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¿Qué ha pasado hoy, 17 de abril, en Extremadura?
Los nuevos dispositivos son todavía minoritarios frente a los cigarrillos tradicionales. :: arnelas
Los cigarrillos tienen alternativa

Los cigarrillos tienen alternativa

Los fumadores de entre 15 y 65 años han crecido en un 5,5% en la región durante el siglo XXI Productos con y sin tabaco, pero todos sin generar humo, compiten en el mercado

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Viernes, 3 de mayo 2019, 08:31

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En Extremadura fuma un 39% de sus habitantes entre 15 y 64 años. La última encuesta del Ministerio de Sanidad sitúa a la región por encima de la media nacional en el consumo de tabaco, que se queda en el 34%.

En una sociedad cada vez más concienciada con la salud, los datos de fumadores se mantienen, sin embargo, en unos niveles elevados. La Organización Mundial para la Salud (OMS) apunta que en 2025 habrá mil millones de fumadores en todo el mundo.

Las leyes cada vez más restrictivas o la subida impositiva no han conseguido reducir el número de consumidores de tabaco. De hecho, en la misma encuesta del Ministerio realizada en 1999 había un 33,6% de fumadores en la región y un 37,9% en 2011, cuando entró en vigor la ley antitabaco del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Es decir, por debajo del actual 39%.

Los consumidores reconocen que era más cómodo portar el paquete y el mechero que los cargadores y baterías

Sara García Falcó | Fumadora

«Es más limpio, no deja olor ni ceniza y me noto mejor físicamente, pero es más incómodo tener que cargar el dispositivo»

Lo que sí han detectado las tabaqueras es que existe una demanda cada vez mayor de productos menos perjudiciales para la salud. En este punto, las empresas del sector han optado por la misma solución básica: no producir humo. Las alternativas, en este sentido, que hay en el mercado son dos. Por un lado está el tabaco calentado y por otro el cigarrillo electrónico.

La idea que está detrás de ambas soluciones persigue el objetivo de eliminar las sustancias tóxicas que se generan por la combustión, algo que sucede con cualquier materia orgánica que se queme, no solo con el tabaco. De esta forma, al no inhalar humo se evitarían gran parte de los problemas que causa fumar. Esta es la promesa de las tabaqueras: ofrecer un producto que suponga un riesgo menor para la salud.

«Me noto mucho mejor físicamente en mi vida diaria y a la hora de hacer deporte», comenta Lucas García, que lleva cuatro años vapeando y no ha vuelto a encender un cigarro.

Ninguno de los sistemas es inocuo. Pero sus usuarios sí ven beneficios evidentes si los comparan con los cigarrillos convencionales. El olor -ya sea en casa, en la ropa, en el coche o del pelo y el aliento del fumador- es uno de los aspectos que primero citan tanto los vapeadores como los usuarios de los dispositivos con tabaco. «Es más limpio, no deja ceniza», en palabras de Sara García, que lleva dos años utilizando un dispositivo de tabaco calentado.

Con tabaco calentado

Ellos pueden hacer esa comparación porque saben lo que es un cigarrillo. La nota común es que todos llegaron a estas alternativas siendo previamente fumadores. El consumo todavía es muy residual. La encuesta anteriormente mencionada cifra en el 0,9% los usuarios diarios a nivel nacional de cigarrillos electrónicos.

En el grupo de los dispositivos sin humo que sí tienen tabaco se encuentra iQos, la apuesta que Philip Morris (Marlboro) lanzó en España a finales de 2016 y de la que se han vendido 175.000 unidades, como confirma la propia compañía. Su consumo no es mediante combustión. Lo que hacen es calentar el tabaco mediante una resistencia a temperaturas inferiores a 350 grados, muy lejos de los más de 600 que alcanzan los cigarrillos convencionales, y que mantiene constante gracias a un software que han desarrollado. Esto genera un vapor, con nicotina, que se inhala. Una vez que se activa, el producto se consume en seis minutos o en 14 caladas. «Cuando fumaba mucho, al día siguiente me encontraba fatal, ahora no; también me noto mejor físicamente cuando hago deporte», expone Sara García, que tampoco consume cigarrillos.

Philip Morris también tiene en el mercado dispositivos sin combustión que no utilizan tabaco. Lleva quince años trabajando en el desarrollo de alternativas. Sin embargo, iQos es su línea principal, ya que la consideran como la más sostenible para el sector del tabaco.

En el caso de los vapeadores, los fumadores inhalan el vapor que se genera al calentar un líquido que puede, o no, llevar nicotina. Las principales marcas son Myblu, de Imperial Brands (Fortuna), y Juul. La primera está a la venta desde octubre del año pasado y es la más habitual en los estancos extremeños, mientras que la segunda se comercializa desde abril de este año. Aunque hay muchas otras que se pueden adquirir a través de Internet o en tiendas especializadas en vapeo.

Entre las ventajas que citan sus usuarios también se encuentra el precio. «Creo que me gasto un 50% menos de lo que me gastaba antes», afirma Lucas García, que comenta que utiliza este sistema para reducir la ansiedad que le provoca la falta de nicotina. Añade, no obstante, que la sensación de vapear no es la misma que la de fumar y que también le resulta más incómodo llevar encima todos los elementos necesarios -cargadores, líquidos, vapeador- que el paquete de tabaco y el mechero.

Por ahora, no existe una regulación específica para los productos de tabaco calentado. Por ello, los usuarios se acogen a lo que marca la relativa a los cigarrillos electrónicos, cuyo uso no está permitido en los espacios públicos, como colegios u hospitales, así como en los vehículos de transporte de viajeros ni siquiera en las marquesinas.

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