El suelo electoral del PSOE en la región dio alas a un PP que vuelve a 2015
Los socialistas lograron el 28-M el peor resultado en unas autonómicas mientras que los populares clavaron los votos de hace ocho años
La noche electoral mostró a un PSOE hundido por el retroceso de Guillermo Fernández Vara y a un PP eufórico por las opciones de María ... Guardiola de ser la primera presidenta de la Junta de Extremadura. Los días posteriores y el cruce de declaraciones entre los populares (con su presidente nacional, Núñez Feijóo, como protagonista incómodo) y Vox han puesto en evidencia que la formación del Gobierno regional no va a ser tan sencilla. Pero los datos del 28 de mayo, más allá de su traslado a la representación parlamentaria, ponen de manifiesto un notable cambio de rumbo en la región.
Noticia Relacionada
María Guardiola vuelve a pedir a Vox que se siente a negociar
La primera cifra a tener en cuenta tiene que ver con la abstención. Con un censo de 10.000 votantes menos acudieron a las urnas (a la espera del exterior) 6.000 personas más. La participación volvió a pasar del 72%, algo que no ocurría desde 2011. El porcentaje más alto hasta la fecha, el 78,3% de 1995, coincidió con la pérdida de la mayoría absoluta del PSOE de Rodríguez Ibarra. Pero también hubo registros elevados en 2003 y 2007, cuando los socialistas lograron dos de las tres mayores victorias en las autonómicas (la más clara fue en 1991 con 39 diputados). Y no estuvo muy lejos 2011, cuando se produjo la primera y hasta ahora única victoria del PP en la región.
Por lo tanto, una alta participación no se puede asociar a una victoria de la derecha, ni siquiera a una apuesta de los votantes por el cambio. Ese análisis sólo se puede hacer si se tiene en cuenta la tendencia de cada momento (las grandes victorias del PP en los 90 y el auge del PSOE en la primera década de este siglo) y los resultados en cada convocatoria. En este caso, lo evidente es que los populares han logrado más movilización que los socialistas.
El PSOE de Fernández Vara obtuvo el pasado domingo los peores datos de la historia en unas autonómicas. Con 242.000 votos, se colocó por primera vez por debajo del 40% de apoyos. Hasta ahora, la cifra más baja había sido la de 2015, cuando llegó al 42%. Ni siquiera con la victoria de Monago en 2011 estuvo peor, ya que entonces logró el 44%.
El resultado del 28 de mayo dio a los socialistas 28 diputados, también su cifra más baja de siempre en la Asamblea de Extremadura. La buena noticia, aunque quizá no sirva de mucho, es que Fernández Vara se impuso en los comicios por algo más de 6.000 votos de diferencia sobre el PP. Pero estuvieron tan cerca que los populares lograron igualmente 28 diputados.
La candidatura de Guardiola recibió 236.000 votos, prácticamente el mismo número que en 2015 (a la espera del escrutinio general). Y ha conseguido la misma representación que entonces, 28 diputados, con la diferencia de que Monago no podía sumar con Podemos. En porcentaje de voto ha llegado al 38,85%, apenas a un punto del PSOE y mejor que hace ocho años. Y fue la lista más votada en la provincia de Cáceres por 6.000 votos, algo que no ocurrió en las municipales, donde se impusieron los socialistas. Sin duda un buen resultado, pero no hay que olvidar que entre 1995 y 2011, cuando los populares obtuvieron sus mejores datos en la región (cerca del 47%), nunca estuvo por debajo del 39%.
Esto también indica que el PP aún tiene margen de crecimiento, aunque todo dependerá de la capacidad de recuperación del PSOE. Los socialistas perdieron 45.000 votos y los populares crecieron en 67.000. Unidas por Extremadura, la otra gran fuerza de izquierdas, cayó en 8.000, aunque mantuvo sus cuatro diputados. Esto evidencia que hubo un trasvase del voto de centro a la lista de María Guardiola. Algo que también se aprecia por el batacazo de Ciudadanos, que cedió casi 63.000 votos y sus siete representantes en el Parlamento regional.
La subida de Vox
Sin embargo, no todo son buenas noticias para el PP. Si los datos indican que obtuvo buena parte de la cuota de Ciudadanos y que robó apoyos al PSOE, también parece evidente que por la derecha perdió una fuerza que fue a parar a Vox.
No se puede descartar que la formación de Santiago Abascal captara a nuevos votantes e incluso a quienes apoyaron a Ciudadanos o al PSOE. Pero la lógica invita a pensar que su crecimiento fue a costa de los populares.
La candidatura de Ángel Pelayo Gordillo estuvo por encima de los 49.000 votos, 20.000 más que en 2019. Entonces se quedó cerca de lograr representación en la Asamblea. Ahora será clave con cinco diputados, los únicos que pueden formar la mayoría necesaria para gobernar.
La noche electoral deja otros datos para reflexionar. Juntos por Extremadura fue la fuerza regionalista más votada con 15.502 apoyos, Levanta fue segunda con 4.661 (aunque estuvo por delante en la provincia de Cáceres por 27 papeletas) y el Partido Extremeñista recibió 1.846. En cuanto a las dos formaciones que sólo se presentaban por la circunscripción cacereña, Cáceres Viva recibió 2.014 y Somos Cáceres 1.932. Entre todas sumaron casi 26.000, insuficiente para llegar al 5% del voto válido que se requiere para conseguir representación parlamentaria. Aunque estarían cerca en Cáceres, en caso de que realmente se consiguiera una candidatura de unidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión