8.243 personas se presentan para lograr una de las 80 plazas de celador en el SES
Se han presentando a estos exámenes de la Junta de Extremadura el 64,6% de las personas inscritas
8.243 personas han hecho un exámenes este sábado por la mañana para intentar tener uno de los 80 trabajos de celador que oferta el ... Servicio Extremeño de Salud. Nervios, dudas sobre el tamaño de los colchones de los hospitales, muchas preguntas de legislación e incluso un falso accidente de coche han sido las anécdotas de estas oposiciones.
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En total se han examinado 8.769 personas. A las del turno libre hay que sumar 516 del turno de discapacidad y 10 de promoción interna. Los de turno libre pelean por una de las 80 plazas disponibles y para el resto se ofertan 16.
De las 12.746 personas que se habían inscrito inicialmente en el turno libre se han presentado esta mañana un 64,6%. Los exámenes se han repartido entre los campus de Cáceres y Badajoz.
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Falso accidente
La anécdota de la jornada ha sido, literalmente, de película. En Badajoz ha corrido el rumor de que el coche que llevaba los exámenes a Cáceres había sufrido un accidente y que, por esa razón, la cita iba con retraso. Finalmente las pruebas han empezado a las 10.20 horas, pero la demora se ha debido a que en Cáceres se estaba rodando una película y era tan realista que algunos han pensado que había un accidente.
Lola Gordillo ha sido una de las 8.243 personas que se han examinado esta mañana. Lleva trabajando 10 años como celadora, desde que se presentó a su primera oposición y entró en la bolsa de trabajo. Ahora lo que busca es estabilidad. Es de Villagarcía, «cuna de los celadores», asegura porque está cerca del hospital de Llerena y hay varios muchos vecinos en el sector sanitario.
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Ella es experta en el trabajo de celador y en exámenes de este tipo, por experiencia, y asegura que no hay sido muy difícil. Tampoco fácil. La ha sorprendido y la ha hecho dudar una pregunta sobre el tamaño del colchón en los centro sanitarios y también reconoce que había muchas consultas sobre legislación. «No era difícil, pero era de pensar. Las partes más complicadas han sido las comunes: la legislación, el Estatuto de Autonomía, la Ley de Salud, Prevención de Riesgos Laborales y de Constitución ha entrado muy poco».
La medida del colchón
«Estoy dudando en una que es súper sencilla, la medida de la cama, pero ¿Es con o sin colchón? Y tengo una duda ahí que no sé bien. Son 7o centímetros, pero bueno, mi política es, no pierdo nada e intentarlo», ha explicado Lola que ha reconocido que hoy va a celebrar «como se debe» haber dejado atrás el examen. «Nos vamos de caldereta», le ha dicho a su marido que la esperaba en la puerta de la Facultad de Empresariales de Badajoz.
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Los aspirantes se han enfrentado a 70 preguntas principales y 6 de reserva. La mayoría salían con caras largas y haciendo cálculos porque, cada tres incorrectas, se resta una que esté bien. Deben ir calculando y contestar seguro lo que saben.
Para Ana María Gallardo, de Berlanga, ha resultado difícil. Admite que no se lo ha preparado «todo lo que me gustaría porque estoy trabajando». Es camarera, de 38 años, y tiene clara su razón para hacer el examen: «para dejar el bar». La prueba de celador le ha resultado muy complicada, «con demasiada legislación», pero tiene esperanza porque la semana que viene se presenta a otro examen de auxiliar.
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Jorge Pérez también considera que ha sido difícil. «He estudiado cerca de un año, pero lo he visto muy complicado». Este vecino de Zafra esperaba más preguntas de la Constitución y apenas ha habido. Además «Había cosas que no esperábamos, que no solían salir en otros exámenes y las preguntas y las respuestas eran muy largas. Yo creo que, como tenían 12.000 personas inscritas, querían cortar».
El ambiente de oposiciones, al ser una prueba con tantos aspirantes, ha dominado la mañana en Cáceres y Badajoz. Desde primera hora era difícil aparcar en los campus. Hay aspirantes que estaban a las siete y media en las puertas de las facultades aunque la prueba era dos horas y media después. Los nervios han imperado.
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En la puerta de la facultad había cientos de familiares esperando a los que se examinaban. Uno de los que llamaba la atención era Adrián Bélmez porque tenía en brazos a su hijo de 20 meses, también llamado Adrián. El pequeño se ha dormido esperando a su madre, que se enfrentaba a su primera oposición, en la que tiene muchas esperanzas. «Cuando salga, pase lo que pase, vamos celebrarlo con unas migas».
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