Cambio tranquilo en el Grupo Gallardo

«Pues al final es verdad que Gallardo ha levantado el pie. El nuevo (Francisco Javier Sánchez) ejerce de verdad de consejero delegado». Así resume un veterano trabajador de Siderúrgica Balboa, con más de 20 años de trabajo en la acería, los siete meses que ha cumplido Sánchez al frente del principal conglomerado empresarial de Extremadura. Como hombre fuerte del Grupo Gallardo desde enero, sin ninguna aparición pública desde que asumiera galones en la negociación conflictiva del último ERE y sin querer hablar con los medios, el almendralejense Francisco Javier Sánchez Fernández, de 40 años y con dos hijos, es el encargado de estabilizar un entramado industrial con una zozobra notable durante la crisis.

Alfonso Gallardo, de 83 años y presidente del grupo llamado desde hace unos meses Gallardo Balboa, sigue yendo por la acería, la joya de su corona empresarial, pero ya no ejerce el control de otros tiempos. Está allí unas cuantas horas y se va. Ya no llama a horas intempestivas y dicen incluso algunos trabajadores que hay días en los que no va por las instalaciones, un hecho realmente extraordinario en su forma de trabajar.

Se suponía que así debía ser desde que designó a Sánchez como consejero delegado en enero. Pero entre la suposición y los hechos había un trecho que no muchos confiaban se fuera a diferenciar pero, en realidad, está siendo así. Miembro desde 2010 del comité de dirección del Grupo y persona de confianza de Gallardo, es economista y auditor.

Es el encargado de un grupo industrial que, a pesar de desprenderse de una papelera vasca, la cementera de Alconera o su vinculación con periódicos andaluces, da empleo directo a unas 1.000 personas (casi la mitad, en la siderurgia) y genera otros 3.000 indirectos. Con él como uno de los grandes protagonistas, logró cerrar en julio de 2014 un complejo proceso de reestructuración y refinanciación para las empresas de Gallardo.

Convenio y producción

«Es una persona dialogante con la que al menos se puede hablar. Esto, respecto a lo que antes hemos vivido en el grupo, es un gran avance. Ahora, claro, tiene otra responsabilidad y veremos cómo sigue», resume Juan Méndez, presidente del comité de empresa de Siderúrgica Balboa. Méndez y Sánchez negociaron durante un largo y tenso proceso el último ERE en 2013. Un expediente de regulación de empleo que finalizó con 92 salidas voluntarias y la previsión de 40 despidos.

El consejero delegado asume un nuevo reto en estas semanas:_se empieza a negociar el convenio colectivo.

Rehúye de cualquier exposición mediática «está centrado exclusivamente en su trabajo y ya habrá tiempo para que hable con la prensa», se defiende desde su entorno. De hecho, no ha querido ser fotografiado por HOY ni remitir una foto personal. Mantiene un ritmo de trabajo en las oficinas de la acería que no le impide irse a dormir cada día a su domicilio de Almendralejo. Además, delega trabajo y tiene en José Labrador, abogado y hombre indispensable en los servicios jurídicos y asuntos de personal de las empresas, a su mano derecha.

La siderurgia jerezana ofrece unos niveles normales de producción, los previstos tras aprobar su plan de reestructuración. La previsión a corto plazo, según fuentes de la empresa, es mantener esa tónica.

Al centrarse el Grupo Gallardo Balboa en su actividad siderúrgica y siendo el mayor productor nacional de acero corrugado es lógico que la acería le ocupe las mayores horas de trabajo al consejero delegado, pero también tiene el encargo de gestionar otras empresas.

Son A.G. Energías Renovables (una planta fotovoltaica); Alfonso Gallardo SA (fabricación de tubos de acero); Corrugados Azpeita; Corrugados Getafe; Corrugados Lasao; Eusebio Calvo (distribución de productos siderúrgicos); Ferralca; Ferromallas; Galvacolor (chapa galvanizada); y Marcelino Martín (almacenes). También se incluye la empresa Refinería Balboa, toda vez que el proyecto, subrayan, está legalmente vivo al no haberse cerrado todas las puertas administrativas.