De becario a director general
Gabriel Castañares, de 36 años, se ocupará de las políticas palanca en el gobierno de Pedro Sánchez
A. ARMERO
Domingo, 1 de marzo 2020, 08:55
Probablemente no hay en el Gobierno de Pedro Sánchez muchos cargos que superen en juventud a Gabriel Castañares Hernández, el director general de Políticas Palanca para el Cumplimiento de la Agenda 2030, nacido hace 36 años en Plasencia. Fue allí «porque el hospital de Navalmoral de la Mata, que es el de referencia para los vecinos de mi pueblo, Guijo de Santa Bárbara, estaba en obras, y eso obligó a mi madre a hacerse un viaje de más de una hora para dar a luz en el hospital», recuerda a HOY el protagonista, que está aún aterrizando en su nuevo puesto, el primero que ocupa con un componente político.
Porque su perfil es eminentemente técnico, tanto por formación como por experiencia. Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Madrid, es también experto universitario en Transporte Terrestre por la Universidad Camilo José Cela, máster en Gestión de calidad y medioambiente por la EUDE Business School e hizo el curso superior de gestión empresarial en la Universidad Pontificia de Salamanca.
Sus especialidades profesionales son «la eficiencia energética, la movilidad sostenible, los informes de sostenibilidad y las externalidades en el sector del transporte», según detalla en su perfil de la red social Linkedin. En él se recoge también que su primer trabajo fue en Correos, de cartero. «Fueron tres meses de verano, hace 15 años, y guardo un magnífico recuerdo», cuenta Castañares, que cursó preescolar (la actual Educación Infantil) en su pueblo cacereño.
La EGB y cursos siguientes ya los estudió en Madrid, adonde llegó teniendo solo seis años. «Mis padres emigraron buscando una estabilidad laboral que no tenían en el pueblo, algo que lamentablemente no es un caso aislado en nuestra tierra», reflexiona el joven. Un caso, el que él vivió en primera persona, que en cierto modo entronca con la realidad más actual. «Cuando no hay empleo de calidad y los precios de los productos agrícolas están por los suelos, la gente acaba buscando otras opciones», apunta Castañares, que para asumir una dirección general en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha tenido que renunciar a su puesto en Renfe.
Él llegó a la compañía ferroviaria como becario, adscrito a la gerencia de Medio Ambiente. Antes había estado en Tragsa, donde trabajó interpretando fotografías aéreas de parcelas agrícolas, y en Adeuma, una empresa madrileña de control ambiental de instalaciones. Y antes aún pasó nueve meses en la Universidad de Wageningen (Holanda). «Es un centro universitario referente a nivel mundial en el ámbito de la ecología y el medio ambiente, y allí realicé el proyecto de fin de carrera, sobre generación de biogás en la gestión de residuos», sitúa el protagonista, que tras la etapa de becario, se quedó en Renfe como técnico de Estudios ambientales y sostenibilidad, puesto en el que se mantuvo casi siete años.
De ahí se fue a París, a trabajar en comisión de servicio durante dos años para la UIC (Unión Internacional del Ferrocarril) como jefe de proyectos de energía y clima. «Fue una etapa muy interesante, que me permitió vivir de cerca la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la creación del Acuerdo de París, la hoja de ruta mundial vigente en la lucha contra el cambio climático».
Regresó a Madrid, como técnico de eficiencia energética de Renfe, puesto desde el que ascendió a la jefatura de gestión y eficiencia energética. «Me encargaba de asuntos con clara incidencia en el desarrollo sostenible, como son la eficiencia energética y la descarbonización, incluyendo actividades internacionales como la participación en el proyecto de alta velocidad de Texas». También ha trabajado para la Comisión Europea, donde ejercía como experto en emisiones y energía relacionada con el transporte y el cambio climático. Esa labor le permitió conocer la realidad de Oriente Medio en general, y en particular la de Palestina, con cuya Autoridad Nacional trabajó para ayudarles a poner en marcha medidas de lucha contra el cambio climático.
En definitiva, una trayectoria profesional coherente con su formación y ajena a la política, un ámbito «con el que siempre he estado vinculado a nivel de base -está ligado a Unidas Podemos-, nunca participando de una candidatura electoral», explica Gabriel Castañares, que vuelve a Extremadura menos de lo que le gustaría. «Mantengo un grupo de amigos de la infancia con los que tengo contacto frecuente, y en los últimos años participé en una asociación cultural. Organizamos eventos culturales y deportivos, publicaciones sobre el pueblo y recibimos hasta un premio por un vídeo documental sobre la tradición de los danzantes enlazado con la fiesta patronal del pueblo en honor a Santa Bárbara».
PARA SABER MÁS
-
Aficionado a la lectura. «Siempre me ha gustado mucho leer», afirma Castañares, que a la hora de elegir dos libros, cita a autores extremeños 'La voz dormida', de Dulce Chacón, y 'El mozárabe', de Jesús Sánchez Adalid.
-
Políticas palanca «Comprenden aquellas medidas que ayudan a lograr los objetivos de desarrollo sostenible», define el director general. «Abarcan -añade- cuestiones como la prevención y lucha contra la pobreza, la igualdad de oportunidades, el cambio climático, la transición energética o la economía circular».