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Jesús Calleja, junto a su copiloto.
Jesús Calleja: «He terminado el Dakar porque soy un cabezón, un cazurro»

Jesús Calleja: «He terminado el Dakar porque soy un cabezón, un cazurro»

Sereno, feliz y con el orgullo de la misión cumplida Jesús Calleja descansa, siempre entre comillas, en su León natal tras finalizar su participación en el rally más duro del mundo

J. Calvo

León

Martes, 21 de enero 2020, 11:20

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Sereno, feliz y con el orgullo de la misión cumplida. Jesús Calleja descansa, siempre entre comillas, en su León natal tras finalizar su participación en el rally más duro del mundo, el Dakar.

Atrás queda la intensa preparación, las horas de entrenamiento que sirvieron de prólogo a una edición extraordinariamente dura, la competición propiamente dicha y la satisfacción del reto superado porque la vida de este aventurero leonés está marcada por los retos.

«Voy de reto en reto, y éste era muy complejo», asegura ahora mientras se relaja tras unas semanas de increíble tensión. En otras tres ocasiones Jesús Calleja se había puesto al volante de un todoterreno para jugarse el tipo entre las dunas y la meta parecía resistirse. A la cuarta, fue la vencida.

«Una pasada»

«Finalizar entre los 29 mejores del mundo en una prueba de este tipo es una pasada», asegura. ¿La clave? «Al final es una cuestión mental, más que física. Insisto en que yo soy de retos, me propongo una cosa y voy a por ella. Hay que apostar por el proyecto hasta que lo consigues y es lo que he hecho. Soy un cabezón de León, un cazurro», remarca a leonoticias.

De la dificultad de la prueba dan una idea el permanente goteo de abandonos, los accidentes que en los casos más extremos se llevan vidas por delante, el enorme riesgo que se asume cada día y la permanente lucha contra los elementos. «Hay que darse cuenta que vamos a velocidades de 185 o 190 kilómetros por hora no por tramos de asfalto sino por tramos de fuera de pista. Hay una tensión tremenda, accidentes... pero si no corres se pierde la esencia. El Dakar es así, cada vez que te levantas por la mañana no sabes lo que va a ocurrir».

Y frente a esa tensión y ese reto diario la mejor arma es la «concentración». «Ésa es la mejor baza», recuerda Calleja. «Me entreno mucho durante todo el año, en ese aspecto no tengo problemas, pero la concentración es clave en una competición de este tipo. El interior del coche es como una batidora y el cuerpo sufre pero ni te das cuenta por la concentración que tienes, luego lo notas cuando te bajas del coche, pero antes no».

Fernando Alonso

A lo largo del rally Calleja firmó etapas épicas, principalmente en las dunas donde se maneja como 'pez en el agua', y su registro final aún pudo ser mejor: «Hay que pensar que soy un amateur. Antes del rally lo único que hice fue ir cuatro días con Fernando Alonso a entrenar y me tuve que amoldar al coche en la primera semana. La segunda todo fue mucho mejor».

El aventurero leonés insiste en la importancia de haber formado un buen equipo con Jaume, su copiloto. «El copiloto es nuestros ojos, es como una brújula. Los copilotos tienen una tensión que a lo mejor nosotros no tenemos porque la orientación depende de él. En nuestro caso él es amateur, como yo, y nos hemos perdido y hemos tenido errores de navegación. No hay que olvidar que hemos terminado el Dakar con cuatro horas de penalizaciones. Sin ese tiempo estaríamos en el puesto 19, pero si se cometen errores hay que aceptarlos y está», asegura.

Hay una parte ingrata del Dakar lo asegura un 'expiloto' leonés que finalizó esta prueba en moto. Ramón Gutiérrez ha insistido en los últimos días que «no se reconoce lo suficiente lo que ha hecho Calleja en el Dakar».

Calleja, en su paso por el podio para celebrar la conclusión del rally Dakar.
Calleja, en su paso por el podio para celebrar la conclusión del rally Dakar. EFE

La 'familia' en la competición

Calleja, sin embargo, habla de un evidente reconocimiento «por parte de la prensa» pero remarca que «Ramón habla de algo que es la dureza de este rally y esa dureza es muy difícil de comprender. Nunca sabes lo que va a pasar cuando te subes al coche. Él hablaba de que había visto que acabar el 19 en la etapa más peligrosa como fue mi caso no es solo ir a participar, es ir a por nota. Yo no me he conformado con terminar».

Pero la prueba más dura del mundo tiene su parte humana. Para el aventurero leonés en el Dakar hay un enorme espíritu de solidaridad que «humaniza»: «Los españoles somos una familia en esta competición. Los españoles nos unimos mucho, nos apoyamos entre nosotros. Hay un buen ambiente y un buen rollo que es evidente».

¿Otro Dakar? La pregunta queda en el aire

Y en esa relación personal gana, por goleada, la figura de Fernando Alonso: «Somos amigos antes de competir en el Dakar. Si hace tiempo me hubieran dicho que ambos competiríamos en este rally, en el mismo equipo, pensaría que era un puto sueño. Ha sido magnífico en ese sentido la convivencia, las caravanas las hemos puestos juntos. No sé, muy especial».

Ahora habrá que esperar tiempo para conocer si Calleja se anima a una nueva edición del Dakar. Resolver esa cuestión dependerá de numerosos factores: «Viajo ocho meses al año y el Dakar entre unas cosas y otras lleva un mes, y es un tiempo que casi no tengo. Soy una persona de retos, a la que le gustan los desafíos, y una vez cumplidos busco una nueva motivación. Hay que valorar bien si vuelvo o si me doy un paréntesis, ahora mismo aún es pronto para decidir esto».

Decida acudir o no sí hay una cuestión que el aventurero tiene totalmente resuelta:

-¿A quién le gustaría llevar como invitado en el asiento del copiloto para que descubriera lo duro que es?

-Sin duda a Donald Trump.

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