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El equipo de rescate baja por la ladera la camilla en la que iba el joven
La tarde más larga en Navalvillar de Ibor

La tarde más larga en Navalvillar de Ibor

La víctima tuvo que ser trasladado a pie durante una hora en una camilla al no llegar a tiempo el helicóptero de rescate que se esperaba

Miguel Ángel Marcos

Jueves, 27 de agosto 2015, 00:07

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Incertidumbre, angustia, impotencia, tristeza, dolor Así se vivió en la pequeña población cacereña de Navalvillar de Ibor, de menos de 500 vecinos, la larga tarde del martes desde que se conoció que el joven Carlos G. G. había resultado herido tras caer de uno de los riscos de la sierra, en la zona de La Cueva, hasta confirmarse el fallecimiento cerca de las nueve de la noche, con 18 años cumplidos apenas hace dos meses.

Navalvillar tiene en su término municipal varias de las sierras que conforman las onduladas comarcas de los Ibores y las Villuercas, de no mucha altura, pero agrestes en algunos tramos. De ahí que sean un lugar que frecuentan vecinos aficionados a la montaña, senderistas y clubes de toda Extremadura.

El lugar es atractivo, pero los caminos de acceso a algunos de los puntos más emblemáticos de esa sierra, como el de La Cueva, están cada vez en peor estado, casi cerrados, tanto por su falta de uso como por la imposibilidad de hacer veredas o cortafuegos desde que se consiguió el Geoparque VilluercasIbores-Jara.

Vivía en Leganés

El joven vivía en Leganés según ha confirmado a HOY el alcalde de la población, Javier Díaz, a quien le ha tocado vivir este duro trance cuando apenas lleva dos meses en el cargo y siendo, además, amigo personal de la familia del fallecido.

El regidor dijo ayer, con tristeza en su tono de voz, que el pueblo está muy dolido, puesto que se trata de un chico muy conocido que, aunque vivía en Leganés, acudía con frecuencia a Navalvillar al ser la localidad de su familia materna.

Fue a media tarde cuando los dos jóvenes que acompañaban a Carlos en su salida a la sierra alertaron de su caída desde unos 10 o 15 metros de altura, entre rocas.

Avisaron de inmediato al 112 para activar el procedimiento de rescate, en el que participaron sanitarios del propio 112, bomberos de Navalmoral de la Mata, Guardia Civil y dos helicópteros. Sin embargo, el primer helicóptero que llegó no era de rescate, sino sanitario, por lo que apenas sirvió para terminar de localizar el punto exacto del accidente.

Esa fue la razón por la que se reclamó con insistencia la presencia de un helicóptero de rescate. En principio se iba a desplazar uno desde Ávila, pero no pudo llegar por problemas técnicos y al final tuvo que desplazarse otro desde Valladolid, a punto de anochecer y cuando no era necesario, ya que entre los bomberos y los vecinos del pueblo que se prestaron a colaborar bajaron al joven en una camilla desde lo alto de la sierra, en un fatigoso recorrido de más de una hora entre canchales, pedreras y una tupida vegetación. Junto a ellos iba el padre del accidentado, que subió sin saber el alcance de las lesiones de su hijo.

Tres días de luto

Cuando el equipo de rescate logró llegar al lugar donde se encontraban estacionados los vehículos desplazados, todavía lejos del pueblo, se intentó reanimar al joven de manera insistente, pero ya no fue posible. Los sanitarios del 112 certificaron su fallecimiento debido a la gravedad de las heridas sufridas, sobre todo en la cabeza. Finalmente, el cadáver se trasladó a Cáceres para realizarle la autopsia.

Hoy se oficiará una misa en Navalvillar para despedir a Carlos y apoyar a su familia en el segundo de los tres días de luto que ha decretado la Corporación Municipal, reunida al mediodía del miércoles en sesión extraordinaria. «Es lo menos que podemos hacer», confesaba el alcalde, al tiempo que insistía en la consternación del pueblo por la situación vivida.

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