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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Belén Municipal de Plasencia elaborado por la Hermandad de la Pasión, de 70 m2, 332 figuras y con paisajes de norte extremeño. David Palma
El belenismo se pone de moda

El belenismo se pone de moda

Cada municipio impulsa sus propios belenes con cientos de piezas que en algunos pueblos son un reclamo turístico en estas fechas

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Sábado, 23 de diciembre 2017

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En la casa de Manuel Delgado, en Jerez de los Caballeros, su madre Remedios montaba el belén cada año. Hasta ahí algo común, lo normal en estas fechas. Pero ella era una gran aficionada a los trabajos manuales y su marido era carpintero, lo que facilitaba ampliar una tradición que se remonta a San Francisco de Asís y el siglo XIII. En realidad el belenismo como dedicación artesana vinculada a la liturgia navideña no cobró fuerza hasta el siglo XIX. A tenor de lo que se expone hoy en los espacios públicos de muchos municipios, Extremadura no se ha quedado atrás en esta disciplina plástica.

Eran los años noventa cuando en la casa de Remedios aquel belén de la entrada apenas medía dos por dos metros, pero el afán por superar cada recreación provocó que unos años después el belén tapara el acceso a las habitaciones y su hijo Manuel tuviera que llegar hasta su dormitorio gateando por debajo de todo un universo rural a escala. Aquellas piezas fueron la génesis del que hoy se considera el belén bíblico más grande del mundo.

Estos días se expone en la Plaza de Abastos de Jerez de los Caballeros y tiene más de 15.000 piezas expuestas sobre 450 metros cuadrados. Representa desde Nazaret, a Egipto o la entrada de Jesús en Jerusalén. El año pasado lo visitaron más de 30.000 personas.

Más o menos esta cantidad de gente fue la que contabilizó hace dos años el Ayuntamiento de Badajoz, que en su Museo de la Ciudad expone por estas fechas un belén monumental con efectos especiales y 22 dioramas.

Diego Cachero, presidente de la Asociaciòn Belenista de Badajoz.
Diego Cachero, presidente de la Asociaciòn Belenista de Badajoz. Pakopí

Al hablar en estas fechas con belenistas se percibe un entusiasmo lógico. Es a partir de este mes cuando su trabajo de todo el año cobra sentido. Admiten que hay competencia entre unos y otros –de hecho hay concursos por toda España– y reivindican una afición que opinan debe pervivir ante el empuje de Santa Claus y otras referencias sajonas.

Según Diego Cachero, presidente de la Asociación Belenista de Badajoz, «es posible que en las casas cada vez haya menos belenes, pero sí hemos notado un resurgir de la afición por ir a visitarlos».

Oficios y costumbres

Localidades como Campanario o Almendralejo justifican un viaje para ver alguno de sus belenes. En el primer caso es conocido el de Maruja González, en cuya casa expone más de 200 metros cuadrados con figuras que representan la vida de Jesús desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección, así como costumbres extremeñas.

Belén de Maruja en Campanario.
Belén de Maruja en Campanario. F. Horrillo

En la capital de Tierra de Barros repite este año el belenista José María Sanfélix, que despliega la mayor superficie dedicada al nacimiento de Jesús. En su caso, se trata de 1.500 metros cuadrados, lo que en la categoría de belenes populares le podría valer el título del más grande del mundo, sobre lo que no existe clasificación oficial.

El de Badajoz ni se aproxima en tamaño –no llega a 25 metros cuadrados– pero salta a la vista la pulcritud de su ejecución. Además, cada año es diferente porque ese es el compromiso al que han llegado con el Ayuntamiento desde hace 16 años y que dura hasta 2019. Además, lo expuesto incluye efectos especiales, desde lluvia o nieve a un amanecer o un cometa surcando el cielo. Los dioramas que representan escenas de la vida de Jesús también son todos nuevos, lo cual explica que la asociación acumule ya en su almacén más de 170 y que los intercambien anualmente con otras asociaciones que exponen en otros puntos de España. Cachero, belenista desde los 11 años y jefe de Traumatología del Infanta Cristina hasta su jubilación reciente, se refiere a ellos como «auténticas obras de arte».

