Extremadura crecerá en 2022 y 2023 por encima de la media nacional, según BBVA
La entidad estima una subida del PIB del 5,2% para los dos años y la creación de 30.900 empleos
Extremadura crecerá por encima de la media nacional debido a que se ve menos expuesta que otras comunidades al aumento de precios que lastra especialmente a la industria y al dinero ahorrado durante la crisis sanitaria. Así lo estima BBVA Research, el centro de estudios de la entidad financiera, que prevé una subida del PIB regional del 5,2% en 2022 y 2023. Para el conjunto del país la estimación es del 5% este año y 4,1% el próximo.
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Sin embargo, hay cuestiones que amenazan este crecimiento debido a la incertidumbre que genera la guerra de Ucrania. Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, estima que la subida solo rondaría el 4% en caso de que el precio del barril de petróleo se mantenga en los niveles actuales, que no se consiga rebajar el precio de la electricidad o que la subida de costes repercuta en precios y salarios. En ese escenario, la subida nacional estaría entre el 2,5 y el 3% en 2022 y 2023.
Francisco Javier Jerez, director territorial sur de BBVA, estima por tanto que la región tendrá «un crecimiento dinámico» en los dos próximos años, lo que permitirá crear 30.900 empleos si se cumplen las previsiones más optimistas y reducir la tasa de paro al 16% al cierre de 2023. De lo contrario, esa subida sería de 20.000 a 25.000 puestos de trabajo.
BBVA Research expone estas tesis en el informe Situación Extremadura, en el que analiza la economía regional y las perspectivas de futuro. Tras la caída del PIB sufrida en 2020 por la pandemia, estima que el pasado año se produjo una subida del 4,6%, por debajo de la media nacional en parte porque el descenso anterior fue también menor.
La entidad destaca el aumento de la afiliación a la Seguridad Social, que a mitad del pasado año ya estaba por encima de los niveles anteriores a la crisis sanitaria, y el incremento del consumo en sectores como el ocio, el turismo y los bares y restaurantes. A esto hay que sumar un aumento de la inversión pública.
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Para los próximos meses se prevé una desaceleración de ese crecimiento en la región, debido a que la pandemia sigue presente pero sobre todo al encarecimiento de la energía y las materias primas que ha acentuado la guerra de Ucrania. El estudio pone como ejemplo la caída de las matriculaciones de vehículos por la incertidumbre generada pero también por la escasez de componentes para su fabricación. También destaca la subida de los precios, que en febrero fue del 7,4% en España y del 8,1% en Extremadura. Esto puede lastrar el consumo y por tanto afectar a la actividad.
Pese a ello, BBVA Research estima que Extremadura está en mejor posición que otras comunidades. En primer lugar, porque el peso del sector industrial, el más perjudicado por el aumento de costes, es menor que en otros territorios del país. Cardoso augura que el aumento del consumo y la posibilidad de aumentar los precios beneficiará a la agricultura y la ganadería y por tanto a la economía regional. Y estima que la construcción podrá repercutir sus gastos en las administraciones públicas y los consumidores y además el aumento de la inflación hará más interesante invertir en vivienda.
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A esto se suma que el ahorro está en máximos históricos. Los depósitos a la vista han crecido más de un 15% respecto al cierre de 2019, por encima de la media nacional. Esto permite disponer de dinero para gastar en vacaciones o en la compra de una vivienda. De hecho, el pasado año subieron las ventas respecto a 2019 y también crecieron los precios.
Asimismo, BBVA Research recalca el impulso que supondrá la llegada de los fondos europeos, con un reparto que en la región representa más del 2% del PIB, el doble que la media del país. Esto supondrá un impulso a las licitaciones. Para la entidad, «la relevancia del gasto público en Extremadura puede permitir que el impacto sea superior al de otras comunidades, si las inversiones son eficientes».
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Pero en este caso también aprecia un riesgo. Como explica Miguel Cardoso, la falta de mano de obra cualificada en técnicos y graduados puede suponer un freno para acometer actuaciones de digitalización y fomento de las energías renovables. De ahí que reclame una mayor apuesta por la formación y una mayor conexión entre el Sexpe y las empresas.
En cuanto a los planes del Gobierno para afrontar el efecto de la guerra de Ucrania, el economista jefe para España de BBVA Research considera clave el éxito de las medidas destinadas a abaratar el precio de la electricidad. «Es lo más importante para determinar el efecto sobre los hogares y las empresas», afirma.
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En cuanto al resto de propuestas, considera que la bonificación por consumo de combustible «no es la mejor medida», ya que en su lugar sería más adecuada una intervención más selectiva a los sectores más perjudicados. Por ese motivo, estima acertada la subida del ingreso mínimo vital y la extensión del bono social por dirigirse a las familias más desfavorecidas.
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