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Central térmica de As Pontes. R. C.
Endesa, dispuesta a alargar la vida de las nucleares más allá de 2035 si el sistema lo precisa

Endesa, dispuesta a alargar la vida de las nucleares más allá de 2035 si el sistema lo precisa

El beneficio de la eléctrica cae un 88%, hasta los 171 millones, por el ajuste contable de sus plantas de carbón y extrapeninsulares

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Martes, 25 de febrero 2020, 10:42

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El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha admitido que la compañía «deja la puerta abierta» a la posibilidad de ampliar el calendario previsto de cierre de centrales nucleares, cuya última planta estaría en vigor en el año 2035. El ejecutivo ha apuntado que «de aquí a 15 años pueden ocurrir muchas cosas» y que lo «importante» es cumplir con los objetivos del Plan de Energía y Clima presentado por el Gobierno.

Es la primera vez que una de las eléctricas propietarias de algunas de las cinco nucleares en activo (con siete reactores) pone en duda el cumplimiento del acuerdo «indicativo» que se alcanzó hace ahora un año con Iberdrola, Naturgy y EDP, las otras firmas con intereses en las nucleares. José Bogas ha recordado que igual que estaba previsto mantener el carbón durante la próxima década, y al final «se están cerrando todas las plantas ya», habrá que esperar a ver las necesidades del sistema eléctrico dentro de varios años para comprobar si realmente se puede prescindir de la energía nuclear, como respaldo base, cuando estaba previsto ante la penetración de las renovables estimada por el Ministerio de Transición Ecológica.

Bogas ha insistido, durante la presentación de resultados de Endesa, que la firma trabaja con «la hipótesis básica de cerrar todas las centrales cuando dice el protocolo». Y que «si se cumplen todas las previsiones, se hará en las fechas previstas». Aunque ha matizado que es todavía muy pronto para confirmar que ese calendario se cumplirá con pulcritud.

Por ahora, Endesa mantiene su plan de amortización de las centrales en las que participa con una vida útil estimada en 50 años, lo que implicaría sobrepasar el año 2035 con creces. «En cuanto ya veamos el cierre, solo en ese momento ajustaremos la amortización», ha aclarado el consejero delegado de la empresa. «Mientras tanto, vamos a seguir con la política actual de no cambiarlo, porque es la que menos distorsiona los resultados» de la compañía.

Aunque mantenía esos 50 años de vida útil para todas sus centrales, en las cuentas de 2019 ha procedido a ajustar contablemente la previsión de cierre en la central de Almaraz (Cáceres), modificándola (está prevista su clausura en 2027 y 2028), con efectos desde el pasado 1 de abril, como consecuencia de la solicitud de renovación presentada de los permisos de explotación para la planta a partir de abril de 2020, por un periodo de 7,4 años para el Grupo I y 8,2 años para el II, inferior a esos 50 años. Supone un impacto de 10 millones de euros.

Para el resto de centrales estima que sería de unos 40 millones de euros de más amortizaciones. Así ocurriría con Vandellós y Ascó (ambas en Tarragona) si se acortara el periodo de vida útil por debajo de 50 años. Por ahroa, sobre estas plantas no ha puesto en marcha ningún cambio contable, aunque el calendario pactado con el sector estima el cierre de Vandellós en 2034 y el de Ascó en 2029 y 2030.

El beneficio cae un 88%

Endesa obtuvo un beneficio neto atribuido de 171 millones de euros en 2019, lo que representa una caída del 87,9% con respecto a los 1.417 millones de euros del ejercicio anterior, tras presentar unos deterioros contables totales en sus activos por 1.873 millones de euros.

Esta situación se explica porque la energética ha cargado a los resultados del último año un deterioro de 1.469millones de euros por las centrales de carbón y una nueva dotación por 404 millones de euros por las centrales extrapeninsulares, como consecuencia del cálculo retribución por la actividad de producción de energía eléctrica en los territorios no peninsulares para el periodo 2020-2025, que ha sufrido una disminución significativa en esta retribución regulada.

El grupo ha registrado un impacto en su beneficio neto por un importe total de 1.409 millones de euros correspondiente, de una parte, a la totalidad del valor neto contable de los activos de generación térmica peninsular de carbón (1.105 millones de euros), tras anunciar el fin de la producción en sus centrales de carbón de importación de As Pontes (A Coruña) y Litoral (Almería) ante la ausencia de perspectivas de futuro debido a las condiciones de mercado, y, por otra parte, a los activos en los territorios extrapeninsulares (304 millones de euros).

El beneficio ordinario neto del grupo (sin tener en cuenta los impactos extraordinarios) alcanzó en 2019 los 1.562 millones de euros, lo que supone un incremento del 3% frente a los 1.511 millones de euros de hace un año.

Además, el consejo de administración de Endesa acordó en noviembre distribuir a sus accionistas un dividendo a cuenta de los resultados del ejercicio 2019 por un importe bruto de 0,70 euros por acción cuyo pago, que ha supuesto un desembolso de 741 millones de euros, se hizo efectivo el pasado 2 de enero de 2020.

Igualmente, la propuesta de aplicación del resultado del ejercicio 2019 que presentará el consejo de administración de Endesa para la aprobación de la junta general de accionistas será la distribución a sus accionistas de un dividendo total por un importe bruto de 1,475 euros por acción, que supone un incremento del 3% sobre el dividendo con cargo a los resultados de 2018. El 70% de la propiedad de Endesa se encuentra en manos del grupo italiano Enel.

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