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La consolidación, pendiente pero más complicada, entre las socimis

La consolidación, pendiente pero más complicada, entre las socimis

La presión sobre el sector de las inmobiliarias con activos en alquiler será clave para anticipar fusiones de estas compañías

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Domingo, 17 de enero 2021, 00:13

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No sólo la promoción se mueve. También lo hace el alquiler. Y a veces los dos subsectores inmobiliarios en conjunto. Neinor, la empresa que ahora absorbe Quabit, en septiembre del año pasado compró el 75% de Renta Garantizada, una compañía de gestión de alquileres, con objeto de impulsar su división dedicada a la vivienda en régimen de arrendamiento. Ello hace pensar que las promotoras también podrían poner el foco en sociedades patrimonialistas, es decir, en empresas que tienen activos (viviendas, oficinas, locales, espacios logísticos...) en alquiler: las socimis.

Gonzalo Sánchez, de Gesconsult, señala que las principales que cotizan en Bolsa, Merlín y Colonial, son muy grandes, pero destaca que tienen unos activos de gran calidad, lo que podría resultar atractivo para un fondo de inversión internacional. El pasado verano, de hecho, las acciones de Merlín Properties se disparaban en el parqué al trascender el interés que podría tener Brookfield por irrumpir en su capital.

Mientras tanto, Ignacio Cantos, de Atl Capital, apunta que también podría haber movimientos entre otras socimis más pequeñas, como Árima o Lar. Precisamente, Pablo Fernández de Mosteyrín, de Renta 4, comenta que Árima podría experimentar algo parecido a lo de Axiare: esta última patrimonial fue absorbida por Colonial en el año 2018.

Pero Cantos también manifiesta alguna reserva respecto a potenciales movimientos entre socimis: pueden ser más raros, puesto que cada una de ellas tiene un objetivo y una especialización diferente. En cambio, Ramón Gayol, socio de Corporate Finance para Real Estate de KPMG en España, opina que, atendiendo a lo pequeño que es el mercado inmobiliario español, las socimis domésticas deben ser multiactivos. Y va más allá: estas empresas cumplieron con su función de revitalizar el 'ladrillo' tras la crisis de 2008; ahora, si no crecen, si no superan un determinado tamaño, a medio plazo pierden sentido. Gayol augura una mayor presión regulatoria y fiscal sobre el sector, lo que puede ser un acicate más para su integración.

Aunque muchas son muy pequeñas, apenas formadas por el patrimonio familiar, y cotizan en el antiguo MAB por la sola razón de los beneficios tributarios.

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