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Más de 500 trenes cancelados entre hoy y mañana por la huelga

Más de 500 trenes cancelados entre hoy y mañana por la huelga

Renfe cifra en el 4,29% el seguimiento de los paros, mientras que CC OO, Sindicato Ferroviario y CGT lo elevan hasta el 80%

José Antonio Bravo

Jueves, 31 de julio 2014, 01:17

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Esta madrugada ha dado comienzo la huelga de dos días en el transporte por tren convocada por CC OO, CGT, Sindicato Ferroviario y Sindicato de Circulación en protesta por el déficit de personal que sufren las empresas públicas del sector y que cuantifican en más de 6.600 trabajadores. Los paros, que afectan tanto a Renfe como a ADIF -el gestor de las infraestructuras (vías y estaciones)-, se extienden hasta la medianoche del viernes y afectan de lleno a la operación salida de agosto prevista para estas vacaciones estivales. Por ello, tanto en los aeropuertos como en las estaciones de autobuses se van a incrementar los viajes previstos. En total, en plena operación salida de agosto, está previsto que se cancelen 513 trenes de larga y media distancia.

Renfe cifra el seguimiento en un 4,29% y los sindicatos en un 80%

  • Renfe ha cifrado en el 4,29% el seguimiento de la jornada de huelga, mientras que los sindicatos sindicatos convocantes han elevado hasta el 80% el porcentaje de trabajadores que se han sumado al paro.

  • La compañía y las organizaciones sindicales coinciden no obstante en que las primeras horas de la jornada de huelga se desarrollan con normalidad, sin incidentes y con cumplimiento de los servicios mínimos, según fuentes de la empresa y los sindicatos.

  • En concreto, Renfe asegura que en los turnos de noche y los primeros de la mañana se han sumado a la convocatoria 384 empleados de la compañía, de un total de 9.000 trabajadores.

  • Por su parte, CC OO estima que se han adherido al paro el 80% de los trabajadores de la operadora que podían hacerlo por no estar incluidos en servicios mínimos, ni de baja, ni de vacaciones.

  • En cuanto a los viajeros afectados, la compañía ferroviaria asegura que hasta el momento todos los que tenían billete para alguno de los trenes que no han salido por no estar incluidos en servicios esenciales han sido recolocados en otros trenes.

El Ministerio de Fomento, a su vez, ha establecido unos servicios mínimos que se antojan elevados. En concreto, van a circular el 77% de los trenes AVE y de larga distancia previstos para estos días, entre el 63% y el 65% de los servicios de media distancia, y entre el 50% y el 75% de los cercanías. Según el Gobierno, así se ha buscado compatibilizar el interés general de los ciudadanos y, en particular, sus necesidades de movilidad con el derecho de huelga de este colectivo de trabajadores.

Argumentan desde el departamento que dirige Ana Pastor que retrasar o adelantar los desplazamientos para otro día o bien utilizar medios de transporte alternativos, e incluso suprimir servicios ferroviarios o limitarlos excesivamente, perjudicaría gravemente lo viajes previstos en unos días de excepcional movimiento de personas. Desde los sindicatos, sin embargo, critican que lo que se persigue en última instancia es el fracaso de los paros.

De hecho, el Ejecutivo ya se ha apuntado un tanto en ese sentido tras lograr que UGT, una de las principales centrales del sector, se desmarque de la huelga, como había hecho desde un principio el sindicato de maquinistas (Semaf). Con ello, la capacidad de movilización de los convocantes se ve reducida de forma sensible pese a representar a más de la mitad de la plantilla en ambas compañías.

En el caso de ADIF, no obstante, la protesta cuenta con el respaldo del comité de empresa y los servicios mínimos no pasan del 21% -dicen en Fomento que con eso se garantizan los servicios esenciales-, por lo que el seguimiento probablemente será mayor. Y eso podría provocar numerosos retrasos en los desplazamientos por tren entre este jueves 31 de julio y el viernes 1 de agosto la huelga concluirá a las 23:00 horas de este día-. En cualquier caso, es previsible que se vean más imágenes de enfados y quejas de los usuarios que de caos organizativo.

Posibles reclamaciones

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconsejan presentar una reclamación ante Renfe, aunque la responsabilidad también se podría extender a ADIF- en caso de verse afectado por un retraso en el viaje o directamente una cancelación. La operadora pública, apuntan, debería reembolsar el importe del billete o, en su defecto, proporcionar un medio de transporte alternativo normalmente, un autobús- para realizar el desplazamiento contratado lo antes posible y, en cualquier caso, con un plazo máximo de demora de 48 horas. Eso sí, salvo una resolución ulterior de los tribunales, se descartan a priori las indemnizaciones.

El lunes pasado se celebró un encuentro entre la ministra Pastor y los representantes sindicales, pero terminó sin acuerdo. Las centrales piden la contratación de 5.560 personas para ADIF y. al menos, otras 1.139 para Renfe. Asimismo, reclaman a la operadora que "fomente la contratación interna de actividades entre empresas del grupo" antes que externalizarlas, además de que complete la integración del personal procedente de la antigua FEVE.

Los sindicatos denuncian, además, el plan que ha acometido ADIF para cambiar de destino, e incluso de puesto, a 300 empleados sin una negociación previa. El gestor de la red, sin embargo, alega que el proceso sólo afectará al 2% de la plantilla y, además, será voluntario. En Fomento, a su vez, sostienen que siempre han estado abiertos al diálogo y dicen no ver justificación para los paros.

Últimos paros

La última huelga en el ferrocarril tuvo lugar entre finales de octubre y principios de noviembre -fueron casi una decena de días, con dos paros totales y el resto parciales-, convocada esa vez sólo por el Sindicato Ferroviario y CGT, centrales minoritarias en el sector. Aunque también entonces estaban llamados a la protesta los 28.000 empleados de ADIF y Renfe, su efecto fue bastante reducido.

Los problemas para los usuarios estuvieron limitados y, según el Ministerio de Fomento -que impuso unos servicios mínimos igualmente severos-, el seguimiento apenas llegó al 5%, mientras que los convocantes lo elevaron hasta el 70%.

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