Borrar
Las suaves temperaturas de esta semana han sacado a la gente a la calle Menacho de Badajoz. ARNELAS
El coronavirus, la última amenaza para las calles de las tiendas de la región

El coronavirus, la última amenaza para las calles de las tiendas de la región

Las vías tradicionales en las que se concentra el pequeño comercio se enfrentan a la suspensión de bodas y eventos y a la competencia de internet

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 16 de agosto 2020, 09:03

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Otro palo en las ruedas del comercio. Y eso que las previsiones para este año eran buenas. «La gente prefiere casarse en los años pares y una fecha como 2020 había animado a muchas parejas», afirma Fernando Santiago, propietario de Acericos y presidente de los comerciantes de la zona centro de Plasencia.

Todo cambió radicalmente en marzo. El estado de alarma decretado para combatir la crisis sanitaria del coronavirus hizo que los comercios estuvieran dos meses cerrados. Esto hizo mucho daño en las calles comerciales, donde la mayoría son pequeñas tiendas que no suelen tener un pulmón económico que les permita aguantar sin ingresos. Ahora, ya abiertas, no terminan de recuperar los niveles de ventas previos a la crisis sanitaria.

Hay poco movimiento en las calles, aunque con excepciones, principalmente porque el miedo al virus sigue presente y el turismo, del que vive mucho este modelo de negocio (menos, por ejemplo, en los centros comerciales), se ha reducido de forma considerable. Un problema añadido a los que las tradicionales calles de las tiendas sufren desde hace tiempo. «Las grandes superficies y el comercio 'online' nos hacen daño», opina Fernando Segador, representante del sector de Villanueva de la Serena.

El coronavirus supone un nuevo escollo en el camino. Cierre obligado de negocios, primero, y oleada de cancelaciones, después. «Los vestidos de eventos están en los almacenes sin vender y la colección de primavera-verano, todavía en las tiendas», comenta Félix Retamar, portavoz de los negocios del Centro Comercial Abierto de Menacho, en Badajoz.

Si las compras a través de internet ya tenían peso, durante el confinamiento más gente se ha sumado a esta práctica. «Los clientes han hecho un máster en compra 'online'», advierte Retamar, que cree que los movimientos de los grandes grupos, como Inditex, hacia el cierre de tiendas físicas responden al aumento de las ventas electrónicas detectadas en los últimos meses.

El pequeño comercio se va subiendo poco a poco a esa ola. Ya hay iniciativas de asociaciones y particulares para desarrollar esta vía de negocio. Sin embargo, los empresarios entienden que no es la solución. «La penetración del comercio electrónico a nivel nacional es del 8%; la única solución es que la gente vuelva a entrar en las tiendas, que cerrarán si eso no pasa», declara Segador.

Tras la vuelta a la actividad, los rebrotes, la incertidumbre y el miedo, o la prudencia, están provocando que se suspendan eventos. «Las celebraciones son el motor del comercio», señala Santiago. «Se han aplazado el 90% de las bodas», añade.

Las tiendas de ropa o de calzado y las joyerías son las más afectadas por esta situación, pero negocios como las peluquerías y las tiendas de regalos o de menaje para el hogar también están notando la falta de ingresos que suponen estos eventos. Ante esta coyuntura, no hay demasiado optimismo en el sector y son muchas las asociaciones que prevén un otoño complicado que no todos los comercios podrán superar.

Badajoz

«El cierre de la movilidad con Cáceres y con Portugal nos ha afectado negativamente»

Desde que en el mes de mayo volvieran a la actividad las primeras tiendas después del confinamiento de la población, la calle Menacho, de Badajoz, ha ido recuperando poco a poco su clientela. Aunque no toda. «Hemos sabido adaptarnos bastante bien a la situación actual», expone Félix Retamar, representante de los negocios de la calle Menacho y Adyacentes.

