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Vistahermosa, en la entrada de Cáceres desde la carretera de Miajadas en 2012.
Rotondas a ninguna parte

Rotondas a ninguna parte

El estallido de la burbuja inmobiliaria ha dejado muchas zonas urbanizadas con calles, aceras y farolas, pero sin edificios

Natalia Reigadas

Domingo, 6 de septiembre 2015, 08:16

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Aceras, carreteras y rotondas que no van a ninguna parte. Es la huella que dejó el estallido de la burbuja inmobiliaria. Muchas localidades urbanizaron sus zonas de expansión para crecer. Había proyectos de miles de viviendas, nuevos polígonos industriales, complejos hoteleros e incluso campos de golf, pero todo se paró y ahora solo quedan solares vacíos.

Hace dos años un ingeniero de caminos, Miguel Álvarez, trabajaba en Google Maps y se dio cuenta de que la mejor forma de ver las secuelas de la crisis era a vista de pájaro. Decidió comparar las imágenes de satélite de hace diez años con las actuales. Sumó al proyecto al arquitecto Guillermo Trapiello y a los también ingenieros Esteban García y Rafael Trapiello y nació Nación Rotonda. Una web que se define como un inventario visual de los desastres urbanísticos.

El título del proyecto hace referencia a uno de los elementos más destacados de la expansión urbanística, la rotonda. El uso de las glorietas se ha extendido y la mayor parte de los proyectos parados se ven en las imágenes aéreas gracias a las inconfundibles rotondas rodeadas de solares.

«Para la gente el urbanismo es una disciplina oscura. Los datos no dicen nada. Pensamos que esto es una manera de transmitir la dimensión del problema», explica Miguel Álvarez.

Su recopilación de proyectos frustrados sigue en marcha, pero hasta el momento ya suman más de 600 fotografías del antes y el después de la burbuja inmobiliaria en España. Madrid y la costa mediterránea son las zonas con más puntos rojos, pero Extremadura también ha sufrido lo que llaman urbanicidios. En www.nacionrotonda.com hay 18 entradas dedicadas a esta región, entre las que destacan el Expacio Navalmoral y el de Mérida, Vistahermosa en Cáceres, el campo de Golf de Castilblanco que nunca se construyó o uno de los casos más conocidos, Valdecañas.

Capital del Urbanicidio

Dentro de este atlas de la crisis, Navalmoral de la Mata podría ostentar el título de capital del Urbanicidio en Extremadura. Con poco más de 17.000 habitantes la localidad cacereña cuenta con dos entradas en Nación Rotonda. Hay dos urbanizaciones de viviendas y un parque industrial que nunca se hicieron realidad.

En 2008 la Junta de Extremadura comenzó a ofrecer las parcelas del polígono Expacio Navalmoral. En 2012 ya estaban los viales, las aceras y las rotondas construidas, pero hoy en día sigue siendo un solar.

Otro caso llamativo en esta localidad son Los jardines de Hilera. En su día se presentó como el proyecto más ambicioso que nunca se había planteado en Navalmoral de la Mata con más de 800 viviendas. «Será crear una ciudad de 3.000 personas en medio de la dehesa». Actualmente la dehesa es lo que queda además de las calles sin usar.

En febrero 50 de las parcelas reservadas para esta urbanización se subastaron en un juzgado. Algo similar ocurrió con el PIR de Los Viñazos, una urbanización de 900 viviendas promovida por la Junta de Extremadura. La administración regional invirtió 5 millones de euros en urbanizar la zona que no solo cuenta con calles, aceras y alumbrado, sino incluso con una fuente. Las casas, sin embargo, siguen sin edificarse.

Los 1.100 vecinos de Castilblanco también saben lo que es vivir junto a un sueño que no se cumplió. En 2003 se colocó la primera piedra de un complejo deportivo que contaría con una inversión de 60 millones de euros. El proyecto incluía una urbanización residencial, un hotel de cuatro estrellas, zona deportiva, campo de golf de 18 hoyos y puerto deportivo en el embalse de García de Sola. Por el momento el mapa solo muestra los viales.

Las ciudades tampoco se libran de los urbanicidios. La foto de Mérida es un buen ejemplo. En la imagen de 2013 hay tres zonas con calles rodeadas de solares que en 2005 eran campo. Son los Bodegones Sur, La Heredad y el Sector Oeste. En todos estos barrios estaban previstas viviendas, pero apenas se ha construido. A esto se suma la urbanización del Expacio Mérida que también cuenta con todas las infraestructuras viarias, pero no se han instalado las industrias.

