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Mal comienzo de año: se destruyeron casi 250.000 empleos, el peor dato desde 2013

El paro sube en 90.000 personas, el mayor incremento desde 2014, y el Gobierno culpa a la mala cosecha de la aceituna

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Martes, 4 de febrero 2020, 09:09

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El mes de enero, marcado por la formación del nuevo Gobierno de coalición, no ha traído buenas noticias para el mercado laboral. Bien es verdad que el primer mes del año siempre es malo en esta materia porque terminan las contrataciones temporales que se realizan para la campaña navideña y las rebajas (y así ha sido desde hace 25 años), pero este enero ha sido especialmente malo, el peor desde la recuperación económica. Se destruyeron un total de 244.044 empleos, el peor dato desde 2013, pero no solo para el mes de enero, sino para cualquier mes de los últimos seis años. Por su parte, el paro ha crecido y también lo ha hecho más que en los ejercicios precedentes: 90.248 personas más inscritas en las oficinas del INEM, la peor cifra para un mes de enero desde 2014, según las cifras publicadas este martes por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social.

Incluso si se dejan de lado las cifras mensuales, que por el marcado carácter estacional de la economía española pueden sufrir los vaivenes del calendario, los datos anuales también reflejan claramente la desaceleración económica que sufre el mercado laboral español: por primera vez desde la recuperación el ritmo de creación de empleo cae por debajo de la barrera del 2%; concretamente se sitúa en el 1,83%, la cifra mas baja de los últimos siete años. Cabe resaltar también que por primera vez desde la crisis el empleo crece en menor medida de lo que lo hace el PIB, que cerró el año con un avance del 2%. Aún así, el número de afiliados a la Seguridad Social se mantiene por encima de los 19 millones, en concreto 19.164.494, la cifra más alta en la serie de los meses enero, aunque cada vez más lejos de los 19,5 millones, ese máximo histórico que se superó por primera vez el pasado verano.

Y peor evoluciona el paro, cuya variación interanual se sitúa ya por debajo del -1%, dejando prácticamente estancada la tendencia de reducción del desempleo. El número total de parados se sitúa en 3.253.853, la más baja, en un mes de enero, desde el año 2008.

Casi 50.000 trabajadores agrarios menos

Como es habitual en esta época del año, la mayor pérdida de afiliación se dio en el sector del comercio (43.057 ocupados menos), seguido de cerca por la hostelería (-42.987) y las actividades administrativas (-39.752). Pero sobre todo hay que destacar, por ser más inusual, los más de 15.000 empleos que se han perdido en el régimen agrario, cuando la media de los últimos años se sitúa en unos 1.000 trabajadores menos, por lo que la destrucción de empleo se ha multiplicado por 15 en este ejercicio, coincidiendo precisamente con la semana de protestas por parte de los agricultores de diversas regiones españolas que denuncian los graves problemas que sufre este sector y el posible impacto que podría tener la subida del salario mínimo que este martes aprobó el Consejo de Ministros. Si se hace un balance de los últimos doce meses, se han destruido casi 50.000 cotizantes en este régimen, con lo que la caída anual supera el 6% en este primer año en el que la remuneración más baja registró la mayor subida de las últimas tres décadas, superior al 22%.

El Gobierno negó una vez más cualquier impacto negativo en el campo de esta medida, pero sí achacó casi en exclusiva al campo estos malos datos del mercado laboral; es más, adujo que el empleo creció ligeramente en términos desestacionalizados (en poco más de 5.300 personas) y el único sector que perdió ocupados si no se tienen en cuenta los efectos del calendario fue el agrícola. El otro factor que considera que está detrás de esta ralentización del empleo es el aumento de la población activa, «que hace que las cifras de empleo se vean alteradas y que valoramos especialmente bien porque hay más gente que no tira la toalla y confía en poder volver a trabajar», según explicó el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey.

Su homólogo de la Seguridad Social, Israel Arroyo, se escudó en la «pésima cosecha de la aceituna», argumentando que este sector es «especialmente sensible a factores exógenos». «Casi todo el efecto negativo ha sido en las provincias más afectadas por este sector», aseguró.

«Los datos muestran que los problemas del sector agrícola son independientes de las últimas medidas adoptadas en materia laboral y tienen más que ver con factores estructurales ligados al cambio climático, a la falta de lluvia, al poder del mercado, la mecanización y robotización...», afirmó con rotundidad, en línea con las explicaciones que estos últimos días ha aducido la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

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