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Un usuario ante un contador digital. R. C.
El jugoso negocio de vender kilovatios

El jugoso negocio de vender kilovatios

Las 240 empresas más pequeñas que comercializan energía alcanzan una cuota del 14%

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Domingo, 16 de junio 2019, 00:09

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Las posibilidades de elección de la compañía eléctrica que le cobre la factura de la luz son tan heterogéneas que ninguno de los 28 millones de titulares de contratos energéticos conocen el abanico de empresas disponibles, más allá de los grandes grupos. El sector se ha convertido en un potente imán de atracción para todo tipo de negocios que han encontrado en la comercialización de luz y gas un lugar en el que hacer negocio de forma aparentemente ágil y sin asumir demasiados riesgos. Aunque la realidad se ha mostrado mucho más tozuda que estas expectativas.

El año pasado había 286 operadores en toda España. De ellos, 244 se dedican a vender electricidad y 42 al mercado del gas entre todo tipo de clientes. Un año antes eran 288. En 2016 rozaron las 300. Entre las empresas que se han adentrado en el negocio las hay de ámbito nacional, exclusivamente autonómicas o provinciales, e incluso las municipales creadas en la última legislatura en algunos ayuntamientos.

El conjunto de las decenas de compañías ajenas a las grandes eléctricas van acaparando cuota de mercado. Lo hacen poco a poco, aunque de forma continua. A finales del año pasado tenían un 13,5% de todos los suministros del mercado libre (dos tercio del total, porque el otro tercio se rije por tarifa regulada PVPC), según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En tres años han ganado casi un millón de clientes.

En el otro lado de la balanza se encuentran -por número de usuarios en el mercado libre- Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP. Todas han cedido cuota de mercado en el último año, aunque sus cifras no son comparables con las nuevas incorporaciones empresariales al englobar 15,7 millones de clientes, más de un 86% del mercado. En ese cómputo se encuentran también los datos de otra histórica, Viesgo, la única de las grandes que ha conseguido aumentar usuarios después de que Repsol adquiriera este negocio el pasado 2 de noviembre. En seis meses ha ganado 120.000 clientes hasta los 870.000 actuales.

¿Margen para triunfar?

El desembarco de la petrolera ha sido uno de los últimos movimientos estratégicos de compañías que históricamente no eran eléctricas ni gasistas, pero que han encontrado hueco en este mercado. El grupo, cuyo consejero delegado es Josu Jon Imaz, ha invertido 750 millones de euros para adquirir cinco centrales españolas (2,3 gigavatios) y el negocio comercializador a la compañía cantábrica. Esta estrategia se explica, según Juan Moscoso del Prado, profesor colaborador de Deusto Business School, porque «la globalización en un marco de profundas transformaciones y de competencia y de necesidad de cumplir con los objetivos del cambio climático están transformando profundamente al sector obligando a diversificar la actividad de las compañías tradicionales» como es Repsol.

No es la única que lo ha hecho. También Cepsa ofrece 'packs' de luz, gas y carburantes como fórmula para diversificar su negocio aprovechando la capilaridad que tiene con sus estaciones de servicio. Incluso una constructora como ACS ha puesto en marcha Eleia, una nueva comercializadora de luz que aspira a ser uno de los diez mayores protagonistas de este mercado.

Son algunos ejemplos de un mercado en el que Juan Moscoso considera que todavía hay posibilidad de crecimiento. Sin embargo, Pedro Linares, profesor de la Estcuela Ténica Superior de Ingeniería de Comillas y miembro de Economics for Energy, considera que «el margen que tienen estas compañías no es tan elevado como para que todas puedan mantenerse en pie». De hecho, hay tantas altas como bajas de negocios en los registros de la CNMC. La venta de luz y gas -independientemente de otras actividades como la generación o la distribución- ofrece más opciones a los usuarios, aunque no existen tantas diferencias de precios como las que aparentemente se publicitan.

Y eso ocurre en un contexto en el que tres de cada diez hogares desconocen el tipo de tarifa eléctrica que tiene contratada, según la CNMC. En cualquier caso, un 17% de los usuarios cambió de tarifa el año pasado, aunque muchos lo hicieron para contratar una tarifa con más servicios complementarios.

El contador inteligente

El grado de diferenciación entre compañías vendrá determinado por los efectos de «la digitalización y la tecnología», destaca Moscoso del Prado. «Todavía hay que progresar en especial de cara a los clientes y consumidores», explica, al considerar que esa línea será la que «acabe por determinar el modelo que se irá consolidando paulatinamente».

Para Pedro Linares es el uso de los datos de los que disponen las eléctricas lo que definirá quién se hace con más o menos parte del mercado. «Ahí pueden llegar gigantes como Google o Amazon, expertos en tratamiento de datos, que también tienen experiencia en otros países en comercializar energía», advierte este experto. Las posibilidades que una eléctrica ofrezca a un hogar, una vez conocidos sus consumos, sus usos de luz y sus preferencias, podrán atraer nuevos contratos.

El sistema ya está listo después de haber instalado 28 millones de contadores inteligentes. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha instado esta misma semana a todas las eléctricas a sacar todo el partido posible a estos aparatos digitales que monitorizan minuto a minuto los usos de luz en una vivienda. La patronal del sector Aelec está desarrollando campañas informativas para dar a conocer a los usuarios las posibilidades de este sistema con el que tienen una visión clara de su consumo para poder comparar y comprar lo que les interesa dentro del sector.

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