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El comisario europeo de Presupuesto, Günther Oettinger - EFE
Otra crisis en ciernes

Otra crisis en ciernes

El zurdo ·

Antonio Chacón

Badajoz

Domingo, 10 de marzo 2019, 08:39

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No oirán hablar de ella durante la campaña electoral. De ello se encargarán los trillizos de la derecha y del independentismo catalán. Para unos y otros, caras de la misma moneda nacionalpopulista, solo existe un tema de interés, el monotema: Cataluña. Sin embargo, hay una amenaza fantasma mucho más preocupante que se acerca peligrosamente, cual enorme asteroide: otra crisis económica.

Los augures de Mammón ya atisban pájaros de mal agüero en un horizonte cubierto de nubarrones. «Los mejores años han quedado atrás y las perspectivas van a oscurecerse algo», profetizó el martes el comisario europeo Günther Oettinger. Un día después, la OCDE publicó su último informe, en el que advierte que la economía mundial se desacelera más rápidamente de lo que pronosticaba no hace ni cuatro meses. «La expansión continúa perdiendo impulso por una mayor incertidumbre política (por el auge de los nacionalpopulismos a ambos lados del Atlántico, principalmente), las tensiones comerciales persistentes (entre Estados Unidos y China) y las continuas disminuciones en la confianza empresarial y de los consumidores», asegura el club de los países ricos. Y «los riesgos analizados continuarán aumentando». Por estos motivos, la OCDE, al igual que ya hizo el FMI en enero, ha rebajado sus previsiones. Significativo es el frenazo que pronostica para la eurozona, a causa, sobre todo, de la desaceleración del sector automovilístico alemán y la recesión técnica que padece Italia. Y la cosa puede ser peor con un 'brexit' sin acuerdo.

En definitiva, «vivimos un periodo de debilidad continua e incertidumbre generalizada», como admitió el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, el jueves, tras aplazar a 2020 la subida de los tipos de interés e invitar a los bancos a otra ronda de créditos baratos, a fin de que mantengan abierto el grifo del dinero a empresas y familias.

No obstante, está por ver que la magia monetaria de Supermario sea suficiente para evitar que el envejecido enfermo crónico europeo recaiga, porque hay elementos que se escapan a sus poderes. No solo a Europa, sino a todo el mundo le puede ir aún peor si China se ralentiza más de lo previsto, pues cuando el Gran Dragón estornuda, el planeta tiembla. Entonces, la crisis global sería inevitable. Ya hay economistas que anticipan que estallará en 2020. Y me temo que a España le coja aún demasiado débil, pues aún no se ha recuperado plenamente –y quizás nunca lo logre– de los devastadores efectos de la gran recesión que eclosionó en 2008. Nuestra deuda pública ronda el cien por cien del PIB y mientras la clase media mengua, crece el precariado y la desigualdad social, que siempre aumenta con las crisis.

De resultas, una nueva crisis podría ser el golpe definitivo que instaurara una 'plutonomía' en nuestro país, es decir, una sociedad donde la mayor parte de la riqueza es controlada por una minoría decreciente. Tal término se popularizó tras usarlo los analistas de Citigroup en un informe interno publicado en 2005 donde ven una oportunidad de negocio en la plutonomía y señalan a la democracia como su única amenaza.

Por ende, el auge de la ultraderecha en estos tiempos difíciles no es casual. En su obra cumbre, 'La gran transformación' (1944), Karl Polanyi considera la emergencia del fascismo como un momento autoritario del «capitalismo liberal para llevar a cabo una reforma de la economía de mercado, realizada al precio de la extirpación de todas las instituciones democráticas».

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