Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
Ricciardo, Max Verstappen y Nico Rosberg.
El karma se alía con Red Bull y Rosberg contra Hamilton
gp de Malasia

El karma se alía con Red Bull y Rosberg contra Hamilton

Lewis Hamilton rompe su coche a falta de 16 vueltas para el final cuando iba líder y estalla contra Mercedes: «Alguien quiere que no gane»

David Sánchez de Castro

Domingo, 2 de octubre 2016, 00:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Sinceramente, no siento que nada nos pueda parar». Lewis Hamilton invocó sin querer al mal fario, el karma, las meigas, la ley de Murphy en definitiva, provocó que el destino le diera un durísimo revés en la carrera del Gran Premio de Malasia que más cerca le hubiera puesto de su cuarto título Mundial. El británico no se podía creer que en la vuelta 40, después de liderar con puño de hierro toda la prueba y con más de 20 segundos de ventaja sobre el dúo de Red Bull, su Mercedes se rompiese. «¡No, no, no!», gritó desesperado por la radio mientras una llamarada predecía al humo blanco que, inconfundible, señalaba la rotura del motor del coche más dominador de los últimos tiempos.

Hamilton pasó de la gloria al infierno en un instante y protestó. De ir líder, como poco empatado con Rosberg, pasó a caerse con 23 puntos de desventaja, casi una carrera, a falta de cinco Grandes Premios para el final. «No me puedo creer que sólo sean mis motores los que están explotando. Algo no está bien. No voy a dejar que esto me haga perder el ánimo, seguiremos apretando. Mis preguntas son a Mercedes: hemos perdido demasiados motores. Hay ocho pilotos (con motores Mercedes) y sólo los míos son los que han fallado. Alguien tiene que darme respuestas porque esto no es aceptable. Algo o alguien no quiere que gane este año», dijo ante los medios. Después, en las redes sociales, el británico afirmó que confía «al 100%» en su equipo y que espera volver a lo más alto, pero el intento de calmar las aguas no frenará el que, con total probabilidad, será un irrefrenable huracán de aquí a final de la temporada.

Los vientos vienen cargados de tormenta desde Mercedes, toda vez que, además, esta derrota de Hamilton provocada por los elementos vino acompañada de un podio de Nico Rosberg en el que superó todas las adversidades. El líder del Mundial estuvo a punto de verse fuera a las primeras de cambio por culpa de un Sebastian Vettel enajenado. «¡Está loco!», se quejó Max Verstappen -le dijo la sartén al cazo- cuando el de Ferrari, en un alarde de optimismo, les embistió a él y a Rosberg. El de Red Bull aguantó como pudo, pero el de Mercedes se vio al fondo de la fila en la primera vuelta. El cuatro veces campeón del mundo no se libró del castigo y, horas después de la carrera, la Federación Internacional de Automovilismo confirmó que en Japón perderá tres puestos en la parrilla, además de dos puntos en la licencia.

Tocaba remontar, y lo hizo a lo grande, en ciertos momentos con excesivo ímpetu. En uno de los adelantamientos, a Kimi Räikkönen, el de Wiesbaden convirtió su Mercedes en un coche de choque y, al toque, se quitó de encima al finlandés. Los comisarios no lo dejaron pasar y le castigaron con 10 segundos para el final de la carrera, que compensó por muy poco en las últimas y vitales vueltas. Si la de Rosberg fue una remontada memorable, quedó en nada ante la lograda por el hombre del día, por mucho que el premio de piloto de la carrera se lo llevara Verstappen.

Memorable remontada de Alonso

Fernando Alonso partía último por culpa de los sucesivos cambios de motor, pero su objetivo no fue distinto: quería puntuar. En la salida cuajó ya la primera parte de su plan con una espectacular remontada desde el fondo hasta la 13ª plaza. Después, supo cómo gestionar los neumáticos cuando fue necesario y después no tuvo ningún miedo en pelear rueda a rueda con pilotos como Romain Grosjean (que acabó abandonando con problemas de frenos) o Valtteri Bottas, a quienes superó sin demasiados problemas.

También le acompañó la estrategia y eso que tuvo que cambiar de plan sobre la marcha. El asturiano sacó lo mejor de sí para que, mientras el resto de pilotos iban con neumáticos duros, él apostó por los blandos, con los que logró apuntalar el séptimo puesto más sufrido, aunque también satisfactorio, de las últimas carreras. Al final de la jornada, Alonso miró la tabla de la clasificación y se vio en la décima posición, por delante de un Felipe Massa que lleva un Williams con el que, en teoría, debería estar peleando por la zona alta del top 10.

Para Carlos Sainz fue una carrera de contrastes. Pese a rozar por momentos la heroica, al final no llegó al décimo puesto, que era el gran objetivo del día, y finalizó undécimo a sólo tres segundos del punto. El corredor madrileño acabó así un fin de semana en el que las carencias del Toro Rosso quedaron de nuevo patentes.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios