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Edificio en construcción en Badajoz. :: casimiro moreno
La construcción crece pero sigue lejos de ser lo que fue

La construcción crece pero sigue lejos de ser lo que fue

Cada mes se conceden en la región noventa visados de dirección de obra. Son veinte más que hace tres años pero 300 menos que antes de la crisis

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Domingo, 17 de diciembre 2017, 08:23

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La construcción se despereza en Extremadura. Empieza a salir del pozo profundo al que le empujó la crisis económica, pero lo hace a tal ritmo que alcanzar las cifras de su mejor época parece imposible. Entre enero y septiembre de este año se concedieron en la región 837 visados de dirección de obra nueva, según el Ministerio de Fomento. Son un 33 por ciento más que en el mismo periodo del año 2014, el ejercicio en el que el sector tocó fondo, pero también un 78 por ciento menos que en 2007, el año previo a la quiebra de Lehman Brothers, considerada el detonante de la recesión global. Visto en forma de media mensual, los números son más redondos: este año se están concediendo en la comunidad autónoma en torno a noventa visados cada mes, que son una veintena más que hace tres años pero trescientos menos que en la edad dorada del sector.

«Las cifras dejan poco lugar a la duda», constata José Luis Iglesias, gerente de Pymecon, la federación regional de la pequeña y mediana empresa de la construcción y afines. «Lo que percibimos en el día a día es que efectivamente hay síntomas claros de recuperación, pero igualmente claro es que estamos muy lejos de los años del 'boom'», reflexiona Iglesias, cuyo análisis coincide en esencia con el del secretario general de la Creex (Confederación Regional Empresarial Extremeña). «Los datos -resume Javier Peinado- marcan la pauta de lo que estamos viviendo, que es una recuperación a paso lento». «Estamos lejos -amplía- no ya de las cifras de la época de la burbuja inmobiliaria sino también de las de los años posteriores, y aún queda mucho hasta que el sector se estabilice y adquiera el peso que le corresponde».

La caída medida en euros

«Ahora se hacen promociones más pequeñas y con mejor relación calidad/precio»

José Luis Iglesias | Pymecon

El hecho de que se esté construyendo más que hace tres años pero mucho menos que hace diez tiene su lógica repercusión en el plano económico. En el ejercicio de 2007, cuando nadie en Extremadura hablaba del terremoto financiero que estaba al caer, los presupuestos de ejecución de los visados de dirección de obra nueva concedidos entre enero y septiembre sumaron 762 millones de euros. A partir de ahí, la caída en picado fue de tal calibre que en los mismos nueve meses de 2013 fueron 70, o sea, ni una décima parte. Y en idéntico periodo del presente ejercicio, 101 millones. Son cifras que refrendan que el sector está mejor de lo que estaba pero a una distancia grande de su mejor época.

Todos estos datos son, en opinión del secretario general de la Creex, «un lastre para el PIB regional». «La construcción -argumenta- es uno de los pilares de la economía extremeña, porque da empleo a mucha gente y porque de ella dependen otros muchos sectores: el de los materiales de construcción, pintores, fontanería, mobiliario, equipamiento del hogar...». «En los últimos tiempos -abunda Javier Peinado- oímos hablar mucho de la necesidad que tiene Extremadura de cambiar su modelo productivo, pero eso es algo que no se va a producir de un año para otro, y mientras se da o no ese cambio, la economía regional necesita que sectores como el de la construcción tengan buena salud».

Que el enfermo remonta se aprecia, por ejemplo, en que a las licitaciones públicas empiezan a presentarse menos empresas, porque ya las hay con sus proyectos en marcha y que no tienen esa urgencia de antes por quedarse con cualquier contrato. Que el paciente mejora en sus constantes vitales pero que sigue siendo una sombra de lo que un día fue queda claro también al analizar los datos oficiales de compraventa de viviendas. En los nueve primeros meses del año 2007 se cerraron en la región 12.929 transacciones inmobiliarias. En el mismo periodo de 2013 fueron 3.612. Y de enero a septiembre de este año, 5.840. También se puede ver así: antes de la crisis se vendían en Extremadura 35 viviendas cada día, frente a las 10 del peor año de la serie, que fue 2013, y a las 16 de ahora.

«El sector tiene asumido que no volverá a los números del boom de 2007, pero seguramente sí se llegará a los de finales de los años noventa y principios de este siglo», pronostica Peinado. Él lamenta que la crisis, además de menos actividad y ventas, mucho paro y una ristra de empresas quebradas, haya dejado otra consecuencia: una imagen dañada. «Hay cierta demonización -expone el responsable de la Creex- hacia un sector que emplea a más de catorce mil personas, que tiene ocho mil autónomos y al que pertenecen más de tres mil empresas, números que no se dan en casi ningún otro ámbito de una economía como la extremeña».

