a ser iguales: la emoción está servida.

La campaña que empieza en Extremadura y en el resto de España el viernes que viene parte de un empate entre las derechas y las izquierdas. Aunque el PSOE haya ganado por goleada en Extremadura, la suma de sus votos más los de Unidas Podemos nos da una cifra muy similar a la suma de lo votos de PP, Ciudadanos y Vox. Hay partido y va a ser muy emocionante. Y de silencio nada. Habrá que esperar un mes para, haciendo caso a Rivera, volver a escucharlo.

En la campaña tremenda y emocionante que se avecina, se van a dirimir dos cuestiones: cuál es la fuerza hegemónica de la derecha en las ciudades, sobre todo en Cáceres, Badajoz y Mérida, donde Ciudadanos ganó al PP y donde la suma de las tres derechas, fundamentalmente en Cáceres y Badajoz, le daría la alcaldía a la formación con más votos. La otra gran emoción estará en las elecciones autonómicas. Sumando porcentajes y redondeando, ambos lados de la balanza están al 48%.

Desde el punto de vista estratégico, está más o menos claro cómo será la campaña de cada partido excepto el caso del Partido Popular, que tiene dos caminos para escapar a ese desagradable calificativo de derechita cobarde. La pregunta es: ¿cómo se es más valiente, siendo tan agresivo y duro como Vox, intentando comerle terreno por la derecha, o manteniéndose en una posición más centrada, con la que Monago triunfó en 2011, pero perdió en 2015? Hay que escoger entre el rap de hace cuatro años o el himno de la Legión. Yo creo que lo cobarde ha sido haber intentado ser Vox y lo valiente de verdad es mantenerse en las posiciones del PP de siempre por mucho que te critiquen con memes memos y tuiterías tontas.

El silencio de Rivera no era original. Está copiado de una canción del último álbum de Jorge Drexler llamada precisamente así: 'Silencio'. Escuchen la canción: el cantautor uruguayo canta, luego se calla y, como Rivera, invoca el silencio: «Todo el mundo intentando venderte algo, intentando comprarte, queriendo meterte en su melodrama, su karma, su cama, su salto a la fama, su breve momento de gloria, sus dos megas de memoria, subirte a su nube como un preso que sube, para luego exhibirte como un estandarte... No encuentro nada más valioso que darte, nada más elegante que este instante... de silencio... Silencio». Pero eso llegará el 27. Hasta entonces, nos va mejor la letra de una canción de Joaquín Sabina: «Mucho, mucho ruido; tanto, tanto ruido y al final...».

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