La compra de viviendas crece en Extremadura un 45% en el primer semestre de 2021

Es innegable que en los números del año pasado, sobre todo a partir de febrero, la pandemia de coronavirus tuvo una influencia decisiva. La caída que se registró en los primeros seis meses del año pasado en comparación con 2019 rozó el 25% en la región. Se trata de un descenso ligeramente más grave, al que hubo a nivel nacional, donde la bajada fue del 23,4%.

Sin embargo, la recuperación de las ventas de vivienda en Extremadura también ha sido más acusada que en el conjunto del país. Mientras en la región se vendieron en los primeros seis meses de 2021 un 8,7% más de inmuebles que en el mismo periodo de 2019, la cifra apenas se ha movido un 0,6% a nivel nacional. Es decir, en Extremadura se ha recuperado la tendencia al alza que se inició en 2014 –por supuesto, exceptuando 2020– y en el resto de España se ha vuelto en este 2021 a unos números muy similares a los que había hace dos años.

Curiosamente, entre los motivos de este aumento de las ventas en la región desde el sector inmobiliario también se cita a la pandemia. «Hemos notado una mayor demanda de viviendas unifamiliares, principalmente por el jardín; pero también de casas más amplias, que tengan terrazas y en las que se puedan habilitar zonas para el teletrabajo», destaca Abelardo Martín, presidente de la asociación de promotores de Fecons y gerente de Iniexsa.

Esa búsqueda de domicilios con mejores condiciones y el mayor ahorro que han podido realizar las familias que no se han visto afectadas laboralmente por la crisis sanitaria son otras de las causas que están detrás del crecimiento de la compra-venta de viviendas. «También se debe tener en cuenta que ha habido muchas transmisiones de derechos de propiedad a causa de las herencias, porque han fallecido personas mayores que eran propietarias de viviendas», según Cotallo.

Los datos del INE (Instituto Nacional de Estadísticas) apuntan en esa dirección. El incremento durante el primer semestre del año en Extremadura ha sido mucho mayor en vivienda usada, un 49%, que en vivienda nueva, un 17%.

En este último aspecto también influye el precio. «En la vivienda de segunda mano se ha notado una caída», aporta Martín. Por el contrario, Cotallo añade que «construir una vivienda nueva es cada vez más caro y eso repercute en el precio que paga el cliente final; una unifamiliar está más cerca de los 300.000 euros que de los 150.000 y eso es mucho dinero».

A pesar de que ese aumento en el precio de la vivienda de nueva construcción puede contraer algo el mercado, la previsión dentro del sector inmobiliario es que el volumen de ventas se mantenga más o menos estable en un futuro próximo.

Sí pueden surgir problemas para cumplir con los plazos. La falta de mano de obra preocupa mucho al sector. «No hay albañiles; la formación no se hace bien, porque se alarga mucho en el tiempo y la parte práctica se acaba aprendiendo en la obra», indica Cotallo.

Por su parte, desde Fecons insisten en que esa falta de trabajadores supondrá que aumente el coste de mano de obra y que las promociones necesiten más tiempo para finalizarse. «Va a ser difícil que el sector de la construcción aproveche el dinero en ayudas que venga de Europa», detecta Martín otra complicación añadida.