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A la conquista de la impresión 3D desde Trujillo

A la conquista de la impresión 3D desde Trujillo

Jesús Corbacho | Médico y emprendedor ·

Dirige una empresa que imprime huesos en tres dimensiones para ensayos quirúrgicos

Álvaro Rubio

Cáceres

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Lunes, 16 de septiembre 2019, 08:00

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Huesos fabricados con impresoras 3D para que los médicos ensayen operaciones. Si hace veinte años nos dijeran que esto sería posible, muy pocos se lo creerían. Si además nos aseguraran que eso se haría en Extremadura, una tierra ligada tradicionalmente al campo, algunos tildarían de loco al responsable de esa afirmación. Sin embargo, hoy todo eso es una realidad. Esas máquinas han llegado y en esta región hay un emprendedor licenciado en Medicina que se gana la vida con ello. Su nombre es Jesús Corbacho Redondo, tiene 29 años y, aunque nació en Navalmoral de la Mata, es trujillano de corazón. Se ha criado en la localidad que nació Francisco Pizarro y desde allí está haciendo realidad su sueño:conquistar el sector de la impresión 3D.

Ha tenido oportunidades para marcharse. Quizás desde algún otro lugar del mapa poner en marcha una empresa tecnológica y comercializar su producto hubiera sido más fácil. Él lo sabe e incluso lo reconoce. «Si mi empresa hubiese nacido en Cataluña, Madrid o el País Vasco, lugares que conozco, la aceleración de mi proyecto desde el punto de vista de las ventas hubiese sido más rápida, pese a ello decidí quedarme en el pueblo».

Perfil

  • Joven y emprendedor Jesús Corbacho nació en Navalmoral de la Mata, pero se ha criado en Trujillo, donde vive actualmente. Tiene 29 años, es licenciado en Medicina por la Universidad de Gerona y se ha formado en impresión 3D. Es uno de los extremeños que más sabe sobre esta tecnología. Él está al frente de una empresa que imprime huesos en 3D para ensayos de operaciones médicas. Con su idea ha logrado numerosos premios y reconocimientos.

En él están su familia y sus amigos. También es el municipio empedrado en el que guarda los recuerdos de su infancia;la localidad en la que aprendió mucho de lo que hoy sabe. Cuando habla del colegio Sagrado Corazón de Jesús en el que estudió incluso se emociona. Si ya le nombras La Vera, lo confiesa. «Allí me quiero jubilar», dice entre risas.

Se nota que Extremadura le tira. «El clima y el nivel de vida es muy asequible. Toda mi familia está aquí y eso también influye. Además, para el que quiere emprender hay muchas ayudas para las fases iniciales del proyecto. Más allá hay un abismo porque son recursos que tienen que ver con el capital privado», destaca Jesús, quien no se muestra optimista con la captación de talento. «Crear equipos de personas con gran capacidad no es fácil y la dispersión geográfica no ayuda. Además, cuando quieres dar el paso a montar una empresa el apoyo económico está muy ligado inversores del sector agroganadero y turístico. Pero otros están muy poco representados y cuesta mucho que confíen en tu idea».

Pese a ello dice que se encuentra cómodo aquí y mientras pueda hacer lo que quiere en su tierra no se marchará. «He tenido muchas ofertas laborales, pero en Extremadura he podido desarrollar el proyecto de tecnología en salud en el que estoy inmerso», comenta este joven que estudió en la Universidad de Gerona. Lo hizo a través de un método basado en el aprendizaje en problemas, una forma de estudio en la que el pensamiento médico se adquiere a través de supuestos prácticos, la búsqueda de información y el debate.

«Si mi proyecto hubiese nacido en Madrid las ventas serían más rápidas, pero decidí quedarme en el pueblo»

Tras finalizar la carrera, no hizo el MIR. Estaba en el último curso y se dio cuenta de que quería explorar otras vías. «Llevaba tres años leyendo sobre la impresión 3D y me llamaba mucho la atención. El verano en el que me licencié volví a Trujillo. Recuerdo que fue el 13 de julio de 2014. Un día después se inauguró el Centro Integral de Desarrollo 'iNovo' de Trujillo», explica.

