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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
El investigador Valentín Gómez tiene catalogadas las colillas según su longitud y grosor. JORGE REY

Colillas recicladas, el nuevo aislante acústico

FÍSICA APLICADA ·

Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica de la UEx en Cáceres desarrolla un proyecto para amortiguar el sonido y reutilizar el filtro de los cigarrillos a la vez

ALBA BARANDA

Jueves, 26 de julio 2018

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El gesto que vemos casi a diario de tirar las colillas al suelo está ocasionando graves consecuencias medioambientales al planeta. Y es que, el 65% de los cigarrillos consumidos termina su vida útil en el pavimento. O lo que es peor, en los mares. Esto supone que tardan más tiempo en descomponerse pero se siguen desmenuzando en trozos más pequeños que ingieren los animales marinos. Este dato, según Greenpeace, es bastante alarmante, ya que las colillas, compuestas por acetato de celulosa, son altamente tóxicas y de esta forma pueden llegar hasta la cadena alimentaria.

De hecho, un solo filtro contiene más de 8.000 sustancias que pueden reaccionar con otros compuestos del medio y contaminar. Según la asociación ecologista, cada uno puede intoxicar hasta 50 litros de agua dulce y diez de salada.

Pero hay otro problema más allá de la contaminación; se trata de la baja biodegradabilidad de los distintos componentes que la conforman, lo que hacen que una colilla tarde entre ocho y doce años en desaparecer. Aquí entran en juego un grupo de investigadores extremeños que están trabajando actualmente para buscar solución a este problema y darle una segunda vida a los cigarros que yacen en el suelo.

Hace casi tres años, Rubén Maderuelo-Sánz desarrolló su tesis sobre el reciclado de los residuos del corcho como material acústico para la construcción. Debido a los buenos resultados obtenidos, se unió a Valentín Gómez Escobar, profesor titular de la Universidad de Extremadura en el área de física aplicada. Juntos decidieron abrir una nueva línea de investigación, pero continuando por esas lindes de insonorización.

En uno de esos momentos en el que las ideas truenan y rebotan por las cabezas pensantes, apareció la imagen de una colilla tirada en el asfalto. «Es un problema mundial porque son cuatro mil millones las veces que un cigarrillo acaba en el suelo o en el agua a lo largo de un año», expone Gómez. «Por eso, pensamos que era una buena idea probar con los filtros y ver si servían como material absorbente del sonido», explica.

La muestra se introduce en un tubo de impedancias para obtener las propiedades acústicas.
La muestra se introduce en un tubo de impedancias para obtener las propiedades acústicas. JORGE REY

Sorpresas

Antes de dar comienzo con el estudio, indagaron para ver si ya se había realizado algo parecido en alguna parte del mundo. «Para nuestra sorpresa no se había hecho nunca», confiesa Gómez. Así que se pusieron los guantes y manos a la obra.

Conseguir el producto para las muestras no fue una tarea especialmente difícil, y más teniendo en cuenta que se han convertido ya en el 30% total de la basura mundial, por delante de los envases, botellas y bolsas. En España por cada botella de plástico se arrojan 18 colillas.

Gómez, que trabaja en la Escuela Politécnica de Cáceres, encomendó esta tarea a las personas encargadas de vaciar la parte superior de las papeleras, donde se suele dar fin al último fuego de los cigarrillos. Los operarios le entregan todo lo que hay en esas bandejas y él se encarga de separarlas por tamaño y grosor, y de quitarles el sobrante de tabaco. No fuma y se ha convertido ya en todo un experto en marcas tabaqueras.

Una vez que tiene las colillas correctamente catalogadas, llega el momento de evaluar la capacidad de absorción del sonido en las mismas. Esta tarea la desempeña junto a Maderuelo-Sánz, que es físico en el área acústica en el Instituto Tecnológico de Rocas Ornamentales y Materiales de Construcción (Intromac).

Los filtros absorben las ondas sonoras incluso mejor que algunos materiales utilizados en la construcción

«Las primeras muestras salieron tan bien que hasta pensamos que la máquina que habíamos utilizado estaba estropeada», indica un sonriente Valentín. Tras comprobar la buena acogida que tuvo este estudio pionero por parte de la comunidad científica se pusieron a buscar financiación para poder ampliar márgenes.

en esta cámara reverberante, situada en la Escuela Politécnica, se mide la absorción de materiales a gran escala. Se usa también para caracterizar la potencia sonora de distintas fuentes.
en esta cámara reverberante, situada en la Escuela Politécnica, se mide la absorción de materiales a gran escala. Se usa también para caracterizar la potencia sonora de distintas fuentes. JORGE REY

La compañía tabaquera Altadis se mostró interesada desde el primer momento en firmar un convenio de colaboración, y gracias a esta ayuda económica particular, han podido comprar un tubo de impedancias exclusivo para este estudio, ya que hasta el momento lo compartían con los trabajadores de Intromac.

En esta máquina se introducen las colillas y se mide el coeficiente de absorción acústica de las diferentes muestras; con papel o sin él, más apelmazadas o menos, de diferentes marcas (todas no tienen la misma compactación), disgregadas a mano, o con filtros limpios comprados en un estanco; entre otras muchas pruebas. Sin embargo, todas arrojaron un resultado excelente. «Llegan casi a uno (el máximo), es decir; absorben muchísimo», confirma Gómez, que se ha convertido en el responsable de esta novedosa investigación.

Junto a Maderuelo-Sánz han conformado un equipo con perfiles muy variopintos, pero todos necesarios. María José Arévalo se encarga del tratamiento químico de las muestras. «En este campo es de particular importancia el limpiado de las colillas usadas», asevera Gómez.

María Luisa Durán es informática y utiliza las fotografías de las muestras para calcular la superficie de poros existentes entre las almohadillas. La matemática Carmen María Ortiz realiza la modelización teórica de la absorción de las muestras. Y por último, Carlos Javier Pérez, también de la misma rama profesional que la anterior investigadora, analiza estadísticamente los diferentes resultados.

El estudio resuelve dos problemas medioambientales de golpe: ruido y contaminacion

La conclusión principal es que las muestras preparadas tienen un nivel de absorción bastante elevado, similar e incluso superior a la de muchos de los materiales utilizados en la construcción. Esto abre la posibilidad de que las colillas se utilicen como amortiguadores de sonido. Esta nueva utilidad para los cigarros usados permitiría resolver dos problemas ambientales a la vez: ruido y contaminación.

Actualmente el proyecto está en la fase de realizar todas las comprobaciones pertinentes en el laboratorio, pero a pesar de los buenos efectos conseguidos «aún queda estudiar cómo se podría aplicar esto a escala industrial», comenta el profesor.

La lana de roca y la fibra de vidrio son materiales de alta porosidad y baja masa, por lo que tiene buenas propiedades de absorción acústica, como las colillas de tabaco.
La lana de roca y la fibra de vidrio son materiales de alta porosidad y baja masa, por lo que tiene buenas propiedades de absorción acústica, como las colillas de tabaco. JORGE REY

Gómez sabe que tiene un proyecto muy potente entre las manos y reitera en varias ocasiones que no hay que olvidar que las colillas contienen sustancias químicas tan nocivas como nicotina, pesticidas, metales, alquitrán y carcinógenos, entre otros; por lo que su máxima principal es «que no se tiren nunca al suelo».

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