«Lo maté el día 15», dijo el homicida de Plasencia tras el juicio en el que afirmó ser inocente.S. Guinea
El homicida sonriente y Marcolino
Crónica Negra en Extremadura ·
En 2007 un mendigo mató a otro en Cáceres; 20 años después de un suceso similar en Plasencia. El autor del primer homicidio lo negó en el juicio; pero luego, entre risas, confesó que lo hizo
Durante su juicio Juan José G. M. negó una y otra vez que el 16 de diciembre de 1987 hubiera matado en Plasencia a Saturnino P. M. un mendigo amigo suyo, de 60 años, que había nacido en Gargantilla (Cáceres). Declaró que ese día no le había roto la cabeza a palos en una casa en ruinas que estaba frente al Hotel Alfonso VIII de Plasencia. También negó la acusación del fiscal de que le hubiera matado el día 16 al discutir con él por haber mantenido relaciones sexuales con su novia.
Al terminar el juicio Juan José salió de la sala de vistas sonriente, conteniendo la risa, ante el asombró de este periodista que nunca ha visto una cosa semejante en los 35 años que lleva haciendo información de tribunales en Extremadura. Los policías nacionales que le iban a llevar de nuevo a la cárcel le dejaron fumarse un pitillo con las manos esposadas en el patio de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, antes de meterlo en el furgón policial.
Entre risas el acusado miró al periodista, que estaba contemplándole asombrado a dos metros, y le dijo de sopetón:
–Están todo el tiempo que si lo maté el día 16. El día 16 para aquí y para allá, y yo el día 16 no le vi... Porque le maté el día 15. Le di con un tablón en la cabeza, y cuando le dejé ya supe que estaba dando la última boqueada.
–¿Y por qué le mató? ¿Por celos?
–¡Qué va! Eso que dicen de la mujer es una tontería. Yo ese día tenía muchas ganas de 'chocolate'. Le dije que me enseñara lo que tenía en una caja pequeña (donde yo pensé que guardaba la droga) y él dijo que no. Por eso empezó todo. Si me hubiera enseñado lo que tenía dentro no le hubiera pegado.
–Venga. ¡Ya está bien de charla! – interrumpió un policía nacional, sujetando por un brazo al homicida, que seguía sonriendo mientras apuraba el cigarro antes de entrar en el furgón.
Marcolino (a la derecha) junto a Rafael, al que mató a golpes unos días después de esta foto.
LORENZO CORDERO
Hice la información del juicio con la confesión de la conversación. El día que se publicó me felicitó un abogado: «Está muy bien; pero a él no le ha gustado, y no va a estar mucho tiempo en la cárcel». A los pocos días Juan José, que entonces tenía 52 años, fue condenado a 11 años de cárcel. Le encontraron culpable de homicidio. Se le aplicó la atenuante de una enfermedad mental, tenía una 'psicopatía explosiva del circuito energético», que le hacía ser bastante agresivo y violento.
La violencia la comprobé en sus antecedentes. Nacido en Aldeanueva del Camino, soltero, sin oficio, en 1980 fue condenado por un delito de lesiones. En 1983 cometió otro delito de homicidio. Le condenaron a siete años de cárcel, pero solo cumplió la mitad, por eso estaba en libertad cuando a mediados de diciembre de 1987 mató a palos a Saturnino.
El cadáver fue encontrado la noche del 17 de diciembre de 1987. Un conductor de la Caja de Ahorros de Plasencia fue al garaje que la entidad tenía en la avenida del Valle, y al ver el edificio en ruinas del número 12 de la corredera de Alfonso VIII, un edificio en el que dormían mendigos y vagabundos, se extrañó al ver a dos jóvenes salir corriendo. El conductor se lo dijo a un vigilante de seguridad de la Caja de Ahorros, este a la Policía Local, y varios agentes se acercaron al edificio. Al entrar, en la primera habitación vieron durmiendo a un mendigo que era muy conocido en Plasencia, 'El Portu'; en la segunda habitación no había nadie; y en la tercera estaba el cadáver. Al día siguiente era detenido Juan José.
El juicio estuvo a punto de suspenderse porque no acudió a testificar ni 'El Portu', ni la mujer que supuestamente había tenido relaciones con el muerto y su agresor. El abogado defensor pidió la absolución del acusado, «porque aquí no se ha demostrado quién mató a quién y cuándo lo mató».
Los forenses dijeron que al fallecido le habían hundido a golpes la bóveda craneal, y que llevaba más de 40 horas muertos. Por tanto... podía haber muerto el día 15, como decía entre risas el condenado.
20 años después
Lo curioso de los sucesos es que muchos se parecen, es como si se repitieran en el tiempo pero con distintos personajes. Veinte años después, en 2007, hubo un suceso similar al de Plasencia, entre dos mendigos que vivían en una nave, en las ruinas de Campsa en Cáceres, cerca del Ferial.
Uno se llamaba Rafael P. M., de 60 años, nacido en Valencia. El otro, de 28 años, era Marcolino J. dos A. S., natural de Pinela, un pueblo al norte de Portugal. La noche del 23 de junio de 2007 discutieron, Rafael le echaba en cara a Marcolino que no limpiaba la nave, y el mendigo portugués le golpeó con un palo en la cabeza. Le mató de dos golpes que le originaron un traumatismo craneoncefálico.
Noticia del crimen de 1987 y Marcolino en su juicio, en 2008.
HOY
El agresor llamó al 112, diciendo que se había encontrado muerto a Rafael. Le detuvieron al día siguiente en Cánovas, estaba bastante borracho.
Marcolino fue condenado a cuatro años. El tribunal de jurado dijo que no quería matar a Rafael. Se mostró arrepentido y tenía una limitación leve de sus facultades. No podía controlar impulsos espontáneos. Era analfabeto y había tenido cinco intentos de suicidio. Cuando bebía se autolesionaba. Le faltaban dos falanges de los dedos.
Tras el suceso se estuvo buscando a familiares de Rafael, pero sin éxito. Fue enterrado en Cáceres de caridad, a cargo del Ayuntamiento.
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