Se trata de un antiguo silo convertido en un espacio para impulsar proyectos. Allí se instaló y empezó el camino para desarrollar su idea. «No sabía ni hacer una factura, pero lo que empezó como un simple proyecto de investigación se convirtió en Eureqa 3D», detalla Jesús.

Ese es el nombre comercial que representa todo el trabajo que realiza. Con impresoras 3D fabrica huesos, o mejor dicho, los imprime en tres dimensiones. Muñecas, codos, hombros, acetábulos (una parte de la cadera), rodillas y tobillos son algunas de las partes del cuerpo humano que elabora.

Lo hace desde un despacho del Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón, entidad con la que también colabora en otros proyectos, aunque principalmente está centrado en la expansión de su negocio cuyo principal objetivo es mejorar la sanidad.

Lo explica así. «Cuando el cirujano considera que para solucionar un problema hay que entrar en quirófano a operar, hacemos un modelo 3D de la fractura del paciente a través de la radiografía y el TAC. Luego llevamos a cabo un proceso de segmentación de la imagen para seleccionar aquellos píxeles que interesan y lo transformamos en un modelo 3D virtual. Eso lo enseñamos al cirujano y si está conforme con el resultado lo fabricamos con una impresora 3D. El modelo resultante es el denominado Breq, o lo que es lo mismo, Bioréplica de Estudio Quirúrgico», detalla Corbacho.

Así el cirujano puede identificar el día anterior las líneas de fractura y seleccionar qué implante, tornillo o prótesis va a utilizar para que encaje mejor con la anatomía del paciente. «En vez de tomar esas decisiones a través de las imágenes en dos dimensiones, se realiza de una forma más práctica a través del modelo 3D, que permite una experiencia táctil, casi idéntica a la que van a tener en quirófano. Por así decirlo pueden ensayar con la pieza antes de comenzar la cirugía», añade.

La capacidad creativa y de fabricación de las impresoras que Jesús utiliza es casi ilimitada, pero donde realmente tienen una gran utilidad para los cirujanos es para las fracturas de articulaciones.

«He tenido muchas ofertas laborales, pero mientras pueda hacer lo que quiero en mi tierra no quiero marcharme»

«A veces hay cierta reticencia por parte del algunos cirujanos que no han dado el paso definitivo hacia esta tecnología. Sin embargo, hay profesionales que han dicho que no vuelven a operar este tipo de patologías sin un modelo 3D», confiesa Corbacho, que es uno de los pocos extremeños que utiliza la impresión 3D en el ámbito de la salud. En España si hay emprendedores que hacen lo mismo que él repartidos por Barcelona, Granada, Murcia, Galicia y País Vasco.

En la región, solo algunas entidades se han apuntado a esta tecnología. Por ejemplo, el Centro Jesús Usón cuentan con proyectos de este tipo. De hecho, acaba de poner en marcha una de las iniciativas más ambiciosas. Se trata del primer laboratorio de bioimpresión médica. El nuevo espacio cuenta con cuatro áreas. Una dedicada a la formación, otra al estudio de materiales, una tercera centrada en tecnología CNC (Control Numérico Computarizado) con una máquina que permite controlar en todo momento la posición de un elemento físico y, la más importante, una zona en la que trabajan seis impresoras 3D.

Tres de ellas son máquinas de bioimpresión con capacidad para crear mediante células vivas una estructura tridimensional que puede suplir la función de un tejido dañado y hasta de un órgano.

Formación

Corbacho también ha visto crecer ese proyecto del Jesús Usón y es consciente del trabajo que hay detrás. Lo sabe porque conoce lo que supone hacer realidad una idea. Él ha llevado a cabo un largo trabajo de investigación. Primero se formó en tratamiento de la imagen médica y en modelado 3D, y participó en el programa 'Agrotech Startup', una convocatoria para la creación y consolidación de empresas innovadoras de base tecnológica, con alto potencial de crecimiento e impacto sobre el desarrollo territorial.

Corbacho tras hacer un modelo de hueso en una impresora 3D
Corbacho tras hacer un modelo de hueso en una impresora 3D J. R.

