¿Qué ha pasado este lunes, 8 de diciembre, en Extremadura?
Castillo de Puebla de Alcocer, en la Siberia extremeña.

Demasiados castillos que cuidar

La comunidad tiene más de 300 fortalezas, muchas en buen estado, otras en ruina y demasiadas desconocidas

J. López-Lago

Domingo, 14 de septiembre 2014, 00:32

Unos están perdidos por el campo, algunos en el centro del pueblo y otros se ven desde la carretera. Los hay ruinosos de los que apenas quedan unas piedras y otros que aún se exhiben infranqueables, como auténticas fortalezas fuera de su tiempo. Casi todos están en lo alto y han tenido un pasado épico. Son los castillos, de los que hay más de 300 en Extremadura, concretamente 332, cifra que todavía sigue aumentando cada año desde que las fotografías aéreas aportan nuevas pistas y alguna excavación saca nuevos restos a la luz.

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En la provincia de Badajoz hay 117 castillos y en la de Cáceres 215, cifra que solo superan 18 de las 53 provincias que tienen alguna construcción de defensa en España, donde el total contabilizado por la Asociación Española de Amigos de los Castillos es de 10.322 edificaciones de este tipo en la actualidad.

La cifra puede resultar muy abultada. De hecho lo es si consideramos que en 2012 el Plan Nacional de Arquitectura Defensiva amplió el concepto de castillo a toda aquella construcción que incluyera elementos defensivos, incluso da igual la época. Esto permitió incorporar a la lista desde castros prehistóricos a fortificaciones que datan de la Guerra Civil española. Es el caso de Cataluña, cuya cifra se dispara hasta los 2.755. Esto se debe a que las masías también se han incorporado al catálogo.

Antonio Navarreño, que ha sido profesor de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura, es autor, entre otras publicaciones, del coleccionable Castillos y fortificaciones en Extremadura, así como de Paisajismo de los castillos urbanos en la comarca del Tajo.

En su opinión, los castillos de la región revelan que en nuestra historia ha habido dos épocas bien diferenciadas. «Por una parte están los de la Reconquista, que son castillos militares levantados desde la Edad Media. Algunos fueron construidos por musulmanes y luego recuperados por los cristianos. Esto da una idea de aquellos tiempos, cuando los castillos eran elementos defensivos para la recuperación de un territorio a lo largo de la Edad Media. En el segundo grupo está el castillo señorial, de otro tipo.

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Muchos son urbanos y se construyeron mucho después de la Reconquista, con una estabilidad ya asentada desde finales del XIV, XV o incluso el XVI. Son representativos de un poder, ya sea el municipal o el poder señorial privado. Estos castillos no estuvieron nunca sometidos a ninguna acción militar, pero tanto en un grupo como en otro los hay en buen estado y abandonados.

La Asociación Española de Amigos de los Castillos los clasifica de este modo en un detallado inventario donde diferencia aquellos que están bien conservados de los que apenas son una ruina o un vestigio.

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En la región hay 18 castillos en muy buen estado. Nueve de ellos están en la provincia de Cáceres, como el de Zarza de Granadilla (de planta circular), el de Carlos V en Jarandilla de la Vera o el Palacio Lorenzana en Trujillo, entre otros. Otros nueve los sitúa en la de Badajoz, como el de Segura de León o el de Nogales.

En estado de conservación bueno la región tiene 73. De ellos, 23 están situados en la provincia de Badajoz y 50 en la cacereña. En esta lista entrarían, entre otros, el de Fregenal de la Sierra, Jerez de los Caballeros, Zahínos, Higuera de Vargas o la propia alcazaba de Mérida. Y también el de Trujillo o Casas de Don Antonio, estos dos en Cáceres.

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En el lado opuesto, como castillos en ruina progresiva, este colectivo de expertos señala 44 casos en Badajoz y 52 en Cáceres. En la provincia pacense sitúa, entre otros, al de Higuera la Real, un castillo medieval que controlaba la vía hacia Portugal, el de Orellana, el de Salvaleón o el de Montemolín. En la cacereña señala como ruinosos, por ejemplo, la Casa Fuerte de Malpartida de Cáceres, el medieval de Alcántara, o uno palaciego muy visitado por su enclave debido a las magníficas vistas que ofrece de la Sierra de Gata como es el caso del Castillo de Trevejo, que parece sostenerse en pie casi milagrosamente.

Esta asociación también clasifica los castillos extremeños por épocas. Castillos medievales, de los de almenas y portón en su origen, hay en la región 74 en Badajoz y 128 en Cáceres, provincia que también cuenta con 18 fortificaciones medievales de pasado islámico, como las murallas de Coria o las de Cáceres capital.

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Arturo Molina Dorado es uno de los socios extremeños más activos de la Asociación Española de Amigos de los Castillos. Es arquitecto técnico de profesión y se aficionó a estas construcciones, que considera un tesoro del pasado que habría que proteger. Una de las razones, apunta, es la riqueza que pueden llegar a generar en aquellas poblaciones y comarcas que los tienen.

En opinión de Antonio Navareño, «material y diversidad hay de sobra en Extremadura en cuanto a épocas y tipologías, y la situación de conservación no es tan dramática», por lo que cree que se podrían perfilar varias rutas y promocionarlas un poco más.

