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BRÍGIDO
Cienfuegos da ejemplo

Cienfuegos da ejemplo

Frente a las palabras huecas, frases hechas y explicaciones surrealistas de los políticos profesionales, es de agradecer la honestidad del atleta montijano

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Sábado, 14 de septiembre 2019, 10:16

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En estos tiempos que corren de palabras huecas, frases hechas y explicaciones surrealistas, cuando las hay, que sirven para decir sin decir, es de agradecer la claridad y la honestidad de Javier Cienfuegos. El atleta de Montijo, plusmarquista nacional de lanzamiento de martillo, que ha batido su propio récord de España tres veces este verano, ha reconocido esta semana en una entrevista, publicada en este periódico, que el buen momento deportivo que atraviesa tiene una explicación: «Se debe a la tranquilidad, a tener una estabilidad laboral que antes no tenía».

Esa tranquilidad se la da la política. Javier Cienfuegos es, desde el pasado 18 de junio, diputado en la Asamblea de Extremadura por el PP. Una salida laboral, por tanto, que acaba con la «incertidumbre constante», ha dicho el montijano, en la que viven los deportistas profesionales. Por eso, porque su nuevo trabajo le garantiza unos ingresos estables, es compatible con el deporte de competición al que se dedica y su manera de pensar se acerca a la del PP, según ha dicho, el atleta aceptó la oferta de José Antonio Monago.

No sabemos si lo hubiera hecho en caso de tener esa estabilidad laboral por ser deportista profesional, que creo que es como debería ser, pero es de agradecer la honestidad que ha demostrado en sus declaraciones públicas. Ojalá dentro de cuatro años eso no haya cambiado en el atleta y siga siendo más lanzador de martillo que político, porque eso significará que continúa llamando a las cosas por su nombre, que se alejará de frases hechas y huecas y explicaciones surrealistas. Lamentablemente es a lo que asistimos un día sí y otro también por parte de algunos políticos profesionales, que se dedican a soltar grandes o pequeñas parrafadas sin transmitir un mensaje comprensible. Pero no porque no sepan.

Considero que posiblemente sería saludable que se exigiera que quien entrara en política tuviera su vida garantizada, un trabajo al que regresar y unos ingresos de los que continuar viviendo después de ella, porque entonces habría menos dudas de que su llegada a la misma tuviera que ver con buscarse la vida. Pero creo que lo que se les debería exigir sin duda es que se dejen de pamplinas y hablen claro como ha hecho Javier Cienfuegos.

En el panorama nacional, me habría encantado asistir a algunas de las reuniones en las que PSOE y Unidas Podemos nos llevan tiempo enredando y en las que, supuestamente, buscan una fórmula de acuerdo que evite que tengamos que ir a unas nuevas elecciones. Porque las explicaciones que dan, centradas en si son más o menos flexibles unos y otros, hacen pensar que quizás lo único que no les ha cuadrado al final, salvo sorpresa de última hora, que pudiera ser, es el reparto de los sillones. Mientras PP y Cs siguen aburriendo con unos discursos que muestran que la gobernabilidad o no del país parece que les da igual.

En el ámbito europeo, porque la falta de claridad llega a todos los lados, me encantaría saber, por ejemplo, por qué Javier Nart, el eurodiputado de Ciudadanos, deja el partido pero no el acta, siguiendo el camino de otros muchos antes, de todos los signos políticos. Quizás lo de los ingresos estables tenga algo que ver, tal vez la adicción que parece que genera el poder, acaso la equivocada idea de considerarse imprescindible.

La sucesión de Vara

Y aquí, más cerquita, sería deseable escuchar de nuestro presidente, Guillermo Fernández Vara, una explicación mucho más clara de por qué ahora, en su momento no se opuso, quiere derogar la ley que establece mandatos máximos de ocho años consecutivos para los presidentes de la Junta de Extremadura. Precisamente porque esa norma le impide volver a ser el candidato socialista, requiere por su parte una mejor explicación sobre su interés en eliminarla.

Lo que ha dicho hasta el momento, que un último mandato puede deteriorar la acción de su gobierno, y que su sucesión no puede centrar un debate en el que tienen que estar los problemas de los extremeños, suena a milonga. Si realmente él lo cree, es para preocuparse. Supone que tenemos un gobierno fácilmente deteriorable y la sucesión de su líder les hace olvidar para qué están donde están. Con o sin ley que limite los mandatos se hablará del próximo candidato socialista, ¡cómo no! A no ser que desde ya diga que vuelve a repetir. Entonces sí se acabaría la película. Pero comenzaría otra, claro. Aunque la explicación que se diera es que el objetivo es continuar centrado en la resolución de los problemas de los extremeños.

Lo dicho, a ver si el ejemplo de Cienfuegos empieza a cundir.

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