Almaraz avisa de que necesita el almacén temporal aunque no tenga prórroga
El proyecto para construir el nuevo depósito ha recibido 380 alegaciones de instituciones y particulares
Miguel Ángel Marcos
Sábado, 19 de marzo 2016, 00:34
Los responsables de la central nuclear de AlmaraZ no se imaginan la zona si la planta funcionando. Tampoco los alcaldes del entorno con los que se reunieron la noche del jueves, que apoyan unánimemente la construcción de un almacén temporal individualizado (ATI) para que pueda seguir produciendo energía una vez que se completen las piscinas que acumulan el combustible gastado.
El ATI, como era de esperar, copó buena parte de la rueda de prensa que ofrecieron ayer el director gerente de la planta, José María Bernaldo de Quirós, y el responsable de Relaciones Institucionales, Aniceto González. Desvelaron que se han presentado 380 alegaciones al proyecto de impacto ambiental, la mayoría personales, aunque también está la de la Junta de Extremadura, que no considera necesaria esa instalación.
Todas esas alegaciones se han contestado ya, sin que supongan ninguna modificación en el proyecto, puesto que se trataba de «explicaciones, aclaraciones y resolver dudas», según dijo Bernaldo de Quirós, que después destacó el apoyo unánime de los alcaldes del entorno al ATI para que la planta pueda seguir funcionando, y no solo hasta agotar la actual licencia de explotación en el año 2020, sino más allá de esa fecha.
Pero tanto si continúa funcionando como si no lo hace, Almaraz necesitaría ese almacén, dado que la ocupación de las piscinas de combustible gastado continúa subiendo. La piscina de la Unidad I se encuentra al 84,52% de ocupación, y está previsto que quede saturada en 2018. Mientras, la Unidad II se queda en el 83,79%, y su fecha límite es 2021.
Sobre los plazos previstos, el director gerente de la CNA explicó que ahora corresponde al Ministerio de Industria evaluar todas esas alegaciones, si bien ellos esperan tener después de verano los permisos para poder iniciar las obras en octubre. Se terminarían a finales de finales del 2017 o en los primeros meses del 2018, y empezarían a trasladar los elementos gastados en el primer semestre de ese año.
Aquí, Bernaldo de Quiró insistió en que ese almacén se necesita tanto si se amplía la vida de la central como sí no, puesto que para iniciar su desmantelamiento el primer paso sería sacar de las piscinas los elementos de combustible gastados.
El director de Almaraz también avanzó que en junio del próximo año se iniciarán los trámites para solicitar la renovación de la licencia de explotación a partir del 2020. Será entonces cuando superará los 40 años de vida útil, como ya ocurre, según dijo, con otras 75 centrales similares en Estados Unidos y más de 100 en todo el mundo. Para ello tienen que presentar un informe de revisión periódico al Consejo de Seguridad Nuclear, y un segundo informe dos años después. La decisión del CSN será vinculante en caso negativo, mientras que dependerá del Gobierno si es positivo.
Sobre esa renovación tanto Bernaldo de Quirós como Aniceto González insistieron en que tras las mejoras y renovaciones tecnológicas que se han hecho, y otras que todavía quedan por realizar, la central está mejor preparada que nunca para afrontar ese nuevo periodo de actividad. Lo demuestran, en su opinión, los datos del 2015, al lograr un record histórico de producción de energía, con 16.705 millones de kilovatios/hora.
Otros datos que destacaron para demostrar la importancia que la CNA tiene para la zona y para toda la región son los 2.900 empleos directos, indirectos e inducidos que genera; los 45 millones de euros anuales de contribución a su entorno; los 600 millones de euros de inversiones en los últimos diez años para actualizar su tecnología y mejorar su seguridad o los 91 millones de euros que tendría como impacto negativo su cierre para la economía extremeña.