Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Oficina de Caja Badajoz en la capital pacense a punto de ser desmantelada. :: Casimiro M.
La banca ha perdido un 35% de sus trabajadores en la última década

La banca ha perdido un 35% de sus trabajadores en la última década

En Extremadura el adelgazamiento del sector se nota más por la fuerte implantación que había de cajas de ahorros

L. EXPÓSITO/J. LÓPEZ-LAGO

BADAJOZ.

Domingo, 1 de septiembre 2019, 09:04

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El sector bancario ha perdido en Extremadura 1.650 empleados y 312 oficinas bancarias durante el último decenio, el cual se enmarca en una crisis que asoló la economía occidental a comienzos de década. En ese contexto, la pérdida de negocio bancario por los actuales tipos de interés bajo mínimos y las nuevas tecnologías que permiten realizar movimientos, primero desde el ordenador personal y después desde el teléfono móvil, han provocado que la estructura de las entidades financieras esté adelgazando de una manera evidente.

Los datos son elocuentes. Desde el año 2008 hasta el cierre del ejercicio pasado el número de trabajadores del sector ha caído prácticamente un 35% en la región, según las cifras que manejan las asociaciones que engloban a las distintas entidades. En términos absolutos, de 4.795 trabajadores se ha pasado a 3.145 en apenas diez años.

Como era de suponer, las que más han sufrido han sido las cajas de ahorro, que tradicionalmente han tenido mucha implantación en Extremadura. Sus plantillas en la región han caído en más de un 50% en la última década. El proceso de fusiones impuestas desde el banco de España y la conversión en bancos a través de fundaciones provocó un proceso de concentración que ha reducido su presencia.

En la región los ejemplos son claros: Caja Badajoz y Caja Extremadura se integraron en Ibercaja y Liberbank respectivamente, donde su presencia ha quedado muy diluida. Además, estas fusiones integraron a otras muchas marcas que ya operaban en la región, por lo que el solapamiento de oficinas obligó a cerrar muchas de ellas. Menos han notado la crisis los bancos tradicionales (afiliados a la Asociación Española de Banca), cuyas plantillas en Extremadura han bajado casi un 20%.

Un caso llamativo lo constituyen las cooperativas de crédito (llamadas comúnmente cajas rurales), que son las que mejor han capeado la crisis, ya que su número de trabajadores ha crecido más de un 11% en la región. La leve bajada registrada por Caja Rural de Extremadura (ha perdido 30 puestos de trabajo en una década) se ha visto compensada por el auge de Cajalmendralejo, que ha aumentado su plantilla en 86 personas, un crecimiento del 57% que ha compensado el declive en el sector en términos de personal contratado. Este incremento se debe fundamentalmente al proceso de expansión desarrollado por la entidad en los últimos tiempos y a la compra de sucursales a CajaSur o Caixa Geral de Depósitos.

Los datos no incluyen los datos de otras cooperativas de créditos instaladas en la región, como Cajamar, pero en todo caso su presencia es muy limitada.

La situación general también se nota en el número de oficinas. Los últimos datos del Banco de España dicen que en marzo de este año había 885 sucursales y diez años antes eran 1.189. Es decir, en una década se han quedado por el camino una de cada cuatro.

De nuevo, quienes más han notado los nuevos tiempos han sido las antiguas cajas de ahorros, que ahora tienen 252 sucursales menos, un 40% menos en términos porcentuales. En el otro extremo se sitúa Cajalmendralejo, que de 49 oficinas ha pasado a 81 en un periodo de diez años.

Efectivo como algo testimonial

Javier Bardají, como experto en mercados financieros, opina que «en Extremadura la caída de sucursales ha sido mayor que a nivel nacional debido al peso de Caja Extremadura y Caja Badajoz en la región, que se han diluido en una fusiones nefastas en las que se han quedado sin peso alguno, por eso las reestructuraciones nos han afectado más».

Según este experto, el punto de partida fue la caída de Lehman Brothers, la compañía de servicios financieros estadounidense que se declaró en quiebra en septiembre de 2018, y a día de hoy no se sabe cómo va a acabar. «Es una revolución lo que se está viviendo y ya hay informes que hablan de que esta caída de empleados y cierre de oficinas podría prolongarse hasta 2025 o 2026», comenta Bardají, quien opina que dentro de una generación el panorama no tendrá nada que ver con lo que conocemos y no considera disparatado comparar esta evolución con la de los videoclubes, que ya prácticamente no existen ante el empuje de Internet.

«La gente joven -explica- tiene una cultura informática muy desarrollada y esa gente no entiende lo de hacer una cola para cobrar un talón. El dinero en efectivo va a quedar reducido a algo testimonial, y la banca se ha adaptado ya con lo más fácil, que es despedir y cerrar oficinas, pero es mucho más lo que viene. Son las prácticas bancarias las que van a cambiar y con un chip se pagará todo y las oficinas que haya serán para algunos temas de papeleo o gran complejidad. Las cajas ya no van a volver y el banco del día a día va a desaparecer», vaticina Bardají, que habla de servicios bancarios mínimos, no una red de oficinas como conocemos ahora, sino una banca electrónica.

Más cierres por venir

De hecho, la reestructuración de la red de oficinas bancarias no cesa. En Extremadura se van a ver afectados más empleados de este sector. El Santander, por ejemplo, anunció en mayo que prevé cerrar 36 sucursales en Extremadura, el 32,7% del total, 21 en la provincia de Badajoz y 15 en la de Cáceres, lo cual se debe, entre otras razones, a que adquirió el Banco Popular y ha tenido que deshacerse de parte de su red. Además, para pueblos pequeños, ha ideado el concepto de 'agente colaborador' para no suprimir este servicio totalmente.

Por su parte, Liberbank informó el pasado mes de abril de que seguirá reduciendo su servicio en localidades pequeñas, donde sus oficinas actuales pasarán a ser franquicias, siempre que un agente financiero se haga cargo como autónomo de la actividad que se genere en estas poblaciones. Este formato ya se ha aplicado en 150 pequeñas poblaciones de todo el país, 30 de ellas en Extremadura.

En cuanto a Caixabank, que ya hizo recortes de personal en 2013 y 2015, a principios de este año anunció un plan que durará tres años por el cual se quiere deshacer del 7% de su plantilla en toda España. En Extremadura está previsto el cierre de cinco oficinas, tres en la provincia de Cáceres y dos en la de Badajoz, una reestructuración que afectará a 43 trabajadores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios