Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?

La Albuera, el lugar donde murió un dragón y nació el rugby

LA BRECHA ·

JACINTO J. MARABEL

Lunes, 25 de mayo 2020, 08:46

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

ESTE año nos hemos quedado sin recreación histórica en La Albuera, cruce de caminos en el que se libraron legendarios combates. Un lugar mágico en el que murió el dragón que parió el rugby. Tal y como lo lee. Porque pese a que las crónicas aseguran que el rugby nació hace casi doscientos años, cuando en mitad de un partido de fútbol un jugador agarró el balón, lo escondió bajo el brazo y corrió hacia la portería contraria embistiendo a todos los que le salían al paso, tal cosa no habría ocurrido sin lo que voy a contarles.

Es la historia de un chico llamado William Webb Ellis, que había perdido a su padre en la Guerra de la Independencia Española. Más concretamente, en Extremadura. Se trataba del teniente James Ellis, oficial del 3º Regimiento de Dragones de la Guardia de Su Graciosa Majestad, que cayó muerto en medio de una emboscada sobre los campos de La Albuera. Aunque no en la famosa batalla, de la que se libró por los pelos, sino al año siguiente y de la manera más absurda que cabe imaginar, cuando el escuadrón que comandaba se dejó sorprender por una partida de franceses en las inmediaciones de la localidad, y en la escaramuza que se trabó a continuación una bala traicionera acabó segándole la vida.

El teniente dejó una joven viuda, Anna Webb, y tres huérfanos de corta edad en Inglaterra: William, de cinco años, Thomas, de tres, y James, de uno. También dejó una raquítica pensión, que apenas daba para alimentar tantas bocas durante algunos meses, por lo que la familia hubo de abandonar Exeter para marcharse a vivir con unos parientes a la villa de Rugby, situada a unos cincuenta kilómetros al oeste de Birmingham y en cuya escuela, andando el tiempo, habrían de estudiar los niños. Así que tenga usted por seguro que si la pérfida bala de un francés no se hubiera cruzado en el camino del teniente Ellis, una mañana de 1823 su primogénito no habría estado jugando al fútbol en el colegio de Rugby, rememorado la célebre carga del 3º Regimiento de Dragones de la Guardia en la que murió su padre.

El destino compensó generosamente la ingratitud que había mostrado con el infausto oficial y aquel huérfano pasó en breve a ocupar un lugar destacado en la gloriosa historia del deporte mundial. A los ingleses, que son muy dados a estas cosas, les faltó tiempo para erigirle una estatua frente a la Rugby School, donde están muy orgullosos de su antiguo alumno, no fuera a ser que alguien se adelantara a reclamarles la paternidad del invento. Por supuesto, no vaya usted a buscar en el pedestal ni una sola mención a la carga de caballería en la que cayó el teniente Ellis. Ni mucho menos a La Albuera. No encontrará nada, pero ningún inglés podrá negarle nunca que en este lugar murió un dragón y nació el rugby.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios