Atraco a punta de pistola de agua

Mientras los niños jugaban, los trabajadores de un Banco de Vizcaya cercano pensaron que lo que llevaban los niños eran armas reales y llamaron a la Guardia Civil. La oficina bancaria había sufrido un atraco recientemente y el personal todavía se recordaba el desagradable capítulo.

La Guardia Civil llegó a los pocos minutos y la plaza quedó acordonada por los coches policiales. Varios agentes se dirigieron a la sucursal con la intención de frustrar el golpe y detener a los atracadores. Cuando los agentes se dieron cuenta de lo que realmente estaba pasando, ya había un corrillo de personas que miraban atónitas la surrealista situación. Un juego inocente les había llevado a una incómoda situación de la que salieron airosos tras 'huir' de la plaza tan rápido como habían llegado y sin necesidad de pegar un solo tiro.

Con el tiroteo acuático compartía portada un titular más brillante: «Cáceres: La ciudad más limpia de la región'»'. Resulta que en 1985, la capital cacereña se situó entre las cuatro ciudades más pulcras de España, además de ser la primera ciudad de la región en el ranking.

Cáceres estaba en la segunda posición en el ranking general, justo detrás de León. La capital cacereña presumía de tener una empresa encargada de la limpieza y recogida de basura diarias excepcional, Conyser. Esta empresa obtuvo un contrato en el año 79 que duraría hasta el año 89. Estos diez años acabaron transformándose en más de 50, puesto que todavía sigue trabajando por la ciudad y al parecer a mucha honra. Conyser afirma en su página web que «han pasado más de 40 años desde que, en 1979, iniciamos junto al Ayuntamiento nuestra compromiso como contrata de la limpieza de Cáceres. Años que, sumados a nuestra actividades previas, se han convertido en un compromiso dedicado a nuestros vecinos y la ciudad: su limpieza, sus residuos, sus fachadas, el control de las plagas urbanas… Siempre dirigidos por cacereños que han priorizado durante este periodo un único objetivo: la ciudad de Cáceres, su progreso y su bienestar».

Otra de las noticias que protagoniza el diario HOY el día 25 de agosto es la celebración del Día de Extremadura que se planeaba celebrar en Guadalupe. La idea era hacer de esta festividad una gran celebración que acogiese a varios miles de extremeños en la puebla de Guadalupe. Los organizadores previeron los medios necesarios para atender a un máximo de 60.000 personas, aunque no estaban totalmente seguros de cuántas personas asistirían. Al final visitaron la localidad más de 35.000 personas.

La celebración contaba con actuaciones musicales a las que dedicaron la mayoría del presupuesto y fueron organizadas por la Junta de Extremadura. Además, la Junta también gestionó, contando con la colaboración de la Asamblea y las diputaciones provinciales, aparcamientos para 1.000 autobuses y 4.000 coches. La Guardia Civil de Tráfico declaró que la operación entrada duró aproximadamente dos horas y contabilizó 25.000 personas. La plaza de Guadalupe, frente al Monasterio, se llenó de extremeños que querían participar de los actos institucionales previstos. El momento cumbre de la celebración sucedió cuando un cúmulo de extremeños cantaron a coro el himno de Extremadura, mientras se izaba la bandera regional. Después, el por entonces presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, pronunció un discurso en el que destacó el significado del día, resaltando «que es posible la esperanza» y para concluir deseó que «el caciquismo, el paternalismo y el miedo desaparezcan de una vez de nuestro horizonte». Nada que no se pueda repetir hoy con el mismo énfasis.