El Guernica y el ibérico
En la cafetería del Reina Sofía sirven lomo y jamón D.O. extremeño
El típico paleto que llega a Madrid, ve algo relacionado con su pueblo y se emociona. ¿Patético, verdad? Pero así son las cosas: bajé del tren en Atocha, dejé la maleta en mi hotel de siempre, el Mediodía, muy de viajero del sur de toda la vida que llega en ferrocarril, y me fui a comer al restaurante del Reina Sofía, que mola mucho y alucinas incluso si no eres paleto, sino moderno y sofisticado.
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Este restaurante ha cambiado bastante de propietarios y de filosofía. Hace un par de años, servía unos menús del día estupendos y económicos. Después optó por la carta cara y sorprendente y ahora es una mezcla de bar de tapas, restaurante y cafetería de 'brunch' matinal, pero todo en un ambiente chic a rabiar, moderno a tope y sorprendente hasta decir basta. Uno de esos sitios donde comes y estás más pendiente del decorado que de lo que te llevas a la boca. Es más, te parece que dedicas demasiado tiempo a masticar en lugar de aplicarte a admirar.
Por más que intente disimular e introducir pretendidas y pretenciosas categorías, contar que en la cafetería del Reina Sofía el jamón y el lomo (24 euros la ración) es Denominación de Origen Dehesa de Extremadura queda provinciano. Aunque quizás tenga más trascendencia de lo que parece.
Vayamos por partes. El lugar se llama Nubel, que es un homófono del nombre del apellido del arquitecto que diseñó el edificio: Jean Nouvel. Pertenece al grupo Azotea, cuyo local de referencia es la terraza del Círculo de Bellas Artes. El Nubel es precioso con su techo rojo y alto, sus asientos distintos y un servicio eficaz y desenfadado.
Se puede desayunar un 'brunch' hasta las dos y media de la tarde por 15 euros (18 sábados y domingos) a base de huevos a elegir (ricos los benedictine y muy buenos, con jamón decente, los rotos), fruta cortada, yogurt, bollería variada, pan tostado con mantequilla y mermelada y bebida caliente. Lo sirven en una bonita bandeja y es una agradable experiencia en ese entorno.
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También se pueden tomar tapas de ensaladilla (8 euros), de croquetas cremosas con jamón (8) o de patatas con mojo picón (6,50). Tienen diferentes tipos de ensaladas abundantes y bien preparadas (14), unos originales 'cordon bleu' de cerdo ibérico (14) o turnedó de hamburguesa (14) y unos sándwiches veganos 'delux' (14) que parecen una huerta: mezclum, guisancamole, espárrago, calabacín, tirabeques, zanahoria, tomate, rabanitos, cebolla morada, aros de cebolla, humus de remolacha y mayonesa de encurtidos.
Pero lo interesante es que en el apartado de raciones aparece bien clarito que el lomo y el jamón ibérico son D.O. Dehesa de Extremadura. No es esta una cuestión baladí puesto que el Nubel, al ser un local tan emblemático con tanta clientela nacional e internacional, es un escaparate de productos de calidad y el único que aparece en la carta con su denominación es el extremeño.
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En publicidad, nos gana Guijuelo. En la Boquería, en los aeropuertos y en los restaurantes de moda de Barcelona, nuestra presencia se reduce a la torta del Casar, al queso Pascualete y al pimentón de La Vera. En cuestión de embutidos de alta gama, Jabugo y Guijuelo se llevan la palma. El resto, ya sea en el centro de Gijón o en la calle mayor de Alcalá de Henares, son tiendas de La Chinata. Por eso es importante que en una cafetería tan representativa y tan visitada como la del Reina Sofía, los turistas, tras extasiarse ante el Guernica, alucinen con el jamón y el lomo extremeños y sientan el placer de pasar de una obra de arte que se admira y se ve a otra obra de arte que se ve, se huele, se come y emociona al cool y al paleto.
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