«Hemos visto crecer las ciudades muy rápido, por ejemplo Cáceres con la expansión por la A66 o las nuevas urbanizaciones. También ha ocurrido en los pueblos pequeños», explica Antonio Pérez Díaz, profesor de ordenación del territorio de la Universidad de Extremadura. «La propia promoción pública ha creado nuevos barrios en la periferia y ha hecho que se vacíen los cascos urbanos. Los vecinos se han retirado de los centros históricos a urbanizaciones fuera, algunas lujosas y otras más económicas».

Un ejemplo de este fenómeno es el barrio del Cerro Gordo, en Badajoz, que está a ocho kilómetros del centro de la ciudad. «El problema, en mi opinión, es que hemos vaciado el centro y afeado los pueblos y nos encontramos con poblaciones en la periferia con problemas de comunicación, porque no tienen autobuses u otros servicios», comenta el profesor universitario.

En la capital cacereña también se han dado casos llamativos. Uno de ellos lo muestra Nación Rotonda. Se trata de la zona de Vistahermosa, a la entrada de Cáceres desde Miajadas, también conocida como la carretera de las torres. En la imagen se aprecian los viales preparados para la construcción de viviendas, pero siguen siendo solares. También cuenta con la zona de Vegas del Mocho que está urbanizada pero sin construir y actualmente se aprovecha para celebrar el mercadillo.

En Villanueva de la Serena hay un caso similar en el Arroyo de Doña María. Se urbanizó, pero no se construyeron las casas. Ante esta situación el Ayuntamiento ha optado por vender las parcelas para promover la autopromoción y ocupar así la zona.

En Trujillo la imagen que muestra la web es del esperado polígono industrial. Era una zona en expansión, pero llegó la crisis y se instalaron pocas empresas. Algunos negocios incluso pararon las obras antes de terminarlas.

Nación Rotonda también recoge la urbanización de Valdecañas como ejemplo de una expansión artificial. Así mismo hay casos llamativos en otras localidades extremeñas como Hervás, Almaraz, Valdesalor, Miajadas, Don Benito, Alvarado u Olivenza.

Retos para el futuro

Estos solares vacíos suponen varios problemas. El primero, según destacan los expertos, es que las zonas excavadas donde no se edifica facilitan la erosión del terreno y las zonas limítrofes. Al sustituir el campo por parcelas desnudas se pone en peligro la integridad del suelo.

Las urbanizaciones y los polígonos fantasma también son un gran atractivo para los ladrones. Predominan los robos de cobre y de las tuberías de la red de aguas.

La pregunta es qué ocurrirá con todos estos parches urbanísticos en el futuro. «Esa es la gran cuestión», admite el promotor de Nación Rotonda.

El profesor de ordenación del territorio de la Universidad de Extremadura, por su parte, cree que será imposible completar estas urbanizaciones. «No creo que volvamos a tener una expansión como la etapa que ha pasado. No hay previsión. Hay muchas viviendas en el mercado, muchas de ellas en manos de los bancos y tendrán que darles salida en lugar de construir. En mi opinión esa es la política que se debería llevar», matiza.

Por su parte Miguel Álvarez cree que hay tres destinos posibles para estas zonas. El primero es el más negativo. «Hay sitios que están abocados a que se los coma la maleza». Se refiere, principalmente, a los proyectos faraónicos planeados para pequeñas localidades. Será muy difícil que haya una inversión para llevar a cabo estas expansiones. «En otras zonas, especialmente en las ciudades, se irá urbanizando aunque más despacio», añade.

La tercera salida es la que propone este ingeniero de caminos, se trata de buscar una solución para estos solares. «No se va a construir, pero si que se puede buscar una vía. Pensar qué hacer con eso. Ese es el campo de batalla para los arquitectos e ingenieros que en muchos casos se han quedado en paro en esta crisis», añade el creador de Nación Rotonda.

Álvarez sugiere, por ejemplo, reciclar los elementos que ya se han instalado. «Si hay un parque infantil, se puede trasladar al centro de la localidad o un ayuntamiento puede buscar la fórmula de guardar las farolas para que no sufran robos y reciclarlas llegado el momento».

Lo que ocurra en el futuro solo se podrá desvelar dentro de diez años y con una nueva ronda de fotos de satélite.

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