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Un jubilado, sentando en un banco. Óscar Chamorro
El Banco de España aboga por ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida

El Banco de España aboga por ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida

Advierte de que el reto del sistema es «de una magnitud elevada» y habrá que tocar «varias palancas» para lograr su sostenibilidad

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Martes, 19 de noviembre 2019, 12:32

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Un bebé que nace hoy tiene un 50% de posibilidades de vivir 105 años, cuando el siglo pasado esa probabilidad era inferior al 5%. Cada año la esperanza de vida aumenta dos años a razón de dos meses y medio cada año, con lo que vivir más allá de los 100 años se verá con normalidad en un futuro. Esto significa que, salvo que se reforme el sistema, un jubilado vivirá unas tres décadas con la pensión financiada por el Estado.

Éste es el argumento que emplea el Banco de España para defender la necesidad de alargar la edad de jubilación, que se situará en 2027 en los 67 años. «Tenemos un sistema de pensiones que fue diseñado cuando la esperanza de vida del beneficiario era de una década, ahora es de dos y en el futuro será de tres», advirtió Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España, durante una jornada de pensiones organizada hoy por Cinco Días, en la que hizo hincapié en que «tenemos un problema persistente y estructural entre ingresos y gastos». Así, pese a que Arce admitió que el Banco de España no se pronuncia sobre la «fórmula favorita» para reformar el sistema y lograr su sostenibilidad, sí abogó por ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida con el objetivo de retrasar la edad de retiro, puesto que ahora se vive más que antes. «Posiblemente sí tenga sentido trabajar algo más cuando estamos viviendo más», explicó el directivo de este organismo, ya que «o eres tremendamente productivo durante tu etapa activa, o no es descartable ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida». De hecho, recordó que esto ya se hace en países que escogemos como modelos, como son los nórdicos, pero también en otras regiones más semejantes, como son Italia y Portugal.

De esta forma, el Banco de España se posiciona a favor de crear un factor de sostenibilidad que, en lugar de ligar las pensiones a su cuantía –como el que introdujo la reforma de 2013, que recortaba el importe de la pensión inicial–, sirva para retrasar automáticamente la edad de jubilación en función de los años que se vivan, una medida que defendió el PP el año pasado en el Pacto de Toledo, cuando se debatía si derogar este mecanismo de ajuste.

En este sentido, Arce instó a los partidos políticos a «fijar instrumentos que, sea cual sea la situación económica, garanticen la sostenibilidad del sistema». Esto es, establecer «unos pilares que funcionen de manera duradera y automática», para que no sea necesario estar hablando de pensiones «cada cinco años», advirtió. Y es que este economista avisó de que «el reto al que nos enfrentamos es de naturaleza duradera y de una magnitud elevada», por lo que hará falta tocar «distintas palancas» para lograr salir de los números rojos, ya que «no creo que con un solo cambio lo consigamos».

Potenciar el ahorro

Pero antes de nada, el Banco de España considera que la primera decisión que debe tomarse es qué grado de generosidad quiere el sistema, es decir, concretar si se quieren pensiones más altas o más bajas, ligadas al IPC o no. Y, una vez que se fije esto, algo que –a su juicio– se trata de «una decisión puramente política», y dependiendo del grado de generosidad, dotar al sistema de mayores recursos» y ver qué tipo de gastos puede financiar el sistema y cuáles no, así como de dónde se van a sacar los ingresos necesarios para ese gasto. Eso sí, defendió que el sistema ha de mantener la contributividad y «debe aumentar el grado de predictibilidad y transparencia». «Hay que decirles a los ciudadanos cuáles van a ser sus obligaciones y cuáles sus derechos».

Durante la jornada, Arce pidió al sector financiero que potencie el ahorro para la jubilación ya que el sector tiene una «responsabilidad». En este sentido, destacó que los españoles ahorran «bastante más» que el resto de europeos en inversiones inmobiliarias, por lo que abogó por que la banca desarrolle productos financieros «responsables y competitivos» con el objetivo de «convertir esos activos inmobiliarios en activos más líquidos que permitan sufragar los cuidados de las personas mayores», al estilo de las hipotecas inversas.

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