Técnicamente un belén es un diorama que representa el nacimiento de Jesús en el pesebre. Con más o menos piezas, suele haber alguna referencia en la mayoría de casas, donde basta media tarde para ubicarlo, pero los que realizan profesionales para exponerlos al público son todo un compendio etnográfico que ayuda a entender cómo se vivía hace dos mil años y representan varios pasajes de la Biblia anteriores y posteriores al nacimiento de Jesús en un pesebre.

José María Sanfélix tiene su belén en Almendralejo.
José María Sanfélix tiene su belén en Almendralejo. G. Casares

En Extremadura dos de los más conocidos por su tamaño son el de Jerez de los Caballeros, de carácter bíblico, y el que monta el artista arroyano José María Sanfélix, que este año repite en Almendralejo con una instalación de grandes dimensiones que en algunos puntos se desvía de la fidelidad histórica para hacer guiños a la cultura extremeña. Él lo define como un «belén castúo».

En picos como el Jálama o La Covacha los montañeros instalan un nacimiento cada año

Este arroyano explica la historia: «Empecé a hacer belenes sobre una vieja puerta de un armario, como cualquier niño. Después lo fui ampliando y un día llegaron los de la asociación de coros y danzas de la Nuestra Señora de la antigua, en Mérida, y me ofrecieron exponerlo». En poco tiempo se convirtió en el belén de referencia en Mérida. Fuente del Maestre y Arroyo de San Serván fueron otros destinos posteriores hasta que recaló en Almendralejo el año pasado, ubicación que repite en este 2017 gracias a la sala que le ofrecen en el Palacio del Vino y la Aceituna.

«Para mí un belén es como una obra de teatro. Debe entretener a la gente. Por eso yo siempre hago algún guiño a la poblacion local y este año he representado la rotonda de la plaza de toros y la ermita de San Marcos, muy querida por los almendralejenses, igual que otras veces he sacado el Arco Trajano, Puerta Palma o el Puente de Alcántara. Yo no le doy tanta importancia al rigor como que la gente venga y disfrute, sobre todo los niños, por eso incluyo animales como pajaritos». El suyo no es el único que adapta la temática bíblica a Extremadura, por eso es frecuente encontrar desde matanzas típicas de la región a enclaves bien alejados de Tierra Santa, en Oriente Próximo.

En otras grandes localidades como Cáceres, Mérida o Plasencia, el Belén o belenes son un punto más del programa de actos navideños.

En Cáceres el belén que más éxito tiene es el de la Diputación, expuesto en el Palacio de Carvajal. Se inauguró el día 20 y este año se ha ampliado ocupando el claustro. Se han empleado 2.000 kilos de arena, tiene 80 metros cuadrados, 235 figuras de barro y tela, 30 figuras móviles y sobre el río hay plantas acuáticas y un efecto de niebla.

En Plasencia este año la sensación es que todos los belenistas se han superado. El bíblico de la Unión de Cofradías alcanza ya los 120 metros cuadrados de extensión y el nacimiento municipal construido por la Hermandad de la Pasión reproduce paisajes del norte extremeño con el arco de Cáparra en el centro. El de la Vera Cruz, por su parte, imita el paraje del Valcorchero, una dehesa próxima a la capital del Jerte.

En Mérida existe el belén municipal, montado por la Asociación de Belenistas en el Centro Cultural Alcazaba, donde tardan un mes en poner a punto una instalación de 122 metros cuadros con una treintena de casas y unas 240 figuras.

Belén en el Centro Cultural Alcazaba, en Mérida.
Belén en el Centro Cultural Alcazaba, en Mérida. Brígido

José María Sanfélix se refiere a estos elementos como «cacharros» pues es complicado diferenciar entre figuras de hombres o mujeres, animales o demás elementos etnográficos que ambientan la época del nacimiento de Jesús.

Tanto él como como los promotores del afamado belén de Jerez de los Caballeros coinciden en que en los últimos años ha habido un resurgir del belenismo.

En cualquier caso, todos los belenistas afirman que esta tarea dura todo el año. Sanfélix se pasa tres meses montando su belén en Almendralejo, pero pasa el año recogiendo detalles, desde bolitas de una planta que luego imitarán a las aceitunas que varean unos agricultores a cualquier otra planta del campo. «Mi idea es que al presenciarlo te transportes a otra época», señala

Juan Izaguirre, uno de los promotores del de Jerez de los Caballeros, es más gráfico. «Hay gente a la que le gusta gastarse el dinero en irse a la playa. Pues nosotros viajamos a lugares donde podemos encontrar cosas para el belén». Esto explica que cada año haya que ir variando su ubicación en busca de un espacio más grande en Jerez, donde su belén es todo un hito y ha provocado hasta discusiones políticas.

