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Sábado, 25 de mayo 2019, 09:25
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Desde el jueves 23 hasta mañana domingo, 26 de mayo, se celebra en São Pedro do Corval la Feria Ibérica de la Alfarería y el Barro. Salvatierra de los Barros y este pueblo alentejano del ayuntamiento de Reguengos de Monsaraz se alternan para celebrar esta fiesta de la alfarería tradicional. São Pedro do Corval está enclavado en un terreno arcilloso del que ha sabido aprovechar sus propiedades para encontrar una forma de vida. En el pueblo llegó a a haber 40 alfarerías, 'olarias' en portugués. Hoy, ese número se ha reducido a 22 en un pueblo de 1.300 habitantes.
En Reguengos, la capital municipal, la publicidad y los folletos turísticos se refieren a São Pedro do Corval como el «mayor centro oleiro de Portugal». Al cruzar el pueblo por la carretera general, se suceden las tiendas de cerámica popular con platos, tinajas y todo tipo de artilugios y recipientes expuestos. Una de las ventajas de São Pedro do Corval es que está en la ruta que une el turístico pueblo de Monsaraz, fortaleza elevadísima en un cerro sobre el pantano de Alqueva, con la capital del municipio: Reguengos. Esta situación estratégica facilita un incesante trasiego de turistas que se detienen a curiosear y comprar, sorprendidos por la viveza de la cerámica que tienta desde los arcenes de la carretera.
En el siglo XIII, ya se reconocían algunos privilegios a los alfareros del Alentejo y en el pueblo, conocido antes como Aldeia do Mato, había 53 profesionales del barro, que hacían piezas funcionales para la cocina, para el agua, para el hogar... A finales del siglo XX, la cerámica práctica de barro deja de venderse y entonces, los ceramistas de São Pedro optan por innovar y pintar de colores la loza o a decorarla con dibujos de flores y otros detalles como paisajes o escenas bucólicas y pastoriles e incluso figuraciones abstractas. Una curiosidad: ya no se suele utilizar el barro de la región, sino de Cataluña pues les sale más barato comprarlo ya embalado en Barcelona que extraerlo en el pueblo.
Al otro lado de la frontera, Salvatierra de los Barros es el pueblo hermano de São Pedro do Corval. Con 1.664 habitantes en 2018, en Salvatierra abren 16 alfares. Este fin de semana, las dos capitales ibéricas de la cerámica tradicional celebran su feria-fiesta con presencia de expositores de ambas localidades y múltiples actividades como talleres, concursos, demostraciones y un festival de música ibérica.
El problema de esta cerámica de toda la vida es que los alfareros empiezan a ser mayores y no parece haber relevo generacional. Pero visitar este fin de semana São Pedro do Corval merece la pena. Para llegar, lo mejor es entrar en Portugal por la frontera de Villanueva del Fresno, al sur de Badajoz, y desde allí, ir por Mourão y el pantano de Alqueva hasta Reguengos de Monsaraz, donde cogeremos la carretera que lleva a Corval y a Monsaraz.
La zona, además de ser rica en cerámica en São Pedro do Corval, es famosa por las mantas alentejanas de Reguengos. También destacan los excelentes vinos de la comarca, donde se han instalado enólogos y emprendedores de media Europa con ganas de levantar bodegas de primera. Este deseo empieza a dar sus frutos y en Portugal, decir Reguengos de Monsaraz es decir vino de categoría: Carmim, Herdade do Esporão, Ervideira, José de Sousa, Adega do Calisto, Monte das Serras, Monte dos Perdigões o São Lourenço do Barrocal.
Más atractivos: paseos en barco por Alqueva desde el Club Náutico de Monsaraz (20 euros por persona una travesía de dos horas con aperitivo a bordo). En cuanto a restaurantes, momento clave de cualquier excursión a Portugal, apunten dónde disfrutar de un banquete alentejano a precio razonable tras haber recorrido la feria de la cerámica ibérica: Adega do Cachete en São Pedro do Corval con raciones abundantes de migas, bacalao, cataplana, lagarto de cerdo ibérico... No es caro, pero estos días de feria estará hasta arriba. Quizás sea mejor acercarse a Reguengos, donde se come bien sin que te claven en Aloendro, O Barril, A Grelha, O Pingo y Al-Andaluz, que a pesar de su nombre, sirve comida alentejana abundante y a buen precio y el chef es muy amable.
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