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Monago pasó por el mercadillo de Llerena antes de proseguir su jornada por Azuaga y Miajadas
El mercadillo al que nadie falta

El mercadillo al que nadie falta

El candidato popular anuncia un plan para evitar accidentes con braseros y otro estratégico sobre minería antes del debate que se graba hoy

J. López-Lago

Viernes, 15 de mayo 2015, 08:25

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Llerena. Los mercadillos forman parte de la liturgia de una campaña. No existe escenario más conectado con la clase media que esa hilera de toldos con gangas salidas de las furgonetas. La de Monago arrancó ayer en Badajoz en un punto de activación empresarial destacando cifras de proyectos y nuevas ayudas a la formación cualificada, y salió echando chispas hasta el mercadillo de Llerena en busca del voto que guarda el pueblo llano.

Por el camino, su equipo tecleaba en el asiento de atrás y difundía notas de prensa con otras novedades, como detectores de monóxido de carbono para los mayores con los que evitar accidentes con braseros.

Monago llegó a la Plaza de España de Llerena, paseó hasta el mercadillo y solo lo abandonó a la hora del cierre, cuando algunos estaban a punto de pedirle al candidato popular que les ayudara a desmontar los tenderetes. Lo hubiera hecho, cosas más curiosas se ven estos días.

Ocurre sin embargo que cuando un político se enfrenta cara a cara a un tendero itinerante éste tiene los pies en su casa, provisional sí, pero terreno propio por el que paga una tasa, que siempre les parece cara, dicen, para lo poco que se vende, añaden. En estos espacios no abundan las carantoñas como cuando a pie de calle las señoras, zalameras, le dicen al candidato lo guapo y lo delgado que está y él se lo agradece con una sonrisa, una frase con acento y un abanico azul.

Pero Monago se zafa bien, y al vendedor que le mira a los ojos y le pide que, por favor, no recorte más en sanidad, le explica que él lo que ha hecho ha sido racionalizar el gasto; a la que le increpa y le acusa de pertenecer a la derecha y que a su padre lo mataron los nacionales en la Guerra Civil, le aclara que él ni había nacido, para luego desvelar que algunos de sus antepasados también fueron fusilados en Guareña.

Al que le ruega que cambie la ubicación del mercadillo le responde que esa competencia es municipal, no suya; y a la que le abronca porque a un familiar suyo no le dejan poner el puesto en el pueblo de al lado, la desafía diciéndole que no le engañe, que él ha sido concejal de mercadillos en Badajoz, sabe de muchas triquiñuelas y entonces arquea la ceja con cara de 'a papá mono nada de plátanos verdes'.

Al final, su inseparable Juan Parejo hace por él un par de llamadas y le averigua que ese familiar no paga la tasa ni fraccionada. Conclusión, de injusticias nada.

Con menos cintura y seguramente menos recursos, el PP tiene a dos líderes más haciendo campaña por las carreteras: el presidente de la Asamblea Fernando Manzano, que desde que se disolvió la Cámara tiene tiempo libre; y la vicepresidenta de la Junta, Cristina Teniente, que además es la retaguardia del ejecutivo en estos días locos.

Pero la estrella es Monago, siempre con su Juan Parejo a su lado, otra punta de lanza que lo mismo le recoge la chaqueta y le alarga un botellín de agua al 'presi', que le da unos abanicos o un puñado de mecheros discretamente para que los reparta entre las señoras y señores que se acercan a abrazarlo y decirle que está más delgado de lo que parece en la tele.

Sus primeros mítines

Vistos todos los demás, el equipo de campaña de Monago es sin duda el más coordinado. Anticipando su llegada suele aparecer el 'dos caballos' con la bandera de Extremadura con los altavoces en lo alto, a ratos con música pop, a ratos rapeando. En el caso de Llerena, otro feudo socialista donde manda como alcalde Valentín García, quien además preside la Diputación, las campanas de su emblemática torre parecieron programadas. Fue llegar el coche musical del PP y empezar a repicar. La casualidad quiso que aquella entrada tuviera lugar justo a las doce en punto.

Igual que Olivenza, localidad que el PP conquistó en 2011 por la mínima, Llerena es otra plaza emblemática codiciada por el PP. Solo de imaginar en añadirla a su lista a Monago le brillan los ojos. No será fácil pues hace cuatro años el PSOE sacó allí 2.286 votos, y los populares 905. Este año lo intentará la candidata Pilar Medina, junto a su presidente todo el rato durante el tour de ayer.

Por lo visto, a esta mujer la echaron de su cargo en la gerencia de la asociación de empresarios cuando dio el paso de presentarse por el PP. Preguntado por estos comportamientos, que también denuncian otros partidos, Monago contó cómo en sus orígenes, allá por los años noventa, él iba en su Citröen Visa de color rojo a dar mítines por los pueblos más difíciles donde los veteranos no querían ni aparecer. «No acudía nadie a escuchar el del PP y aún así yo sacaba el altavoz y se lo daba a los dos que venían conmigo porque al final alguno siempre levantaba la persiana, aunque fuera por curiosidad».

Según Monago, se ha avanzado en esto. «Hay una ligera diferencia con las primeras elecciones que yo viví. Ahora hay dos tipos de corporaciones, las que quieren unir al pueblo por encima de rivalidades y las frentistas, que tengo que decir que son menos. Son aquellas que pueden discutir en el pleno, pero intentan no enfrentar a sus ciudadanos, y esas son las que más progresan». La jornada electoral prosiguió en Azuaga, donde el presidente de la Junta tenía previsto almorzar con militantes del PP y anunció un Plan estratégico para la minería. Y finalizó por la tarde, al fin sin la competencia del fútbol de la Liga de Campeones, con un mitin en Miajadas. Hoy es San Isidro, día de romerías, el otro filón de las campañas. Según el manual básico de estrategia política en tiempo de elecciones, esta visita es incluso más valiosa que la de los mercadillos. Pero muchos se van a ahorrar el paseo. Toca preparar el debate previsto con los doce candidatos que se grabará a mediodía para emitirlo en la tele pública el lunes. Hay candidatos que se han quejado. Afirman que una romería es más eficaz que un debate.

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