Como tantos otros establecimientos, tuvieron que aplicar protocolos de seguridad sanitaria. «Nos echó una mano el ayuntamiento, sobre todo con las máquinas de ozono», afirma Retamar, que reconoce que no han podido cumplir con las expectativas de negocio que tenían cuando se retomó la actividad. Él lo achaca a dos motivos principales. «El retraso en la recuperación de la movilidad con Cáceres y Portugal y la cancelación de eventos y celebraciones, como bodas o comuniones».

El primero ha reducido el número de visitantes que llegan a la ciudad y el segundo ha dejado sin negocio a muchos establecimientos. «Hay tiendas que han vendido más, pero los establecimientos de calzado o moda tienen sus ventas estancadas», indica Retamar, que también cita el miedo que todavía siente la gente a la hora de salir a comprar.

El calor está siendo otro de los inconvenientes con los que tienen que luchar los comerciantes, ya que por las tardes las calles se vacían. «En cuanto sale un día nublado se nota y la gente se mueve», remarca Retamar, que cifra la ocupación de los locales en la zona en el 95%.

En la actualidad hay trece vacíos. «Ha habido cierres muy sonados, como Massimo Dutti o el de Springfield, que está en liquidación, pero se van a ocupar dos locales grandes y se han abierto pequeñas tiendas», declara, a la vez que advierte que esta demanda de inmuebles se concentra en Menacho. En las calles aledañas cuesta más atraer a empresarios.

Pese a todo, es optimista y cree que la zona tiene fortaleza suficiente para aguantar. «Debemos mantener el camino hacia la especialización que ya iniciamos hace cuatro años, cuando abrió El Faro», concluye.

En la calle Pintores, de Cáceres, echan de menos el movimiento que genera el turismo.
En la calle Pintores, de Cáceres, echan de menos el movimiento que genera el turismo. L..C.

Cáceres

«La calle Pintores cada vez tiene más locales cerrados»

La crisis sanitaria vivida ha llevado a negocios a bajar definitivamente la persiana en la calle Pintores de Cáceres. «Aquí hay cada vez más locales cerrados», confirma Gema Carrero, propietaria de Artemura, una tienda en la tradicional vía comercial cacereña.

No es una novedad, ya había inmuebles sin ocupar antes de que se conociese el coronavirus, pero el descenso de turistas en la ciudad este año se está notando mucho. «Hay tiendas que no abren por las tardes; esta zona vive del turismo», añade Carrero, que también achaca al calor la poca actividad que hay en la calle. «La gente prefiere centros comerciales, con muchas tiendas juntas y aire acondicionado», lamenta esta empresaria, que echa de menos que lleguen las ayudas económicas que se prometieron a los negocios.

La calle Santa Eulalia de Mérida.
La calle Santa Eulalia de Mérida. J. M. Romero

Mérida

«La falta de turistas y el teletrabajo están reduciendo mucho las ventas»

Menos movimiento en la calle Santa Eulalia, de Mérida. La capital regional es un foco de atracción turística, pero en 2020 no está recibiendo, ni mucho menos, un número similar de visitantes al de otros años. «La falta de turistas y el teletrabajo están reduciendo mucho las ventas», apunta Margarita Gil, integrante de la asociación de comerciantes emeritense, que también echa en falta las ventas que antes se hacían a los funcionarios y a otros trabajadores que se desplazaban diariamente a Mérida a trabajar.

La consecuencia inmediata es que se están detectando cada vez más locales vacíos. «Era algo que antes no sucedía en la calle Santa Eulalia», indica Gil.

Clientes en una tienda de la calle del Sol de Plasencia.
Clientes en una tienda de la calle del Sol de Plasencia. D. PALMA

Plasencia

«La pandemia está detrás de muchas de las causas para que estamos trabajando al 30%»

Unas rebajas atípicas las que se están viviendo en Plasencia. «Hay mercancía nueva que no se ha vendido, por lo que la campaña de descuentos no afecta a todos los productos», comenta Fernando Santiago, presidente de los comerciantes de la zona centro.

