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El Gobierno quiere sancionar a las Administraciones que abusen de la contratación temporal

El Gobierno quiere sancionar a las Administraciones que abusen de la contratación temporal

También abordará la adaptación de las oposiciones con los sindicatos para reducir el número de interinos, como le exige la UE

José María Camarero y salvador arroyo

Madrid | Corresponsal. Bruselas

Jueves, 4 de marzo 2021, 22:07

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El endémico problema de la elevada temporalidad de los trabajadores del sector público en España puede convertirse para el Gobierno en una traba que impida la llegada de los fondos europeos para la recuperación económica. Por eso, en el Ejecutivo ya están preparando cambios en la normativa laboral para acelerar el histórico objetivo de reducir el número de interinos que trabajan sobre todo en la Educación y la Sanidad, aunque de forma generalizada en todo el sector público. La llamada de atención de Bruselas ha encendido las alertas en el Ministerio de Política Territorial y Función Pública, en cuya mesa se encuentra la posibilidad de habilitar sanciones para las Administraciones que superen los límites de la temporalidad.

Será la próxima semana cuando los responsables de este departamento -dirigido ahora por Miquel Iceta tras las elecciones catalanas y la salida de Carolina Darias a Sanidad en sustitución de Salvador Illa- se reúnan con los principales sindicatos (CSIF, CC OO y UGT) para retomar la negociación sobre el futuro de los interinos. España tiene una tasa de temporalidad pública cercana al 30%, diez puntos superior a la del sector privado.

Esa realidad se nota sobre todo en los docentes y los sanitarios, cuya situación laboral depende de los gobiernos autonómicos. Una primera idea pasaría por la reforma del Estatuto del Empleado Público para introducir una cláusula que endurezca y sancione a las administraciones que excedan esa temporalidad.

LA CLAVE:

  • Negocación de los fondos. Bruselas presiona al Gobierno para que se comprometa a poner fin a esta situación laboral

  • Precariedad. Uno de cada tres empleados públicos no tiene plaza fija, sobre todo docentes y sanitarios

Otra posibilidad pasaría por modificar la actual normativa en lo relativo a las pruebas de selección de funcionarios. Esto es, a que en los concurso-oposiciones tenga más peso la fase de méritos (los puntos que los interinos acumulan por haber desarrollado parte de su carrera laboral en esos puestos públicos, pero sin plaza fija) para conseguir que esa gran bolsa de hasta un millón de empleados asienten su condición de funcionarios y, por tanto, abandonen la precariedad.

Independientemente de las medidas que se tomen, los sindicatos entienden que el Gobierno debe afrontar este problema que ha ido incrementándose a lo largo de los últimos años. Más aún tras 2020, ejercicio en el que muchas pruebas de selección quedaron paralizadas por la pandemia. «Queremos que haya un sistema que dote de seguridad jurídica y eficacia para convertir a los temporales e interinos en funcionarios de carrera», explica Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CC OO. Por su parte, desde la organización CSIF sostiene que esta interinidad tan elevada «la han provocado las administraciones y su solución pasa por la voluntad política de acometer una reforma» que lo resuelva.

Los sindicatos recuerdan que en la última década se han destruido más de 100.000 puestos de trabajo. Y que incluso este año, solo entre los meses de enero y febrero, en plena tercera ola, la sanidad ha prescindido de 11.325 profesionales, según los datos extraídos de la Seguridad Social. El objetivo que habían pactado las organizaciones sindicales incluso con el último Gobierno de Mariano Rajoy pasaba por el objetivo de reducir la tasa de temporalidad pública hasta el 8% del total a través de diferentes acciones que quedaron suspensas y que ahora comenzarán a negociar con el ministro Iceta, después de haber avanzado tímidamente con su predecesora, Carolina Darias.

A por los 140.000 millones

El reloj corre ahora en contra de España, en plena negociación del plan de recuperación que daría acceso al país a 140.000 millones de euros de la UE, en cuentas pendientes como la de la temporalidad del empleo público, que sí o sí han de subsanarse. La sostenibilidad del sistema de pensiones y la reforma laboral son los dos escollos principales y dentro de este último, Bruselas presiona para que el Ejecutivo comprometa una hoja de ruta que permita poner fin a la elevada tasa de temporalidad laboral.

Los datos nacionales al respecto figuran en un extenso documento de trabajo del semestre europeo sobre la situación de España. Los firma la Comisión y se emitió antes del estallido de la pandemia, con destino a la Eurocámara, el Consejo Europeo, el BCE y el Eurogrupo. Una veintena de folios diseccionan el mercado laboral, con demandas concretas al Gobierno y críticas a las políticas en esta materia.

Sin entrar en detalles, este jueves mismo el vicepresidente ejecutivo de la Comisión, Valdis Dombrowskis señalaba que la reforma laboral está siendo «uno de los temas de nuestras discusiones con las autoridades españolas» dirigidas a compactar un plan de recuperación que, una vez se presente formalmente, abra la puerta sin muchos problemas al flujo de ayudas excepcionales europeas.

«La utilización generalizada de contratos temporales puede explicarse por factores institucionales y prácticas ya establecidas (porque) el peso de la estacionalidad solo explica alrededor del 10 % de la diferencia respecto de la media de la UE». Bruselas subraya que «los trabajadores temporales afrontan riesgos mucho más elevados de pobreza» en situación de empleo.

Solo tres contratos para intentar frenar la precariedad laboral

El problema de la temporalidad en el trabajo no solo lo tienen los empleados del sector público con contratos precarios con los que van encadenando etapas laborales, sino también quienes desarrollan sus carreras en las empresas privadas. Solo uno de cada diez contratos que se firman cada mes en España son de carácter indefinido. Los otros nueve duran algunos días, semanas, meses, o algunos años. Pero no son fijos. Por eso, la tasa de temporalidad del mercado nacional -del 24,6%, según la última EPA- es la mayor de toda la Unión Europea.

Y por eso, el Ministerio de Trabajo analiza desde el inicio de la legislatura hace ahora un año cómo abordar un cambio en la reforma laboral para potenciar los empleos indefinidos y que las empresas opten por los contratos temporales solamente cuando realmente los precisen y no se conviertan en una vía para mantener plantillas en precario.

Fuentes del departamento dirigido por Yolanda Díaz anticipan que en breve se retomarán las mesas de Diálogo Social para «derogar la reforma laboral del PP». Porque, además, Europa insiste en reducir esta realidad laboral. El objetivo del Ejecutivo es modernizar el mercado de trabajo y hacerlo también con las modalidades de contrato. Actualmente hay más de 100 tipos de contratos y Trabajo solo quiere que queden definidas tres modalidades: indefinidos (incluiría los fijos discontinuos que tan necesarios son por ejemplo en la hostelería); contrato temporal (pero con causa, por ejemplo para reforzar la plantilla en la campaña de Navidades); y de formación.

Se trata de simplificar y reordenar estas modalidades. La idea es generalizar el contrato fijo. Para lograrlo quieren «devolver la causalidad» al temporal. El Ejecutivo exigirá a las empresas una justificación clara de los motivos por los que recurre a estos contratos. Porque muchas compañías recurren al despido (tres de cada cuatro extinciones fueron de temporales en 2020) o no renuevan como mecanismo de ajuste, ya que la indemnización que conllevan es más baja que en el caso los indefinidos.

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