Yolanda Díaz quiere «una transición ecológica justa» para Extremadura
La vicepresidenta ha arropado en Mérida este domingo a la candidata de Unidas por Extremadura, a la que no le gustan algunos de los grandes proyectos en camino porque los considera un expolio de nuestros recursos
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, impulsora del proyecto político Sumar, no está vinculada a Podemos, pero sí orbita alrededor de él. Este domingo ... en Mérida ella fue el centro de atención de un público formado en su mayoría por plataformas sociales, sindicales y, sobre todo, candidatos de las distintas marcas locales de Podemos en Extremadura, integrantes de listas municipales que llenaron las 500 butacas del Centro Cultural Alcazaba de Mérida.
Tras arropar a Irene de Miguel, candidata a la Junta de Unidas por Extremadura, el mitin se prolongó porque se formó una cola inesperada para hacerse una foto con Díaz, que ha sido recibida y despedida con el grito de ¡Presidenta, presidenta! La también ministra de Trabajo no solo recalcó que «se puede cambiar la vida de la gente sentándose en el consejo de ministros» sino que apostó por que en Extremadura, que dijo compartir características con su Galicia natal, se dé «una transición ecológica justa».
En materia social, Díaz avanzó que tras subir el salario mínimo otras conquistas por las que luchará desde Madrid serán la salud bucodental y reforzar desde la atención primaria la salud mental, que propicia miles de bajas y cuya atención solo se pueden permitir hoy quienes tienen dinero.
Hay sintonía entre De Miguel y la ministra de Trabajo, igual que con la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop, quien, aunque firme – «¡esto no es una tierra de conquista ni el lejano Oeste!», exclamó–, animó con algunas dosis de humor un acto de la izquierda en el que se dibujaron unas líneas moradas nítidas ante el gobierno de coalición que toque negociar con el partido socialista. Estas pasan por negarse a que Extremadura sea un territorio dedicado a la extracción de recursos naturales de manera descontrolada y limitar el intensivismo en la explotación agrícola para usar de otro modo un agua que, en cualquier caso, no debe servir para proyectos como los campos de golf previstos en Mérida o Plasencia. Una ley de agricultura y ganadería familiar «para vertebrar el territorio contra los fondos de inversión» también fue proclamada por De Miguel como peaje político para dejar gobernar al PSOE tras el 28-M.
El miércoles Irene Montero
Cuatro mujeres y un hombre sobre la tarima y el uso continuado del femenino fue argumento suficiente para no gastar el tiempo en reivindicaciones de género. Ecología, sostenibilidad y condiciones laborales dignas han sido el eje hoy en esta visita estelar, la segunda a la región de la coordinadora de Sumar, esta vez con otro formato de campaña, periodo en el que también está previsto el próximo miércoles que comparezca en Badajoz junto la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Los bomberos del Infoex, «mal pagados y precarizados en sus condiciones laborales», arrancaron varios aplausos cada vez que fueron mencionados en relación con el incendio de Hurdes y Gata que ha interrumpido esta campaña. Como aviso a navegantes, la candidata de Unidas por Extremadura, ha asegurado que no permitirá que ninguna empresa considere a los trabajadores extremeños menos que a los demás. Lo dijo en relación con la empresa vidriera BA-Glass, con una de sus sedes en Villafranca, donde cobran menos que en el resto del país con la excusa de que en Extremadura la vida es más barata. «Ni que el Mercadona nos hiciera descuentos», ironizó De Miguel, que regaló a la eurodiputada y a la ministra un pajarito de barro que en vez de pitar pía y es ya el símbolo de las manifestaciones en Salvatierra de los Barros para protestar contra el proyecto de un macrovertedero industrial.
Además de varias puyas a Vox muy celebradas, los discursos repasaron este y otros proyectos que se han anunciado o realizados en Extremadura y a los que la formación morada se opone, como el Elysium City de La Siberia, la azucarera de Mérida, las minas a cielo abierto o subterráneas y el ya consumado complejo de Valdecañas. «Os agradezco que no hayáis bajo los brazos en esta tierra de caciques», dijo De Miguel, que exhibió como victorias las numerosas sentencias sobre el derribo de Valdecañas, la paralización de una refinería en Tierra de Barros hace ya una década o de la central nuclear de Valdecaballeros a mediados de los ochenta.
«Cuidad y defended la unidad»
El acto comenzó tomando la palabra Montse Girón, número dos de la formación morada a la alcaldía de Mérida y a continuación lo hizo Joaquín Macías, coordinador de IU, diputado autonomico, y la otra cara visible de la coalición electoral que en Extremadura agrupa a Podemos y a Alianza Verde.
Macías ya apostó por Yolanda Díaz cuando hace apenas un mes se dirimía de manera más áspera entre Podemos y Sumar quién debiera liderar la izquierda España. Este domingo empezó diciendo que era un día «muy emocionante» antes de agradecer el compromiso de los allí presentes. «No es fácil ser de izquierdas en Extremadura. La gente que pone sus nombres en las candidaturas hay que agradecerles que se expongan así», manifestó antes de hablar de inteligencia, amabilidad y generosidad y hacer una petición en clave interna: «Cuidad y defended la unidad», ha señalado Macías a un auditorio que cuando acabe la tregua electoral deberá elegir quién quiere que los represente en futuras elecciones.
«No te preocupes solo por los pobres, también por la clase media»
La calle John Lennon de Mérida era una larga cola de gente de izquierdas este domingo a mediodía. La mayoría eran integrantes de listas de Podemos o gente muy afín ya convencida, por eso se veía alguna bandera republicana y mucho complemento morado. En un extremo, la primera de la fila entusiasmada con ver a Yolanda Díaz, estaba Conchi Maestre, ama de casa toda su vida que a sus 79 años había venido con su marido Antonio desde Badajoz al acto de Unidas por Extremadura. «Siempre fuimos del PSOE, pero cuando apareció Podemos nos hicimos de Podemos porque siempre fuimos de izquierdas en casa. Ahora nos preocupa la sanidad pública porque mi marido está mal del pie y no lo atienden como merece (...) Mi apuesta es Yolanda Díaz, me encanta, pero le diría que no solo se preocupe por los pobres, que también tenga en cuenta a las clases medias, que somos los que cotizamos». No muy lejos estaba Rafael Cruz, un militante de Montijo que se había hecho una camiseta con el cartel del acto incluidas las fotos de los intervinientes. No quiere divisiones en la izquierda. Su mensaje lo llevaba a la espalda, donde jugaba con la sintaxis para expresar: «Unidas podemos consumar un frente amplio».
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