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Shabnam (izquierda) y Sadaf (derecha) Rahimi, delante de los directores del documental. :: j.v. arnelas
Mujeres, afganas, boxeadoras y libres

Mujeres, afganas, boxeadoras y libres

Las hermanas Rahimi llegan a Badajoz para presentar 'Boxing for Freedom', la película que abre hoy el 22º Festival Ibérico de Cine

MIRIAM F. RUA

Miércoles, 20 de julio 2016, 07:49

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Estadio Olímpico de Kabul. Año 1999. Un talibán apunta con un kalashnikov a una mujer arrodillada tapada con un burka. Le dispara a quemarropa en la cabeza. Mismo escenario en la actualidad. En primer plano, Sadaf Rahimi, la mejor boxeadora de la historia de Afganistán, practicando golpes al aire con las manos protegidas por vendas. Así arranca el trailer de 'Boxing for Freedom', la película documental que abre mañana el 22º Festival Ibérico de Cine de Badajoz.

La cinta narra en 74 minutos la historia de las hermanas Rahimi, dos jóvenes afganas boxeadoras que pelean dentro y fuera del ring por salirse del guión que manda la tradición de su país a las mujeres: aceptar un matrimonio concertado, quedarse en casa y sonreír.

Escrito, dirigido y producido por dos extremeños, el talaverano Juan Antonio Moreno y Silvia Venegas, de Santa Marta de los Barros -almas de Making Doc-, el documental se grabó en Kabul entre los años 2011 y 2014 y parte de las imágenes están tomadas por sus protagonistas.

Las dos hermanas llegaron ayer a Badajoz para presentar la película. El viaje no ha estado exento de sobresaltos. El pasado viernes apenas una hora antes de estallar el fallido golpe de estado en Estambul, las hermanas Rahimi cogían un avión dirección Madrid. Su viaje, promovido por el Instituto Extremeño de la Mujer y la Dirección General de Deportes, se ha organizado con absoluta discreción. Solo su familia sabe que están en España. A las 20.00 horas podrán ver por primera vez la película de la que son protagonistas en pantalla grande y charlar sobre ella con el público que vaya a verla. En Afganistán, ni puede verse la película ni ellas pueden hablar libremente sobre su contenido.

Sadaf, de 21 años, es la protagonista de 'Boxing for freedom', pero comparte muchos planos con Shabnam, su hermana mayor que, en realidad, parece más joven que ella, quizás por ser más menuda y por su timbre de voz de niña pequeña.

Las dos tienen ojos negros y Sadaf incluso se acentúa el color con un kohl. Los de Shabnam son más vivos, en general es más expresiva que su hermana. A juego con sus ojos, las dos tienen el pelo negro y larguísimo. Shabnam no lo muestra, desde el principio va tapada con un pañuelo. Sadaf, sin embargo, lo lleva al descubierto hasta el instante previo de sentarse frente a los medios de comunicación. Van vestidas iguales, a excepción de la camisa. La dos tienen unas manos tremendamente femeninas, de dedos largos y finos, de pianista. Las dos son boxeadoras, pioneras en la introducción de este deporte en su país en la categoría femenina.

Es la primera vez que están en España. «Para poder pronunciar el nombre de Badajoz he tenido que practicar cuatro días», dice riéndose Shabnam. Vienen acompañadas de un traductor porque, aunque están aprendiendo inglés, hablan el dari, un dialecto del persa.

Su historia comienza como refugiadas al igual que la de la niña de los grandes ojos verdes de la famosa foto 'La muchacha afgana' de Steve McCurry. Huyeron con su familia a Irán cuando el régimen talibán se hizo con el poder en su país. Allí estuvieron 9 años y allí fue donde descubrieron el deporte. Sadaf empezó a practicar fútbol femenino pero «quería desafiarme personalmente y decidí hacer boxeo». Quería ser como Laila Ali, la hija del boxeador recientemente fallecido, a la que veía combatiendo en la televisión iraní. Además, su padre también fue boxeador en su juventud.

En 2002 regresaron a Afganistán pero hasta 2007 no se creó el equipo femenino de boxeo, al que se unieron a espaldas de su familia. Sin embargo, su familia y especialmente su madre ha sido su principal respaldo en la pelea por desoír las críticas y elegir su propio destino. «Cuando vienes de un país tan difícil tienes que ser muy fuerte para seguir ahí y dar la cara», reconoce Sadaf, la primera mujer afgana que ha participado en un campeonato del mundo de boxeo femenino. Pero su carrera deportiva ha estado salpicada de trabas, la última el exilio de su entrenador a Estados Unidos y, más reciente, la bomba que hace una semana cayó al lado del estadio donde entrena. Ella misma ha recibido amenazas de muerte: «nunca hemos dejado de sentir miedo, de salir de casa y no saber si vas a regresar», confiesa Sadaf.

Hoy estudian en la Universidad de Kabul. Sadaf hace empresariales y entrena a chicas en boxeo y fitness y Shabnam estudia ciencias del deporte. Las dos han logrado su propósito «ser libres y servir de ejemplo a otras chicas afganas», dice Shabanam. Su hermana piensa lo mismo: «es importante contar nuestra historia porque es una ayuda a otras mujeres».

Esta es su historia, no solo la de dos boxeadoras, sino la de dos chicas a las que la educación y el deporte les han dado las armas para rebelarse contra la tradición afgana.

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