Lo que aprendí de Hernán Cortés
Hoy habría que bajar a los conquistadores del caballo y colocarlos junto a sus mujeres indígenas y a sus hijos mestizos
JUAN REBOLLO BOTE | HISTORIADOR
Viernes, 10 de enero 2020, 09:36
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JUAN REBOLLO BOTE | HISTORIADOR
Viernes, 10 de enero 2020, 09:36
El año que hemos dejado atrás ha estado protagonizado por la figura del extremeño Hernán Cortés en el 500 aniversario de su llegada a América. Aunque su repercusión habrá quedado circunscrita, como siempre pasa con la Historia, a un porcentaje de población más pequeño del que a algunos nos gustaría, no podemos negar que ha habido suficientes congresos, publicaciones o producciones cinematográficas que han rememorado y matizado su hazaña. Incluso ha suscitado la polémica política necesaria para que intervinieran los historiadores.
En Extremadura se han organizado a lo largo de 2019 numerosas actividades relacionadas con el conquistador. Han sido destacables el Congreso Internacional 'Hernán Cortés en el siglo XXI« (Medellín-Trujillo, 4-6 de abril) y el documental televisivo 'Hernán Cortés: 500 años de un encuentro' (Canal Extremadura, 31 de diciembre). El primero, con un marcado carácter académico y con un plantel de historiadores nacionales e internacionales de primer nivel, como Mª Carmen Martínez o Alicia Mayer. El segundo, de afán más divulgativo pero apoyado igualmente en opiniones de investigadores contrastados, como Esteban Mira o Martín Ríos Saloma.
Como historiador y guía de turismo extremeño, desde hace varios años he ido desarrollando una enorme curiosidad por todo lo que rodea a Cortés, y en 2019 he conseguido ampliar significativamente mi perspectiva sobre la realidad histórica y mítica de tan ilustre hijo de Medellín. Y precisamente sobre esta su villa natal, el insaciable investigador Esteban Mira me comentaba que el recuerdo de la casa de los Cortés en las cercanías del Ayuntamiento podría no corresponder con la rama del conquistador. Tampoco es seguro que naciera en 1485, sino probablemente uno o dos años antes. Sea como fuere, la estatua en la plaza que lleva su nombre ha inmortalizado desde finales del siglo XIX el vínculo cortesiano con su pueblo y ha coadyuvado a estrechar relaciones entre nuestra tierra y América.
De su hechura conquistadora, manifestaba Ramón Tamames que hay que subrayar su capacidad como estratega y su enorme categoría política. El economista destacaba también que Cortés podría tomarse incluso como modelo de empresario de éxito. Y es que debemos saber mirar qué elementos de un hombre y de un acontecimiento del que nos separa medio milenio son útiles para el siglo XXI. Exponía en el congreso el antropólogo extremeño Tomás Calvo que hoy habría que bajar a los conquistadores del caballo y colocarlos junto a sus mujeres indígenas y a sus hijos mestizos. La sociedad actual ha de resaltar el carácter mestizo de iberoamericanos e iberoeuropeos. El historiador mexicano Martín Ríos decía que ni los de allí ni los de aquí podemos entendernos sin tener presente al otro.
Sirva 2019, y lo que resta hasta 2021 -quinto centenario de la conquista de Tenochtitlán-, para tener presente a América y para reflexionar sobre el papel que Extremadura, por ser 'tierra de conquistadores', de la Virgen de Guadalupe o de cualquier otra excusa histórica, puede jugar en el replanteamiento de las relaciones futuras entre ambas orillas atlánticas.
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