Frutos otoñales para el Día de Todos los Santos María Díaz

Frutos otoñales para celebrar el 'Halloween extremeño'

Castañas asadas, higos y nueces cada 1 de noviembre

Viernes, 31 de octubre 2025, 10:45

Las noches son cada vez más largas, el frío ha llegado y la tradición vuelve a resonar con fuerza en este simbólico encuentro entre la vida y la muerte. Este fin de semana, el primero de noviembre, en nuestra región el recuerdo de quienes ya no están se honra junto al fuego, asando castañas, compartiendo dulces y dando la bienvenida al conocido 'Halloween extremeño', una festividad que mezcla lo ancestral con lo moderno, lo sagrado con lo festivo.

En Extremadura, el otoño tiene sabor a tradición. Aquí ni truco, ni trato: chaquetía. O chaquetilla, saquitía, calbotes, magosto... No importa el nombre, sino mantener viva esta costumbre tan arraigada en Extremadura. Un momento del año en que el inconfundible aroma a castañas asadas se mezcla con la celebración por la vida y el recuerdo de quienes nos dejaron.

«Nosotros cogíamos castañas e higos y los comíamos junto a nuestros amigos en el cementerio», recuerda una abuela extremeña con cariño. Pero la chaquetía se remonta a tiempos mucho más antiguos...

Esta tradición nació como una manera de amenizar la larga noche en vela que pasaban los monaguillos durante el Día de Todos los Santos. Mientras las campanas resonaban por los fallecidos, los jóvenes se reunían para compartir comida, historias y canciones que les ayudaban a sobrellevar el miedo y la tristeza. Con el paso del tiempo, la costumbre salió de las iglesias y se extendió más allá de los templos y los cementerios.

Poco a poco se extendió entre el resto de los niños, que empezaron a recorrer las calles del pueblo pidiendo productos típicos de la temporada, como castañas, nueces, higos, granadas o membrillos, para poder luego disfrutar de una comida en el campo o frente a la lumbre.

La chaquetía es sinónimo de tradición. Un latido antiguo que resuena en las voces de nuestros abuelos junto al fuego. Es familia, es memoria y recuerdo por los que ya no están, y celebración por los que quedan, endulzándonos la muerte para seguir celebrando la vida.

  1. Castañas

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  1. Nueces e higos

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  1. Manzanas

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  1. Membrillo

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Mientras que para algunos este final de octubre es sinónimo de disfraces y terror, en Extremadura se celebra To santoh, un día de orgullo regional cargado de tradición y raíces donde los frutos otoñales se convierten en los auténticos protagonistas. Por eso, todavía hoy, cada 1 de noviembre, familias y grupos de amigos siguen reuniéndose y aprovechan el día para salir al campo, recoger los frutos de la temporada y compartir una comida al aire libre.

Es, para muchos, una forma de dar la bienvenida al frío y de mantener encendida la memoria de una costumbre que ha pasado de generación en generación. Y así, entre recuerdos, brasas y canciones antiguas, rendimos homenaje a los verdaderos tesoros del otoño: los frutos que la tierra regala tras el esfuerzo de la cosecha. Castañas, higos, nueces y membrillos llenan las mesas y los cestos, recordándonos que cada estación tiene un sabor y aroma únicos.

Cada receta es un puente entre generaciones que evoca hogar, infancia y tradición; son la esencia misma de la chaquetía. Una forma de mantener viva la memoria del campo y de quienes lo trabajaron. Porque celebrar el otoño en Extremadura es, sobre todo, saborear la herencia de la tierra.

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