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De la renuncia total de Badajoz a las 650 solicitudes de Mérida

Las principales ciudades han hecho un uso muy distinto de unas ayudas politizadas desde el primer momento

Claudio Mateos

Viernes, 30 de diciembre 2016, 23:50

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Ya sea por «desconocimiento», como apunta la directora general de Política Social, o por falta de interés por parte de los principales ayuntamientos del PP, como critican los grupos del PSOE en la oposición, el caso es que la mayor parte del dinero para ayudas a mínimos vitales correspondiente a este año va a acabar siendo devuelto a la Junta de Extremadura.

El Ayuntamiento de Badajoz es el caso más extremo porque directamente ha renunciado a los 250.000 euros que le correspondían por su población. La concejala de Servicios Sociales, María del Rosario Gómez de la Peña, ha dicho esta semana que lo hizo porque la Junta incumplió los plazos previstos. También ha criticado el nuevo decreto anunciado para el próximo año, pues asegura que con los 225.000 euros asignados a Badajoz se podrán beneficiar 1.284 personas de las 12.790 que, según calcula, necesitan ayuda.

Cáceres sí ha hecho uso de los mínimos vitales en 2016, pero tan solo ha repartido 14.000 euros entre un total de 192 solicitudes. Va a devolver a la Junta los otros 136.000 euros que tenía asignados, algo que el Consistorio cacereño califica de disfunción motivada porque «estas ayudas no cubren las necesidades de las personas a las que van dirigidas, ya que no subvencionan impuestos, ni fijo, ni basura, ni alcantarillado, sino tan solo el consumo y hasta los límites fijados». Justamente eso es lo que se corrige en el nuevo decreto aprobado para el año 2017.

De entre las cuatro principales ciudades, la que mejor ha aprovechado la subvención ha sido Mérida, cuyo gobierno local espera usar los 115.000 euros que le correspondieron en el reparto. Llaman la atención sus cifras porque, siendo un municipio con bastante menos población que Cáceres y Badajoz, sus servicios sociales han concedido ayudas a unas 650 familias en esta última convocatoria. El Ayuntamiento emeritense señala además que le siguen llegando peticiones y recuerda que las ayudas se pueden prorrogar.

Plasencia, por su parte, únicamente ha utilizado 1.119 euros de los 60.000 que tenía a su disposición. Le han llegado tan solo nueve solicitudes, y de hecho su concejala de Servicios Sociales, Flor Conejero, levantó a comienzos de diciembre un importante revuelo al basarse en esos datos para decir que ella no tenía constancia de familias placentinas que necesitaran ayuda para pagar el recibo de la luz. Luego matizó que era porque eran las parroquias y Cáritas las que cubrían la mayor parte de esas necesidades, pero eso no le libro de numerosas críticas de la oposición, que la acusó de vivir al margen de la realidad de los ciudadanos de Plasencia.

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