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«Nuestra cerveza alimenta»

«Nuestra cerveza alimenta»

En Zarza de Granadilla, birras con sabor a bellota, cereza y jamón

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Martes, 4 de mayo 2021, 10:41

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El mundo de la cerveza los unió empresarialmente. Aunque antes de ese flechazo cervecero, había más coincidencias entre Alfonso Vallejo y Marcos Rubio. Los dos nacieron en Zarza de Granadilla y lo hicieron el mismo año: 1987; los dos son ingenieros agrónomos, los dos son primos y los dos tenían la voluntad de quedarse en su pueblo y emprender desde allí alguna aventura empresarial. Esa aventura empezó llamándose cerveza y ha acabado llamándose ginebra, ron, crema de orujo y crema de cereza.

Alfonso y Marcos ya están lanzados. En estos momentos, están haciendo obras para tener nuevas instalaciones a finales de primavera: fábrica de cerveza, destilería y almacén para después organizar visitas guiadas que aprovechen el atractivo gastronómico de Zarza de Granadilla: el queso, los restaurantes, la cerveza...

«Estuve de Erasmus cerca de Múnich, donde se encontraba la fábrica de cerveza más antigua del mundo, que data del año 1040. Ese pueblo era Freising y allí aprendí a hacer cerveza», recuerda Alfonso los inicios. De regreso a su pueblo, los hosteleros de Zarza de Granadilla le daban botellines y él experimentaba. La gente del pueblo bebía su cerveza y le gustaba, así que decidieron hacer un plan de empresa.

En 2013, juntaron los recursos para empezar, un eufemismo que viene a significar que les ayudaron sus familias. Con ese apoyo, lanzaron una primera tirada de mil botellines y llamaron Cerex a su cerveza por aquello de Cerveza de Extremadura. «Además, nos gustaba cómo sonaba», explican antes de relatar su trabajo de repartidores por Zarza y la comarca hasta vender los primeros mil botellines de su cerveza rubia pilsen sin filtrar ni pasteurizar, con el gas quedándose en la botella, una presencia turbia, pero con la levadura en la bebida, llenando de vida una cerveza artesanal que triunfa en la región y fuera de ella.

Tras la pilsen, sacaron cervezas de bellota y sin gluten. Después lanzaron las de cereza y castaña y en 2015 sorprendieron al más avisado de los bebedores de cerveza con una birra rompedora: la de jamón ibérico. «La logramos tras muchas pruebas, fue complicado conseguirla por decantación, eliminar la grasa y echar el caldo. Nuestras cervezas alimentan mucho», anuncia Alfonso.

Conseguido el producto, el siguiente paso ha sido comercializarlo. Y en ese punto, las cosas van bien: se vende en el mercado nacional, sobre todo en Madrid y Barcelona, además de en Extremadura, acaban de enviar diez palés a Colombia y un palé a China. «Los chinos nos pidieron la de jamón, la hemos etiquetado en chino y cumplimos sus normas», detalla.

La cerveza de jamón se llama Andares, en honor al dicho de que del cerdo se aprovechan hasta los andares, y la etiqueta es la huella de la pezuña de un guarro. En resumen, se trataba de unir la pasión de la cerveza con los productos de la tierra: cereza, bellota, castaña y jamón ibérico.

En la empresa, trabajan cuatro empleados, venden unos 150.000 botellines al año. También destilan ginebra y ron Granadilla (4.000 botellas anuales de cada bebida) y acaban de empezar con las cremas de orujo y de cereza. La nueva fábrica y almacén la levantan con recursos propios. «Lo que ganamos, lo reinvertimos, no pedimos subvenciones porque cuando llegan las ayudas, igual ya no tienes la misma idea», razonan.

En otros pueblos, hay polígonos industriales y en Zarza de Granadilla, no, pero han adaptado una antigua fábrica de pimentón y así siguen creciendo y ganando premios. El primero se lo dieron en 2015 a la mejor cerveza artesanal de España. Desde entonces, han logrado más de 20 galardones nacionales e internacionales. El último, a su ginebra de cereza, elegida en Londres, en el World Gin Awards, como la mejor ginebra española en la categoría de sabores. Su industria fue declarada mejor empresa emprendedora y se sienten muy apoyados por su pueblo. Alfonso resume el cariño de sus vecinos en una constatación: «Aquí solo se bebe ron Granadilla».

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