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El 21 de noviembre de 2002, Francisco Muñoz, entonces consejero de Cultura, presidió el acto de exposición al público del tesoro en el Museo de Cáceres, que supuso el final a 13 años de disputas . :: hoy
El caso del busto de Carlos V tiene su precedente

El caso del busto de Carlos V tiene su precedente

El anuncio de la subasta del tesoro de Valdeobispo desató hace casi 30 años una polémica que recuerda a la actual

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Lunes, 1 de enero 2018, 08:43

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Al igual que ha ocurrido ahora con el busto de Carlos V, la Junta de Extremadura se enteró de que el tesoro de Valdeobispo iba a salir a subasta por la prensa. Ahora ha sido gracias a la noticia publicada por HOY, y en la otra historia, la que comenzó hace casi treinta años, por medio de los anuncios que la sala de subastas Fabergé, de Madrid, insertó en la prensa nacional. Esa publicidad marcó el inicio de un episodio que tiene sus paralelismos con la subasta frustrada del busto del emperador, que ha protagonizado la actualidad cultural de la región durante las últimas semanas.

Como se ha venido contando, la escultura de Carlos V -del año 1555 y atribuida a Pompeo Leoni y su padre, Leone Leoni-, es propiedad de la familia Falcó y estaba expuesta en Plasencia, en el palacio del Marqués de Mirabel, que está declarado Monumento Histórico Artístico, lo que lleva aparejado su consideración como BIC (Bien de Interés Cultural). Los dueños de la escultura la iban a subastar en la sala Fernando Durán, ubicada en el madrileño barrio de Salamanca, con un precio de salida de cuatrocientos mil euros. Tras conocer por este periódico que se iba a vender, la Junta de Extremadura envió un requerimiento legal a los dueños, y el resultado final es que el busto, que ya estaba en Madrid, volverá a Plasencia.

Una historia mucho más corta que la del 'Tesoro de Valdeobispo', que duró trece años e incluyó dos subastas fallidas, una denuncia falsa, tres sentencias judiciales, un expediente de expropiación, tres tasaciones, un robo falso... . «La película 'El halcón maltés' se queda corta», declaró Francisco Muñoz, consejero de Cultura, el 21 de noviembre del año 2002, la fecha en la que se escribió el punto y final a esta aventura.

Entonces, como ahora, la Junta se enteró por la prensa, tomó cartas en el asunto y evitó la venta

Cinco piezas de oro

Desde ese día, el 'Tesoro de Valdeobispo' está expuesto en el Museo de Cáceres. Son cinco piezas de oro -cuatro brazaletes y un torque (collar)- de entre los años 1.200 a 900 antes de Cristo. Aunque hay quien alberga dudas sobre la veracidad del relato, el que más se repite es el que atribuye su origen a un hallazgo casual en los años sesenta en la localidad de Valdeobispo (a 17 kilómetros de Plasencia). En 1988, el dueño de las joyas, heredero de quienes se supone que las habían encontraron unos veinte años antes, las puso en manos de la Junta. La Consejería de Cultura las tuvo en su poder de octubre del 88 a febrero del 89. Tras estudiarlas, le ofreció a su propietario por ellas 2,8 millones de pesetas (16.828 euros), pero a este le pareció poco, así que la administración le devolvió el tesoro.

Como no había conseguido vendérselas a la Junta, las llevó a la casa de subasta, que las sacó en dos ocasiones por un precio de salida de once millones de pesetas (66.000 euros). Nadie pujó ninguna de las dos veces. Más que su valor, pesó la amenaza del expediente de expropiación que había abierto el Gobierno extremeño, y que al final caducó. El dueño del tesoro llevó el asunto a los tribunales, que por dos veces le dieron la razon al reconocerle como dueño de las piezas. Incialmente fue el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Cáceres, que condenó a la administración a pagar las costas y estimó que el tesoro valía de 12 a 15 millones de pesetas (entre 72.000 y 90.000 euros en números redondos). Después, la Audiencia Provincial ratificó el fallo.

A su vez, el propietario de las joyas fue condenado por simulación de delito, después de que en mayo de 1989 denunciara en la comisaría de la Policía Nacional de Plasencia que tras estar con su mujer en una discoteca de una población cercana, se encontró con que le habían robado treinta mil pesetas y el tesoro. Presumiblemente, lo hizo ante el riesgo de que el expediente de expropiación prosperase y se quedara sin el tesoro. Cinco años después de presentar esa denuncia, el propio dueño volvió a la misma comisaría de la Policía Nacional, esta vez para depositar una bolsa de plástica con las piezas de oro. El final de trece años de disputas vino con una nueva tasación, que consideró que el Tesoro de Valdeobispo valía 48.000 euros (8,1 millones de pesetas). La Junta los pagó, el dueño los recibió y las piezas fueron trasladadas a Cáceres, donde siguen. O sea, como le ocurrirá al busto de Carlos V, que si nada cambia, volverá a Plasencia.

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