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Consulta de alergias en un hospital. hoy
Las consultas al especialista por alergias alimentarias se triplican en una década

Las consultas al especialista por alergias alimentarias se triplican en una década

La incidencia de esta patología es mayor en Extremadura que en el conjunto de España, especialmente en algunas frutas, como el melón

A.A.

cáceres.

Domingo, 23 de febrero 2020

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De cada cien personas que entran en la consulta del alergólogo en Extremadura, 16 lo hacen porque creen que su cuerpo no reacciona con normalidad ante el consumo o el contacto con algún alimento. Y en la mayoría de los casos, esa sospecha se confirma y el paciente pasa a engrosar la lista de quienes padecen algún tipo de alergia alimentaria, un grupo cada más numeroso en la comunidad autónoma.

Ese 16% por ciento de consultas al especialista relacionadas con esta patología -las dos primeras son la rinoconjuntivitis y el asma, normalmente relacionada con alergias primaverales- es un porcentaje superior a la media nacional, que se queda en el 11,4%, según los últimos datos de que dispone la Saicex (Sociedad de Alergología e Inmunología Clínica de Extremadura), referidos al año 2015. Justo una década antes, estas alergias suponían el 6% de las consultas a estos especialistas en la región, lo que significa que en diez años, el número de pacientes atendidos por este motivo se ha multiplicado por 2,7. Es decir, casi se ha triplicado.

«Es un incremento muy importante», valora María Isabel Alvarado, presidenta de la Saicex, que cita algunas posibles causas de este incremento. «La mayor contaminación -explica la doctora- hace que crezcan los niveles de polinización, y como consecuencia también han aumentado las alergias a pólenes, que con frecuencia están en el origen de alergias alimentarias debido a lo que se llama reactividad cruzada». También hay que tener en cuenta que «la población está más informada y que los niveles de diagnóstico son más altos», apunta Alvarado, que explica que «los síntomas más frecuentes son los cutáneos, seguidos del picor de boca o garganta, los respiratorios, que fundamentalmente son la sensación de asfixia o de atragantamiento, y los digestivos, principalmente diarrea y vómitos».

«El alérgico a un alimento debe hacerse visible cuando come fuera de casa. Es importante por su propia seguridad»

Mª Isabel Alvarado | Presidenta Saicex

En los casos más graves aparece la anafilaxia, que puede resultar mortal si no se trata con rapidez. Por eso es importante que los enfermos no olviden llevar consigo la medicación, que frecuentemente incluye corticoides, antihistamínicos y adrenalina.

La alergia a un alimento puede aparecer a cualquier edad, aunque es más habitual en niños», explica la presidenta de la Sociedad de Alergología e Inmunología Clínica de Extremadura. Según las estimaciones a escala nacional, este tipo de patologías afecta a entre el uno y el tres por ciento de la población y a entre tres y siete de cada cien niños (en estos últimos, las más usuales son a la leche o el huevo).

En la región, los alérgenos más frecuentes son las frutas y los frutos secos. Entre las primeras destaca el melocotón, con el que además, conviene estar particularmente atento porque está más presente que otras frutas en las reacciones más graves. Además, en Extremadura hay un grupo que tiene una incidencia superior a la normal en España. Son las cucurbitáceas, y en particular el melón.

«El motivo es que la sustancia que genera la reacción, que es la profilina, está presente en el polen de gramíneas, que en nuestra comunidad está más presente que en otras», aclara Alvarado. En cuanto a los frutos secos, los que generan reacciones adversas con más asiduidad son las nueces y las avellanas.

A modo de reflexión general, la doctora apunta que «es importante, en primer lugar, un buen diagnóstico, que no siempre es fácil de conseguir, y una vez que lo tenemos hay que ser rigurosos con las medidas de evitación de consumo o contacto con el alérgeno, y no olvidar la medicación». «Es clave también insistir en la necesidad de que el paciente, por su propia seguridad, sea exigente cuando come fuera de casa. El alérgico a algún alimento tiene que hacerse visible», concluye la presidenta de la Saciex, que hace unos días organizó una charla informativa en Cáceres, iniciativa que se repetirá en otras localidades extremeñas.

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Las alergias tienen su origen en el sistema inmune, mientras que las intolerancias se explican por otras causas, como el déficit de una enzima. Los síntomas son similares en unas y otras, pero mientras un alérgico debe eliminar la sustancia reactiva de su dieta por completo, el intolerante podría consumir pequeñas cantidades y apenas notar síntomas, según explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. «A menudo la gente las confunde», constata la presidenta de la Sociedad de Alergología e Inmunología Clínica de Extremadura (Saicex).

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La moda de la comida 'sin' | «No tiene sentido»

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