Luego continuó aprendiendo en el espacio coworking que la escuela de negocios EOI lleva a cabo en Trujillo y participó en la convocatoria 'Emprende Inhealth', un programa de impulso al emprendimiento de impacto social en el sector de la salud en España. Y así es como nació 'Eureqa', la startup que ya está trabajando con el Hospital de Mérida y que espera llegar a más centros públicos de la región.

Además, con su proyecto participó en el programa 'Lazarus', que busca a aquellos emprendedores dispuestos a hacer realidad sus proyectos. Fue uno de los 12 seleccionados entre 200 candidatos y gracias a ello recibió formación de especialistas empresariales de prestigio.

También hizo un estudio con el Hospital San Pedro de Alcántara con 42 casos reales entre julio de 2017 y febrero de 2018. Eso fue posible gracias a la ayuda de la Fundación para Formación e Investigación de los Profesionales de la Salud de Extremadura (Fundesalud) de la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales y el hospital cacereño.

Con toda esa preparación y horas de trabajo, hoy puede decir que lo que surgió como una simple idea ya es una realidad con la que está cosechando reconocimientos. Ha sido galardonado en los premios del IV Programa de Ideas Emprendedoras en el Mundo Rural de la Diputación de Cáceres y ha recibido el reconocimiento del programa Jóvenes Emprendedores Sociales de la Universidad Europea de Madrid.

«Para el que quiere emprender hay ayudas. Más allá hay un abismo porque depende del capital privado»

Su proyecto ha hecho que se fije en él la revista especializada de prestigio internacional Forbes. En el año 2018 formó parte de la lista '30 under 30', que distingue a 30 jóvenes empresarios o con talento menores de 30 años de toda España. La publicación incluye a esas personas con potencial en convertirse en referentes de una generación en distintos ámbitos.

Según Forbes, en este listado están «emprendedores líderes, mentes brillantes que destacan como actores de la transformación del mundo». Además, son capaces de cambiar las reglas y pisar fuerte alcanzando las claves del éxito de la mano de la perseverancia.

Para hacerse una idea de la importancia que tiene esa lista para menores de 30, en ella aparecen nombres como el de la artista Rosalía en el sector del espectáculo o el de Daniel Radcliffe, el londinense de que dio vida a Harry Potter.

Para seleccionar a todas esas personas, los reporteros de la conocida revista americana investigan miles de nominaciones. La gente se puede presentar a través de una convocatoria, pero también son los propios periodistas los que buscan candidatos y contactan con ellos. En su caso, Corbacho considera que esta distinción no solo valora la idea emprendedora, sino la trayectoria empresarial llevada a cabo. Prueba de ello es que desde que se su reconocimiento se hizo público, este trujillano ha recibido numerosas llamadas y contactos para interesarse por el proyecto.

A ese galardón se suma otro que ha recibido recientemente. Fue el pasado mes de julio cuando recogió uno de los premios Extremadura Empresarial, enmarcado en el encuentro Foro Emprende. Es un reconocimiento para distinguir el talento emprendedor y el recorrido de las empresas y profesionales de la región.

La primera edición de este certamen contó con 87 candidaturas, de las cuales fueron galardonadas ocho empresas y emprendedores, con premios de hasta 15.000 euros. En total otorgaron tres premios a jóvenes con ideas empresariales en Extremadura y uno de ellos fue para Jesús Corbacho. En este caso fue por su nuevo proyecto Eureqa3Dental, una nueva idea con la que aplicará el potencial de la tecnología 4.0 al sector dental y maxilofacial.

Además, está estudiando nuevas líneas de investigación para órganos de la cavidad abdominal e intentando dar a conocer los nuevos productos en diferentes hospitales de España. Quieren aumentar las ventas, pero es consciente de que no es fácil. «Hemos visitado todos los servicios de Traumatiología del SES, pero el procedimiento para pedir uno de nuestros modelos es muy tedioso para los médicos porque la parte administrativa del hospital no lo pone fácil», afirma Corbacho.

No parará de intentarlo. Sin embargo, reconoce que está pasando por una etapa en la que necesita encontrar herramientas de formación sanitaria y empresarial más allá de Extremadura. Lo que no se imagina es su futuro a largo plazo en otro lugar que no sea esta tierra.

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