En Badajoz se dan cursos gratis cada mes de abril para formara futuros belenistas

«Los hechos que se representan no podemos cambiarlos, pero sí introducir novedades –explica–. Esta vez la anunciación de María estará en otro montaje; la entrada a Belén es una rampa fortificada y los rebaños son mayores, de 400 ovejas en total», explica antes de decir que «esto de montar belenes es una tradición con altibajos. Ha habido épocas en las que éramos cuatro frikis, pero últimamente a la gente le llama más la atención. Veo un resurgimiento. No es solo religiosidad, es arte, cultura, geografía, ...».

Juan Izaguirre y Manuel Delgado con su belén bíblico de Jerez de los Caballeros.
Juan Izaguirre y Manuel Delgado con su belén bíblico de Jerez de los Caballeros. Paula Díaz

Según Cachero, recientemente jubilado, lo que haría falta es rejuvenecer la edad de los belenistas. Hay hombres y mujeres, pero los aproximadamente cuarenta socios son mayores. Por ello, cada mes de abril en Badajoz organizan cursos gratis para enseñar técnicas.

Modalidades variadas

Belén tradicional hebreo (respetando las escenas bíblicas), popular (que incorpora costumbres o elementos de la zona), abiertos (el visitante puede rodearlos), cerrados (el visitante solo los ve de frente), napolitanos (las figuras son más barrocas)... Las categorías son variadas y a partir de las modalidades más ortodoxas cada autor deja su sello.

Por eso hay belenes de plastilina, de productos reciclados, de muñecos de Lego o clicks de Famobil. Los más tradicionales son sin embargo los que más éxito tienen.

Desde este año existe incluso uno a escala real muy popular, el de Villar de Rena (1.400 habitantes, en Vegas Altas). Este caso es curioso. Allí es frecuente ver esculturas hechas por los vecinos. Y con motivo de las fiestas navideñas la nueva pieza es ‘La Nacencia’, un belén a tamaño natural con el que pretenden atraer visitantes a un pueblo cada vez con menos jóvenes.

Belén de Villar de Rena a tamaño natural. Es el primer año que lo ponen
Belén de Villar de Rena a tamaño natural. Es el primer año que lo ponen F. Horrillo

Según informa Fran Horrillo, Alfonso González, promotor de la idea, pensó en llamar la atención para cambiar esta tendencia aprovechando lo que saben, pintar, esculpir y darle un aire diferente al pueblo. El de este año cuenta con doce figuras, el misterio y varios animales, aunque poco a poco irán ampliando hasta que llegue a convertirse todo el pueblo en un belén cuyos personajes tendrán las caras de los vecinos.

Pero sin duda los que atraen más visitantes son los vivientes, donde abundan los animales y participan personas. Solo Coria tiene dos, uno en el centro histórico donde se representan oficios de la época, entre otros aspectos, y otro en su pedanía del Rincón del Obispo. En Badajoz se pondrá en escena el del Gurugú y el de la barriada del Cerro de Reyes y en La Bazana, una pedanía de Jerez de los Caballeros, mantienen esta tradición iniciada por los niños hace quince años que ahora ocupa 7.000 metros cuadrados con una escenografía que va más allá de lo religioso y también enseña los oficios de la época. Montemolín, decenas de colegios... Por supuesto, hay infinidad de belenes vivientes repartidos por la región.

Otra modalidad curiosa que se practica en la región es el del belén al aire libre en lugares casi inaccesibles. Aquí la referencia es el que monta el Grupo Placentino de Montaña. Como se sabe, es tradición que en los últimos días del otoño un grupo de montañeros se dirija a La Covacha, un pico a 2.400 metros de altitud y considerado el techo de Extremadura.

Según las condiciones meteorológicas llevar hasta allí las piezas de este belén puede aproximarse a una gesta invernal. En este 2017 está previsto que hoy domingo transporten las piezas del belén. Una iniciativa similar realizan también hoy domingo en el pico más alto de la sierra de Gata, el Jálama (1.487 m.). La organiza desde hace doce años la asociación deportiva de montaña Xalima, montajes que llevan menos tiempo, son menos concurridos pero que se llevan a cabo igualmente entre villancicos y algún chupito de anís.

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