Otro efecto que deja la convulsa década que ha vivido la construcción tiene que ver con las entidades financieras. Hace diez años, un promotor se presentaba en una oficina bancaria, le enseñaba al director en su despacho los planos de una promoción de viviendas que quería levantar y al cabo de unas semanas, la entidad le había concedido el crédito que necesitaba. Así ocurría la mayoría de las veces. Ahora, eso no sucede, según indican fuentes del sector. Las mismas que apuntan que es habitual que las entidades financieras no le suelten un euro al promotor si antes no ha garantizado la venta de un determinado tanto por ciento de los pisos, chalés o unifamiliares que va a levantar.

La nueva realidad

Son las condiciones del paisaje después de la tormenta. Del lado de las promotoras también han cambiado las rutinas de trabajo. «Ahora no vale cualquier suelo en cualquier ubicación», explica el gerente de Pymecon. «Las promociones que se están haciendo actualmente -detalla José Luis Iglesias- son generalmente más pequeñas, tienen mejores materiales, mejor relación calidad/precio, cuidan más lo relacionado con la eficiencia energética y además, se han concebido y ejecutado habiendo estudiado con detalle previamente el perfil del posible comprador».

Otra variable imposible de obviar en este escenario es el precio. «Está bastante contenido, y yo no auguro grandes subidas ni bajadas para los próximos años», vaticina Iglesias. «Las urgencias de algunas empresas que se quedaron con promociones sin vender y créditos por pagar motivaron descensos de precios muy bruscos, de forma que ciertamente hubo auténticos chollos, fundamentalmente en la costa y en las grandes ciudades», expone el gerente de Pymecon. «Pero tras el ajuste de estos años y con la mejora de la situación -continúa-, los precios de hoy en día son ajustados, y en un mercado como el extremeño no se esperan grandes sobresaltos a no ser que la demanda se dispare, algo que no parece probable».

«Aún queda mucho hasta que el sector se estabilice y adquiera el peso que le corresponde»

Javier Peinado | CREEX

De nuevo, las cifras le dan la razón. En el tercer trimestre del año 2009, el precio medio de las transacciones inmobiliarias que se produjeron en Extremadura fue de 115.263 euros. En el mismo trimestre del presente ejercicio, el importe medio fue de 73.740 euros. O sea, el valor tipo de las operaciones que se cierran ahora es un 36 por ciento inferior al de 2009, pero un once por ciento superior al de 2016, según las últimas cifras publicas por el Ministerio de Fomento. Otra vez, se refrenda el diagnóstico: la situación ha mejorado pero el horizonte de los mejores años se intuye inalcanzable.

Quizás sea posible acercarse a él si se produce una cierta reinvención del sector. O si al menos se introducen novedades que le ayuden a ser más dinámico. Javier Peinado cita una posibilidad concreta: la rehabilitación integral de edificios e incluso de barrios enteros. Es una opción apenas explorada en Extremadura pero que sí conocen bien en otras comunidades autónomas, principalmente en aquellas que tienen un amplio catálogo de ciudades con decenas o centenares de miles de habitantes.

Hace ocho años se vendían a diario en la comunidad autónoma 35 viviendas a un valor medio de 115.000 euros, y ahora, 16 a un precio tipo de 74.000

En líneas generales, se trata de rehabilitar edificios a los que el paso de los años les ha restado lustre. En ellos vive gente, con la que la empresa promotora acuerda que salgan de sus casas durante el tiempo que va a durar la obra -habitualmente uno o dos años, no más-, siempre facilitándoles un hogar en el que vivir mientras tanto. Una vez completada la reforma, el comprador disfruta de una vivienda remozada, casi nueva, pagando mucho menos de lo que le costó o de lo que le valdría reformarla si lo hiciera él solo en vez del bloque entero. «Se trata de una opción muy a tener en cuenta y que beneficiaría a todos», opina el secretario general de la Creex, que eso sí, tiene claro que deberían cambiar algunas cuestiones si se quiere desarrollar en la región este tipo de iniciativas. «Sería necesario -reclama- eliminar trabas administrativas e incentivar que los ciudadanos se decantaran por esta fórmula». «No me refiero tanto -amplía- a conceder subvenciones directas como a beneficios indirectos, por ejemplo por la vía de la fiscalidad».

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