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Sin embargo,Arturo Molina considera que solo se conocen unos pocos castillos de los muchos que hay en Extremadura. «Como mucho sabemos dónde están quienes estamos muy interesados (en toda la región apenas hay 25 miembros de la Asociación de Amigos de los Castillos) y quienes viven en el pueblo porque saben que esa construcción está ahí de siempre.

Por contra, la gente sí aprovecha este tipo de patrimonio en otros países. «Vas al Loira (Francia) y hay una ruta de los castillos, o a Escocia, o a Irlanda. Ahora con lo de Juego de Tronos han venido a rodar en el Alcázar de Sevilla y todo lo que sale en el cine genera turismo e ingresos».

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En Cáceres es sabido que a raíz de la serie Isabel su zona histórica se ha puesto de moda e incluso hay rutas que llevan a los visitantes por los escenarios televisivos. A otra escala, también tuvo un repunte de visitas el castillo de Puebla de Alcocer cuando el grupo Estopa grabó allí su videoclip Vino Tinto.

En estos momentos, lo más parecido que hay sobre este tipo de oferta turística en la región viene disperso en Internet, donde algunos blogs y recomendaciones citan rutas que pasan por los castillos de Medellín, Alburquerque, Feria, Nogales, Zafra, Montemolín o el templario de Fregenal de la Sierra, de origen árabe y hoy con la plaza de toros prácticamente empotrada en él.

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¿La administración hace caso a los castillos? «En los últimos quince años se ha invertido mucho, y hace unos cinco años la Junta sacó un Plan de Castillos, pues muchos estaban en ruina. Otros se han hecho visitables, lo que pasa es que hay tantos que se necesitaría mucho dinero», explica Arturo Molina, quien recuerda que éste es un tipo de patrimonio que necesita un mantenimiento constante.

«No olvidemos prosigue que son edificios de quinientos años y hay que estar encima siempre porque les afecta la lluvia y el viento pues la mampostería es de piedra y las juntas de mortero, así que se erosionan, crecen hierbas y se desprenden piedras».

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Cuenta Juan Zuleta, secretario de la delegación pacense de la Asociación de Amigos de los Castillos, que Ramón Rocha, antiguo alcalde de Olivenza, que tiene en sus torres y murallas su principal reclamo, le dijo que el patrimonio de su localidad se comería todo el presupuesto que le eches. «Y por eso hay que entender que muchas veces los ayuntamientos tienen otras necesidades y los contribuyentes no perdonarían que dejasen de lado otros servicios».

En general, Zuleta cree que tanto los castillos extremeños como los de España en general «están en un estado aceptable por fuera, pero por dentro están hundidos». Además, admite que muchos de ellos están en lugares casi inaccesibles por lógica militar, o bien están en fincas particulares, de ahí que sea complicados visitarlos.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

  • En muy buen estado, 18 Palacio de los Duques de Feria (Zafra), Segura de León, Conventual Santiaguista (Mérida), Nogales, Palacio de la Roca (Badajoz), Castillo de Luna (Alburquerque), Piedrabuena y Alcazaba de Badajoz. Torre de la Plata (Cáceres), Palacio Lorenzana (Trujillo), Palacio Pizarro de Orellana, Palacio de Camarena (Cáceres), Arguijuelas de Abajo y de Arriba (Valdesalor), Castillo de Carlos V en Jarandilla, Castillo de Granadilla y Monasterio de Guadalupe.

  • En buen estado, 73. 23 de ellos en la provincia de Badajoz y 50 en Cáceres.

  • Regular, 56. 16 en Badajoz y 40 en Cáceres.

  • En ruina consolidada, 15. 11 en Badajoz y 4 en Cáceres

  • En ruina progresiva, 96. 44 en Badajoz y 52 en Cáceres.

  • Recinto que conserva algunos elementos. 14, todos en Cáceres.

Hay que apuntar que en algunos de nuestros castillos hay actuaciones puntuales. Recientemente por ejemplo en Zalamea la Serena, donde los alumnos de la Escuela Taller han restaurado una parte, o La Alcazaba de Badajoz, fortaleza en la que se trabaja hace años para conseguir su recuperación total. En otros lugares como el castillo de Capilla los arqueólogos trabajan cada verano, señala Molina.

De momento, hay otros proyectos relacionados con esta materia en los que Extremadura tiene mucho que decir.

El pasado 2 de septiembre el Consejo de Gobierno autorizó a la Consejería de Educación y Cultura la firma de un convenio con el Instituto Geológico y Minero de España para desarrollar un sistema de información geocientífica a través del cual se analizarán unos 350 elementos relacionados con la arquitectura defensiva en Extremadura.

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Este sistema pionero servirá de base para aplicarse en un futuro en los distintos planes nacionales que promueve el Instituto de Patrimonio Cultural de España. Este proyecto piloto se desarrollará en Extremadura por ser su ámbito geográfico suficientemente representativo tanto en extensión como en riqueza patrimonial. La idea es diseñar un prototipo de sistema de información geocientífica aplicada al patrimonio arquitectónico monumental para elaborar una carta de riesgos de cara a la conservación preventiva. Según el arquitecto Arturo Molina, «esto permitirá, entre otra cosas, ubicar muchos castillos y a partir de ahí se puede trabajar en su promoción».

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