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La economía europea, en la encrucijada

Europa se enfrenta a un año complicado, también en lo político. Conseguirá eludir la recesión, con un crecimiento en torno al 1,2% pero impactará en los resultados empresariales

rosa duce

Martes, 12 de marzo 2019, 23:28

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El año 2019 ha comenzado de forma muy positiva para los inversores. Tras el horrible cierre del año 2018, el alejamiento de las potenciales subidas de tipos de la Fed y los evidentes escasos riesgos de recesión en EEUU han servido para alejar los miedos de los inversores. Aunque es posible que el cierre temporal de la Administración americana impacte negativamente sobre el crecimiento económico de EEUU en este primer trimestre, todo apunta a que será un impacto temporal, por lo que la economía podría cerrar este 2019 con un crecimiento del 2,6%.

La situación en Europa es sin embargo harina de otro costal. La desaceleración que ya era evidente en la última parte de 2018 se ha confirmado en estos dos primeros meses del año 2019. Así lo muestran las encuestas de confianza empresarial que, especialmente en lo que se refiere al sector industrial, se han colocado en la mayoría de los países en terreno negativo. El incremento del proteccionismo a nivel mundial, que apenas ha dañado a la economía americana (para alegría de Donald Trump), sí que ha castigado mucho a las economías europeas. De esta forma, es el sector exterior el que está arrastrando a la baja la actividad económica, y por este motivo los países con mayor vocación exportadora (como Alemania), o los que más problemas domésticos tienen (como Italia), están siendo los más afectados.

Sobre la Eurozona además siguen planeando muchos riesgos internos. Los principales, el 'brexit' y las dudas sobre la capacidad de financiación de la enorme deuda italiana en un contexto en el que ya no existe el apoyo del BCE. En cuanto a lo primero, apenas falta un mes para la supuesta salida oficial del Reino Unido de la UE y ayer el Parlamento británico rechazó por segunda vez el Acuerdo de Salida de la Unión Europea. Ahora tendrá que decidir si Reino Unido se marcha de la UE sin más negociaciones o si conmina al Gobierno a solicitar una prórroga del plazo del 'brexit', si bien sería muy complicado que dicho aplazamiento vaya más allá de julio, pues pondría en cuestión la no participación del Reino Unido en las elecciones europeas de mayo.

En cuanto a Italia, crecen los temores ante una potencial incapacidad de cumplir con el objetivo de déficit del 2% acordado a la fuerza con Bruselas. Sobre todo si tenemos en cuenta que estos presupuestos partían de un crecimiento cercano al 1% en 2019 y hoy en día ya están en recesión. Ahora la única salida parece el amparo del BCE. El problema es que esta posibilidad también se aleja en el tiempo si nos atenemos a lo que vimos en las actas de la última reunión de la autoridad monetaria de enero, en la que, si bien se discutieron posibles nuevas subastas de liquidez, se condicionaron las mismas a bastante trabajo técnico previo.

A este entorno de desaceleración no escapa tampoco la economía española, si bien hasta el momento las cifras de crecimiento, e incluso las de confianza, se mantienen muy por encima de la media europea. Pese a la incertidumbre política, el consumo y la inversión doméstica siguen creciendo, y compensan así el deterioro de las exportaciones derivado del menor crecimiento de nuestros socios comunitarios.

En resumen, Europa se enfrenta a un complicado año tanto en lo económico como en lo político. Según los cálculos de nuestros analistas, la economía europea conseguirá eludir la recesión en 2019-20, con cifras de crecimiento cercanas al 1,0%-1,2%. Pero estas cifras impactarán en unos resultados empresariales cuyas expectativas son hoy demasiado elevadas. Por tanto, aunque también los mercados europeos han comenzado bien el año, la situación es tan compleja que este moderado optimismo que vemos hoy puede ser temporal.

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