Aviones bélicos sofocan incendios en la región

Con el paso del tiempo, los aviones bélicos han llegado a tener más usos que no están necesariamente ligados al asunto militar. Los extremeños pudieron contemplarlo en agosto de 1995, cuando tres aviones de la Segunda Guerra Mundial fueron utilizados para sofocar los incendios que se estaban produciendo en la región.

Se trataban de tres aviones denominados 'Catalina', que fue el apodo que tuvieron mientras fueron usados por las fuerzas aéreas británicas y estadounidenses durante el conflicto bélico. Nacieron en Canadá como antisubmarinos para rastrear el océano Pacífico en busca de los artilugios que fueron inventados por el murciano Isaac Peral.

Estos mismos aviones descubrieron en el Atlántico, en 1941, el buque de guerra 'Bismarck'. Era la época en la que estaban dotados de radares y ametralladoras con huecos visibles en su exterior. En sus bodegas habitaron racimos de bombas y, en el momento de ser utilizados contra los incendios, tenían capacidad para transportarmínimamente 3.600 litros de agua.

Una vez finalizada la guerra, no fueron desechados. En los años 60, fueron transformados en Chile para su uso actual durante 18 años. Después fueron utilizados en Argentina para, en 1991, aterrizar en Talavera. Estos aviones fueron utilizados por el mando único del INFOEX,

Estos aviones no son el único ejemplo de la presencia de las guerras mundiales en Extremadura o, en este caso, de la segunda.

En Cuacos de Yuste, al lado del conocido monasterio donde murió Carlos V, hay un cementerio militar en el que están enterrados soldados, marinos y aviadores alemanes que murieron en las dos guerras. Todos ellos llegaron a las costas españolas debido a naufragios o al derribo de sus aviones.

El gobierno alemán decidió reunir los cuerpos de todos los militares retirados en España para enterrarlos en un mismo lugar. El lugar para su homenaje fue elegido en 1975 pero las obras no comenzaron hasta 1981 y finalizaron dos años después. También se ha descubierto que un pueblo de la Sierra de Gata trapicheó con el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Ese pueblo fue Acebo y el motivo fue su potente industria del wolframio o tungsteno, mineral que generó gran riqueza en las tierras alemanas durante los tiempos del Tercer Reich para la fabricación de carros de combate y la producción de cabezas de proyectiles.

La relación que había entre las fuerzas diplomáticas germano-españolas era tan importante que España se convirtió en el suministrador principal de Alemania por la gran cantidad de yacimientos que había tanto en Extremadura como en Galicia. Además, también existe el testimonio de dos extremeños que huyeron en plena Guerra Civil pero que vivieron ambas contiendas mundiales: Antonio Miguel Lavado y Manuel-Lino Tena Alcalá. Ambos son extremeños que fueron exiliados a Francia, pasando incluso por campos de concentración alemanes. Sus familias siguen velando por ellos.