En esta ciudad también está creciendo el número de los locales cerrados en la zona de tiendas, que son las vías peatonales de la parte antigua, principalmente la calle del Sol. Uno de los temores es el cierre de tiendas de las grandes franquicias textiles –algunas ya lo han hecho–, que atraen a mucha gente a la ciudad.

Los que siguen abiertos no han vuelto a la normalidad en sus ventas. «Estamos trabajando al 30%; es consecuencia de muchas cosas, pero la pandemia está detrás de casi todas», declara Santiago, que cita el desempleo, los ERTE, el miedo a los contagios y el calor como las principales causas del escaso negocio.

Villanueva de la Serena

«Lo peor llegará cuando el 30 de septiembre se acaben las prestaciones»

Como en otras ciudades, ya había locales vacíos en las calles San Francisco, Hernán Cortés o Ramón y Cajal de Villanueva de la Serena. «Ahora han cerrado otros y lamentablemente serán más en un futuro», pronostica Fernando Segador, de la asociación Apac.

En su opinión, los negocios están supliendo las escasas ventas que realizan con las ayudas públicas, por lo que «lo peor llegará cuando el 30 de septiembre se acaben las prestaciones», dice.

El entorno de la plaza de España de Navalmoral de la Mata concentra las tiendas en la localidad.
El entorno de la plaza de España de Navalmoral de la Mata concentra las tiendas en la localidad. MAM

Navalmoral de la Mata

«No estamos recibiendo el mismo apoyo que otros sectores»

Su situación como punto de compras de la comarca hace que en las calles Antonio Concha, Urbano González o Pablo Luengo, de Navalmoral de la Mata, hayan recuperado parte de su clientela. «Las ventas dependen mucho del sector», reconoce Iván Hidalgo, presidente de los comerciantes locales, que critica que el comercio no reciba el mismo apoyo que otros sectores. «Se han quitado aparcamientos para que haya más distancia de seguridad en la calle y en las terrazas, pero al comercio le perjudica», concluye.

La zona de La Avenida, de Don Benito, es una de las buenas noticias del comercio en la región.
La zona de La Avenida, de Don Benito, es una de las buenas noticias del comercio en la región. E. DOMEQUE

Don Benito

«Han abierto negocios tras el confinamiento»

Es la excepción y en Don Benito son conscientes. «Hablo con otras asociaciones y están en una situación muy distinta», dice Vanesa Casado, portavoz de los comerciantes de esta localidad, que añade que en la zona de tiendas, conocida como La Avenida, han abierto cuatro negocios desde que finalizó el confinamiento. «Solo quedan dos locales para alquilar», apostilla.

Eso no quiere decir que hayan recuperado las ventas. «Estaremos al 80%, en lo que se refiere al textil, y hay otros sectores, como las agencias de viajes, que no están trabajando nada», afirma, a la vez que reconoce que se nota miedo al virus en la clientela. «Los días que se han declarado brotes y los posteriores baja mucho la presencia de gente en la calle».

Almendralejo

«De momento estamos aguantando, no se están planteando cierres»

Muy lenta va la recuperación del negocio en las calles Francisco Pizarro y Real de Almendralejo. «Los eventos son los que tiran de las ventas de ropa o calzado y se han cancelado, por eso está todo muy parado», según Marisa de Vega, presidenta de Asemce, que expone que, pese a las dificultades, las tiendas están aguantando y «no se están planteando cierres».

Para seguir así, considera que hay que trabajar en que los clientes se sientan seguros en las tiendas y transmitir a los ciudadanos que «se debe ayudar al comercio y comprar aquí», manifiesta de Vega, que cree que el confinamiento ha servido para que el pequeño comercio se ponga las pilas con internet. «Era un canal de venta que teníamos descuidado».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios