Borrar
Interior de una sucursal de Bankia. E. C.
Prejubilaciones doradas de comerciales a cambio de ingenieros recién incorporados

Prejubilaciones doradas de comerciales a cambio de ingenieros recién incorporados

El cambio de modelo bancario prescinde de quienes atendían en oficinas y atrae a perfiles ligados a la digitalización

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 19 de mayo 2019, 00:04

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Trabajar como banquero atendiendo a los clientes detrás del mostrador o en el despacho de una sucursal, ha sido habitualmente sinónimo de estabilidad laboral. Hoy también lo es, pero siempre que la especialización que tengan permita a esos empleados ir más allá de la atención transaccional (realizar ingresos, transferencias, poner cuentas al día, etc.). Hace falta asesorar al cliente en la gestión de sus productos, guiarle en la conservación de su patrimonio o recomendarle cómo ganar más.

Por eso, buena parte de la reconversión del sector deriva en la transformación de sucursales: cada vez hay más oficinas de mayor tamaño localizadas en puntos estratégicos de los municipios. Allí se ofrece al cliente -además de un café- una nueva experiencia financiera. Es el modelo europeo de banca, en el que las comisiones ganan terreno a cambio de esos servicios de valor añadido que ofrecen unos empleados con un perfil diferente.

Si se tiene en cuenta la evolución del número de trabajadores por cada 100.000 habitantes, la banca española presentaría los niveles más bajos de entre los países del entorno. En el caso internacional, solo se verían superados por Japón. «Ello es reflejo del elevado número de sucursales con pocos empleados que mantienen nuestras entidades, consecuencia de la dispersión de población», según explicó la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, hace una semana en el Encuentro Financiero de Deloitte y ABC.

El cambio en el perfil de las plantillas prescinde cada vez más de trabajadores ligados a la operativa tradicional. Las condiciones de salidas pactadas en términos colectivos no se vislumbran prácticamente ya en ninguna otra empresa. Porque es contablemente complicado asumir una indemnización por despido -con una parte fija y otra variable- más los pagos a la Seguridad Social a través de un convenio especial que permita a esos trabajadores seguir acumulando cotizaciones hasta el momento en el que puedan acceder a la jubilación y no perder demasiado poder adquisitivo en sus futuras pensiones.

A la banca ya no le hacen falta tantas oficinas para generar negocio. Ni por el auge de internet ni por el modelo de actividad que tienen: «Antes vendían productos, como las hipotecas, que exigían mantener mucha capilaridad en todos los lugares, pero ahora ya se va a un modelo de comercialización de gestión de activos, con el que hacen falta menos oficinas, pero con más profesionales en ellas», explica Francisco Uría, socio de KPMG.

El peso del 'big data'

A pesar de este erial laboral, la banca lleva incorporando nuevos perfiles a sus plantillas. Lo más llamativo es que lo hace con expertos en estudios que no están precisamente ligados al Derecho o a Empresariales, los habituales en el sector. Ahora se buscan profesionales formados en ingenierías (sobre todo informática y de telecomunicaciones), matemáticas y físicas... incluso, en algún caso, hasta filósofos.

El proceso de digitalización que viven las entidades les hace manejar millones de datos cada día procedentes de las operativas de tarjetas de sus clientes, los movimientos de sus cuentas y, en general, cualquier rastreo que pueden realizar con los servicios bancarios que utilizan esos ciudadanos a través de sus aplicaciones móviles, la modalidad más usada para relacionarse con el banco.

El trabajo de esos matemáticos e ingenieros les permite analizar, coordinar, comprender y estructurar toda una serie de datos complejos con los que no todos los perfiles pueden trabajar. Por ahí va el futuro del sector, cada vez más alejado de las oficinas tradicionales. Los jóvenes que salen de las universidades posiblemente pocas veces habrían imaginado terminar trabajando en una entidad financiera, como si fueran banqueros.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios