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La trotamundos del vino

La trotamundos del vino

Yolanda Hidalgo, una enóloga demandada en España y Portugal

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Martes, 20 de abril 2021, 08:38

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Mientras conversas con ella, llega un momento en que te preguntas si estás hablando con una mujer o con un atlas del vino español. Se llama Yolanda Hidalgo, tiene 38 años, vive en Mérida, su familia es oriunda de un pedanía pacense de cien habitantes, La Nava de Benquerencia, y es bióloga y enóloga. Su abuela, Manuela la Roja, ya hacía vino y no la llamaban Roja por el tinto ni por la política, sino por su melena pelirroja. Ella, la nieta, Yolanda, parecía orientada a la docencia como sus dos hermanos, pero pegó un giro y siguió la tradición vitivinícola de su abuela 'Roja'.

«¿Una mujer en el mundo del vino? Pues igual que en lo demás: has de demostrar tu valía para que te respeten. A veces, como mi trabajo es muy al pie de la viña, me encuentro con trabajadores que no ven bien que una mujer les diga cómo podar. Cuando trabajaba en Reguengos de Monsaraz, notaba cierto recelo por ser española, mujer, joven y enóloga», confiesa.

Recelos aparte, Yolanda Hidalgo es una profesional con capacidad y experiencia para hablar del vino español desde cualquier perspectiva. Su currículum es apabullante. Ha hecho vino en Somontano, Priorato, Rueda, Ronda, Ribera del Guadiana, Castilla la Mancha, Douro, Alentejo, Cariñena y Jerez-Tierra de Cádiz. Ha trabajado con bodegueros rusos, portugueses, españoles, norteamericanos, holandeses, marqueses.

«Estuve un tiempo en las bodegas del Marques de Griñón. Don Carlos es un hombre muy cortés y educado, cuando yo llegaba a la bodega, ya estaba él en su despacho leyendo los periódicos, era muy campechano, le gusta mucho pasear por el campo, entre las viñas», recuerda.

El primer trabajo de Yolanda fue en Huesca, en las bodegas Pirineo de la D.O. Somontano. Después, Priorato y Rueda. Salta a Ronda, donde hace el primer vino ecológico andaluz blanco con uva tinta. Sigue su periplo, trabajando en otras denominaciones, absorbiendo experiencias y aportando las suyas, en las bodegas Puente Ayuda de Olivenza, en las bodegas alentejanas Cortes de Cima (Vidigueira), donde sus dueños, un holandés y una norteamericana, contrataban cada año a enólogos argentinos, australianos, sudafricanos, californianos o, en este caso, españoles, para que intercambiaran experiencias, viviendo en la propia bodega.

«Seguí en Portugal, en unas bodegas de la D. O. Douro, en Vilanova de Foz Coa. Era la Quinta de Amieira, un proyecto de João Toregano, un profesor portugués de las Escuela de Ingeniería Técnica Industrial de Badajoz casado con una cacereña. Luego me fui a las bodegas del Marqués de Griñón, volví a saltar la frontera, esta vez a Reguengos de Monsaraz, a Monte dos Perdigoes, y ahí ya paré y me hice un planteamiento nuevo», repasa su trayectoria.

Acabado su periplo por España y Portugal, Yolanda se establece en Mérida y monta una asesoría enológica. Sus primeras clientas fueron unas bodegueras rusas de 28 años que acababan de comprar las Bodegas del Señorío en Cariñena. Fue otra experiencia especial, antesala de trabajos más serios en los que ya está inmersa.

«En 2013 empiezo a trabajar en las bodegas Domblasco de Feria y después, con las bodegas Páez Morilla de Jerez de la Frontera y algo en Ronda. La bodega de Feria es pequeña, pero en esa zona, que es como el Priorato extremeño por su clima y por su tierra, me encanta cómo se comportan las uvas petit verdot y garnacha y ya hemos tenido un premio en 2013. En Jerez de la Frontera, elaboramos vinos blancos y tintos bajo el amparo de Tierra de Cádiz», explica.

Yolanda es una trotamundos del vino que no para. Está en el panel de cata de Ribera del Guadiana, lleva un blog llamado 'Vino, Vida, Vicio', tiene un programa en Canal Extremadura Radio sobre vino y participa en un proyecto, con Avante y la empresa Adalid, llamado 'Vino a medida' con un objetivo: asesorar a bodegueros aficionados con pequeños viñedos que quieren elaborar su propio vino, pero no pueden contratar a un enólogo que los guíe.

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